Fue lo que se le ocurrió decir a la diputada nacional (!) por Salta, Yolanda Vega, de Innovación Federal, quien se justificó de su muy cuestionada ausencia en la votación sobre el financiamiento universitario alegando un cuadro virósico.
En la jerga se conoce como “chancho arriba del árbol”, porque no se sabe cómo llegó hasta ahí. Es el caso de la controversial Yolanda Vega, a quien la prensa local y sobre todo del valle, castiga intempestivamente. Pero la legisladora está hecha de teflón, ya que ni le viene ni le va que hablen de ella como la peor representante que tuvo Salta en toda su historia, en esa sagrada Cámara de diputados.
“No pude estar en el inicio de la sesión porque estaba descompuesta, con mareos y vómitos”, relató Vega, en diálogo con FM Aries, donde explicó que, a pesar de intentar participar, su estado de salud le jugó una mala pasada.
“Ingresé alrededor de las 12:30 y estuve más de una hora sentada. Pero la congestión y el frío del aire acondicionado me hicieron sentir peor; me faltó el aire y me puse morada y fría”, afirmó, mientras una impostada tos interrumpía la entrevista. Dijo que tuvo que retirarse nuevamente para recibir asistencia médica.
Según lo que refrita la prensa local, Vega se despachó con que es alérgica y estaba “sufriendo el cambio climático”. “Hoy debería estar internada”, agregó. Además culpó al aire acondicionado del avión.
A pesar de su intento por regresar al recinto, la diputada se vio obligada a retirarse de manera definitiva. “Me hicieron una asistencia respiratoria porque se me cerró la garganta. Ya llevaba más de una semana con antibióticos y no pude resistir el clima tan frío del lugar”, sostuvo Vega, destacando que su cuadro de salud se había agravado en los días previos a la sesión.
“Nunca pensé que la votación se haría tan rápido. Estaba con la doctora cuando comenzaron, y no pude regresar a tiempo”, explicó lo que es inexplicable.