El dirigente de La Libertad Avanza Salta, Alfredo Olmedo, se puso a llorar mientras contaba cuantas carreras tenía una de las candidatas de su espacio. “Que me vienen a hablar a pedir plata y plata y plata. Ahí está el mérito. Tres títulos. ¿Me explico? Eso es La Libertad Avanza. No es acomodo, no es un dedo, es el mérito”, dijo entre lágrimas en una escena inexplicable
¿Dónde habrá quedado el nivel de políticos de la talla de Frondisi, Illia, Alfonsín e incluso Menem? pero estos ya vienen desvencijados intelectualmente de una forma que asusta. Se utilizan términos como “berretización” de la política, tras los repetidos escándalos en el Congreso de la Nación, donde la vergüenza ajena es un lugar común.
En ese lodazal donde hasta un cerdo se sentiría incomodo vuelan los vasos de agua, los insultos y las descalificaciones al son de una aguda y dolorosa frecuencia de ignorantes y analfabetos funcionales vestidos de mediáticos, haciéndose pasar por políticos. Pero lo de Alfredo Olmedo excede todo lo que la definición de morbosidad podría abarcar, porque ponerse a llorar frente a una cámara en la era de la inmediatez es una torpeza inimaginable y una falta de tacto colosal.
Todo este sainete en medio de la cuenta regresiva para las elecciones donde su figura acaba de ser desplazada por una mujer a la que dobla en edad pero que desde Buenos Aires decidieron que sea su suplente, porque como le dijeron en la cara: “No mide ni el 5%”.
La insólita situación se dio durante una entrevista en CNN Salta mientras Olmedo explicaba que, en el caso de que Emilia Orozco no asumiera, su lugar sería ocupado por María Vanega (¿?), una joven profesional oriunda de Metán. Allí fue cuando el sojero se emocionó hasta las lágrimas.
“Tiene tres títulos, el currículum son como diez páginas, tiene tres títulos y ahora se anotó en abogacía. Y le digo con total humildad, viene de una familia que su mamá es empleada doméstica. Es currículum”, dijo Olmedo, mientras se quebraba en llanto. Y ¿Quién le importa? de hecho se cagan en los científicos a cada rato, en los profesionales del Garrahan y en todo aquel que tengan títulos y post títulos. ¿Desde cuándo al sujeto de la campera amarilla le emocionan los títulos universitarios?
“Que me vienen a hablar a pedir plata y plata y plata. Ahí está el mérito. Tres títulos. ¿Me explico? Eso es La Libertad Avanza. No es acomodo, no es un dedo, es el mérito”, siguió balbuceando en medio de “lágrimas de cocodrilo” y un lamentable soliloquio que solo lo puede entender él y nadie más en el planeta.
Lo de la Libertad Avanza en Salta es inexplicable en lo que a espectáculos vergonzantes representa, en cada manifestación pública de un espacio político que a nivel nacional no para de crecer a pesar de los insultos de Milei, la recesión espantosa que se vive y la caída catastrófica en el consumo.
A saber: la denuncia a Pablo López por pedirle a la novia que le chupe el pito por 10 mil pesos y situaciones de violencia de género; el concejal patotero que fue a radio Infinito a montar un verdadero escándalo porque odia a Daniel Murillo, con amenazas e insultos; y ahora el paupérrimo número de circo lacrimoso de Olmedo. Y eso que todavía no llegaron las elecciones.