LA FÓRMULA DE LA DERROTA: SOBERBIA, INSULTOS, MOTOSIERRA A LA DISCAPACIDAD Y LA SALUD… Y UN TAL GORDO DAN

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Tras la calamitosa derrota para renovar la mitad de la Legislatura de la provincia de Buenos Aires, en estas elecciones 2025 estaban en juego 46 bancas de diputados y 23 de senadores provinciales. Fuerza patria obtuvo un 47.3 % de los votos sobre 33.7 % de la LLA. Números que denotan una derrota humillante ¿Por qué el oficialismo perdió de esta forma? además de Milei ¿quiénes son los culpables de semejante paliza en las urnas en un bastión que representa la mitad de la Argentina? Foto: Clarín 

“Nos mearon y se cansaron de insultarnos”, dijo uno de los intendentes ganadores de las elecciones legislativas en las que La Libertad Avanza sufre la peor derrota desde que aterrizó en el poder en la Argentina. No se sabe con precisión cuando fue que el gobierno de Milei pasó de “domar la inflación” a una caída sin retorno, no solo en su imagen y las formas, sino en la espantosa recesión, caída del consumo, trepada del dólar, incremento catastrófico del riesgo país y un episodio de corrupción que detonó como un tsunami contra el Ejecutivo nacional y su gabinete.

La aparición de los Menem en escena reptando detrás del poder, generando una interna insana; Luis Caputo como presencia inamovible al lado de Milei; los insultos a Victoria Villarruel y una ninguneada inexplicable; más la partida de algunos actores como Marcela Pagano, serían premonitoriamente lo que daría paso a la pesadilla desatada por los audios de Diego Spagnuolo.

Como si no alcanzara con una psicosis propia de una banda de violentos que multiplicaron un comportamiento psicopático en cada quiosco de LLA a lo largo y ancho del país, con muestras de rasgos psiquiátricos tales como los que se vieron en Salta, cuando Rodrigo Quinteros se presentó con un grupo de patoteros a agredir al periodista Daniel Murillo o cuando Emilia Orozco insultó en repetidas ocasiones a un movilero de Canal 10. Ni hablar de Pablo López denunciado por pegarle a su pareja y pedirle favores sexuales por dinero a cambio, y muchos más de similar cuantía en otras provincias, funcionaron como una olla a preción que estallaría a una semana de las elecciones.

Estas prácticas reprochables no eran otra cosa que una psicótica forma de imitar al líder de turno, Javier Milei, como una forma de genuflexa de actuar en el terreno político como si esa obediencia sumara adeptos “a la causa”; lo que se tradujo en el posteo del repugnante Gordo Dan contra la persona de Luis Juez y su hija discapacitada. Algo que se ganó el rechazo de toda la sociedad, incluyendo a Guillermo Francos, Jefe de Gabinete de Ministros de la Nación Argentina.

Obvio que el único que avaló semejante horror fue el violento Rodrigo Quinteros, quien salió a reafirmar los dichos del impresentable Daniel Parisini, quien hace unos meses estuvo de paso por Salta en un acto donde participaron el eyectado Pablo López y por supuesto Emilia Orozco.

Pero sin dudas lo que dejó al gobierno de Milei expuesto en su hipocresía fueron los audios de Diego Spagnulo, el amigo y abogado del propio presidente, quien ingresó a Olivos 41 veces a escuchar opera con el presidente. Esa misma persona fue grabada sin su consentimiento diciendo que Karina Milei estaba incurriendo en una probable maniobra de coimas de los fondos para los medicamentos para los discapacitados, hacia la empresa Suizo Argentina.

Ya no hubo retorno. Resultaron ser iguales o peores de corruptos que los que estaban antes, quienes al menos “robaban pero repartían”, según el decálogo folclórico argentino. Todo el verso de la casta y similares patrañas dichas durante la campaña se diluyeron en un mar de caca que tapó a Milei y a su gabinete hasta el cuello.

Voto castigo

Dicen que no hay situación más dolorosa que el día después de una elección perdida por paliza.  “Que rueden cabezas, se recomponga el tejido de poder en la cima de la Casa Rosada y se inicie una nueva era. El proceso debe empezar ya, en las próximas horas. Antes de que sea demasiado tarde”, reflexiona Clarín en un editorial con tufo a “te lo dije y no quisiste escuchar”.

Allí el medio porteño castigado por el presidente –uno de tantos a los que llamó ensobrados– indica que Javier Milei lucía anoche aturdido, pero no pudo evitar escuchar las primeras sugerencias de su entorno. “Tiene que entrar con la motosierra a Balcarce 50 y modificar muchas cosas”, decían a su lado. La sensación de quienes hablaron con el Presidente, que no fueron muchos, era que, aun confundido y fastidioso con el espejo que le devolvieron las urnas, tomó nota del pedido silencioso que se venía dando en la etapa previa a las elecciones y que anoche se convirtió casi en un grito de desesperación. Habrá que ver si hoy hay novedades. El Gobierno le tiene pánico a la reacción de los mercados. ¿Habrá algún anuncio antes de las diez de la mañana? ¿O bastará con el tuit de Luis Caputo advirtiendo que no se modificará nada en lo económico, lo monetario y lo cambiario?

La derrota fue durísima. Dicen que Milei sospechaba que podía sufrir un traspié, aunque nunca habría llegado a dimensionar que podía tratarse de una paliza. La fe en sí mismo, acaso, lo encegueció. Supuso que su imagen y el rechazo al kirchnerismo le iban a alcanzar para enfriar las luces de alarma que asomaban hace un tiempo entre los bonaerenses. Milei hizo caravanas en el Conurbano y hasta lideró el cierre de campaña en Moreno, pero el desgaste de su figura se trasladó a sus candidatos.