Inventaron todo: el entorno grafico de usuario, el concepto acabado de computadora personal y la programación orientada al objeto. Sin embargo Apple y Microsoft se llevaron toda la gloria.
El día que Steve Jobs visitó las instalaciones de Xerox en Palo alto se dio cuenta en diez minutos que las computadoras en el futuro serian tal como las que había visto aquel dia. Esto sucedía en 1979, por increíble que parezca y allí ya había terminales conectadas con un intranet y sus correos electrónicos o programación orientada al objeto, pero a lo que a Jobs enloqueció fue el entorno grafico de usuario.
“Jamás había visto nada igual, en diez minutos me di cuenta de que todas las computadoras se verían así en el futuro, era demasiado obvio”, dijo unos años después el fundador de Apple en una entrevista inédita al periodista Robert Cringely.
La estación de trabajo Xerox Star, conocida oficialmente como el “8010 Star Information System” fue introducida por Xerox Corporation el 27 de abril de 1981. Fue el primer sistema comercial en incorporar varias tecnologías que han llegado a ser corrientes hoy en día en los computadores personales, incluyendo la pantalla con bitmaps en lugar de solo texto, utilizando una interfaz gráfica de usuario basada en elementos tales como ventanas, íconos, carpetas, ratón; red Ethernet; servidores de archivos; servidores de impresoras y correo electrónico.
Al día de hoy Xerox Corporation es el proveedor más grande del mundo de fotocopiadoras de tóner y sus accesorios. Su sede principal está situada en Stamford, Connecticut, aunque la mayor parte de la compañía está situada cerca de Rochester, Nueva York, donde fue fundada.
Sin embargo es un verdadero misterio lo que Steve Jobs plateaba en su momento. “Xerox podría haber sido la IBM de los 90, podría haber sido la Microsoft de los 90”, dijo en aquella entrevista de 1995.
Las razones del fracaso
Cuando Xerox lanzó el Xerox Alto, desarrollado en el Xerox PARC en 1973, fue uno de los primeros ordenadores personales de la historia (aunque no el primero), pero si fue el primero que utilizó la metáfora de escritorio y una interfaz gráfica de usuario, así como un ratón.
Tenía un procesador bit-slice basado en el chip 74181 de Texas Instruments, un almacenamiento de control ROM con una expansión de almacenamiento de control escribible y tenía 128 KB de memoria principal expandible a 512 KB, así como un disco duro que usaba un cartucho removible de 2.5 MB en un plato simple de Diablo Systems, (una compañía que posteriormente compró Xerox), similar a los usados en el IBM 2310, todo ello alojado en un armario del tamaño de un pequeño frigorífico.
La Unidad Central de procesamiento (CPU) del Alto era un innovador procesador microprogramado que utilizaba microcódigo para la mayor parte de las operaciones de entrada/salida, en vez de hardware. La máquina de microcódigo realizaba 16 tareas, una de las cuales ejecutaba el conjunto de instrucciones normal (bastante parecido al de la Data General Nova), mientras que el resto controlaban la visualización, refresco de memoria, disco, red y otras funciones de entrada/salida. Por ejemplo, el controlador del mapa de bits del display era poco más que un registro de desplazamiento de 16 bits; el microcódigo se utilizaba para cargar la información de refresco del display de la memoria principal hacia el registro de desplazamiento.
¿Pero por qué esta maravilla tecnológica totalmente adelantada a su época fracasó? Costaba 18 mil dólares, demasiado para un experimento que todavía no se sabía bien para que servía o como se implementaría en los hogares del futuro.
Considerando que la Apple II costaba solo 1298 dólares cuando fue lanzada el 5 de junio de 1977 unos años después, la explicación de aquel fracaso tiene mucha lógica.
Xerox entró en decadencia conforme sus patentes expiraban. Los planes para entrar en el mercado de ordenadores fueron destruidos por una mala sincronización (por ejemplo, lanzar un sistema CP/M de 8 bits, el Xerox 820, cuando IBM ponía a punto su PC más avanzado).
Análogamente, Xerox desarrolló una línea de máquinas de escribir avanzadas justo cuando éstas empezaban a perder terreno conforme aparecían incipientes capacidades de tratamiento de texto basado en computadores.
Sólo se mantenía a flote en el negocio de impresoras láser es cual aporta una considerable fuente de ingresos incluso al día de hoy. Mientras tanto, los costes de manufactura de la empresa eran mucho mayores que los de sus competidores japoneses, su calidad de diseño y manufactura eran cuestionables, y su cultura interna se había vuelto problemática.
Afortunadamente antes de que aquella tecnología fracasara, que al día de hoy es la más usual en teléfonos, tablets y todo tipo de ordenador que se preste a ser vendido en el mercado, fue vista por Steve Jobs, quien mejoró la idea notablemente y que después fue plagiada por Bill Gates con el lanzamiento de su “Windows”.
Un pirata le robó a otro y luego a otro, hasta llegar a lo que conocemos hoy, por más simplista que la historia parezca. Lo paradójico de todo es que Xerox fue el gran innovador y la historia solo lo posiciona como el principal proveedor de equipos de impresoras.