La tecnología Chip-Off es una técnica avanzada y de último recurso para recuperar datos de dispositivos dañados, que consiste en extraer físicamente el chip de memoria y leer su contenido directamente con equipos especializados. Se utiliza cuando otros métodos de extracción de datos no son posibles debido a daños físicos graves, cifrado o fallos electrónicos.
El día 27 de enero de 2017 a las 12:37, Jimena Salas toma la última fotografía de uno de sus asesinos. Luego de matarla ambos sujetos destruyeron el dispositivo a las 12:51, para luego terminar destrozarlo a la vera de la ruta 9.
La ultima foto corresponde a las 12:37, es la que el asesino sostiene al caniche toy; a las 12:44 se activa el antivirus; a las 12:48 se intenta subir al grupo de Facebook y a las 12:51 se registra la última fotografía borrosa, es el momento en que se destruye el teléfono.
Unos días después personal policial encuentra pedazos de la carcasa y sospechan que se puede tratar del teléfono de la víctima. Con posterioridad es enviado a Buenos Aires a través de la Policía Federal, donde deciden en una última maniobra informática, recurrir a un software de Tawian y Polonia.
Esta tecnología se utiliza como el último recurso para dispositivos con daño físico severo, controlador fallado, cifrado que bloquea métodos software, o corrupción irreversible de firmware.
Se aplica sobre riesgos principales de procedimiento destructivo; riesgo alto de pérdida permanente de datos por daño al chip durante extracción o manipulación. No siempre el éxito está garantizado, depende de que el chip de memoria esté físicamente intacto y de poder revertir algoritmos del controlador.
El Proceso de Chip-Off paso a paso
El procedimiento es complejo y requiere de un laboratorio especializado y técnicos con mucha experiencia.
- Extracción del chip: El chip de memoria (como un eMMC o UFS) se desolda físicamente de la placa base del dispositivo. Para esto se utilizan estaciones de rework especializadas (como estaciones de aire caliente o IR) que aplican calor controlado para funder la soldadura sin sobrecalentar y dañar el chip.
- Limpieza y preparación: Una vez extraído, el chip se limpia de residuos de soldadura y compuestos adhesivos. Luego, si es necesario, se realiza un “reballing”, que es el proceso de colocar nuevas bolas de soldadura en sus contactos para poder conectarlo a un lector.
- Lectura de datos crudos: El chip preparado se coloca en un adaptador especializado, que a su vez se conecta a un hardware lector (como el Visual NAND Reconstructor o PC-3000 Flash). Este equipo extrae una imagen binaria o “volcado crudo” (“raw dump”) de los datos almacenados en la memoria NAND.
- Reconstrucción de datos: Esta es la fase más compleja desde el punto de vista lógico. Los datos extraídos no están en un formato de archivos usable, sino que están “codificados” por el controlador original del dispositivo mediante algoritmos de “Wear Leveling”, “XOR” y corrección de errores (ECC). Los técnicos deben usar software especializado (como UFED Physical Analyzer o Oxygen Forensic Detective) y conocimientos profundos para revertir estos algoritmos, reconstruir la estructura de archivos y recuperar los datos legibles.

Consideraciones y Limitaciones Clave
Antes de considerar esta tecnología, es fundamental entender sus grandes desafíos:
- No es una técnica DIY: Bajo ninguna circunstancia intentes esto por tu cuenta. Requiere equipos que cuestan miles de dólares, un entorno controlado y una micro-manipulación experta. Un error mínimo durante la desoldadura puede destruir el chip y todos los datos de forma permanente.
- Costo elevado: Al ser un procedimiento tan especializado y que consume mucho tiempo, el Chip-Off es una de las formas de recuperación de datos más costosas.
- El cifrado es una barrera importante: Si el dispositivo tenía el cifrado de hardware activado (algo común en smartphones modernos), los datos extraídos del chip permanecerán cifrados y serán inaccesibles sin la clave correspondiente, anulando por completo la efectividad del Chip-Off.
- Compatibilidad tecnológica: Los técnicos deben contar con adaptadores y software específicos para el tipo, modelo y fabricante de cada chip. La llegada de nuevas tecnologías como las memorias UFS (en smartphones Samsung Galaxy S6 y modelos posteriores) requiere hardware lector aún más especializado y costoso.



