El escándalo que salpica al gobierno de los Milei tiene un solo detonante y no es más que una persona de excesiva confianza del presidente. De hecho ingresó 41 veces a la Casa de Gobierno a escuchar opera con el mandatario en horas de la madrugada, en algunas ocasiones. Los audios grabados sin su consentimiento parecen ser una idea del mismo sector libertario disidente con Karina Milei y los Menem. Una trama que comienza con las fantochadas de un bocón y que causaron un tembladeral en un gobierno que venía con recesión pero con baja de la inflación y disminución de la una pobreza escandalosa heredada del kirchnerato
Hablar. Esa costumbre que tiene el ser humano de expresarse más allá de la necesaria comunicación que une al tejido social y que distingue a las personas de las bestias, aunque algunos exhiban rasgos de bestias. El hecho es que la costumbre de hablar de más y un dispositivo para grabar, le dieron una póliza de seguro explosiva a quien –o quienes grabaron a Diego Spagnuolo– y al gobierno de Milei una crisis que solo se puede comparar a ejemplos históricos con el de “Garganta profunda” en el Watergate.
En periodismo, el término “Deep Throat” se refiere a un informante secreto y anónimo que proporciona información privilegiada a periodistas sobre un asunto de interés público. El seudónimo se popularizó a raíz del escándalo de Watergate, donde un informante (Mark Felt, subdirector del FBI) proveyó detalles cruciales al equipo de periodistas del The Washington Post, Bob Woodward y Carl Bernstein, sobre la involucración del presidente Richard Nixon en el caso.
Para ese ejemplo en particular que hizo caer a un gobierno –y no cualquiera, sino el de EE. UU.– tiene sus particularidades y diferencias con la boconeada de Diego Spagnuolo, quizás con alguien del mismo gobierno, quien enojado con las internas tomó la determinación de darlos a conocer y provocar un terremoto puertas adentro del poder mismo. Léase Milei y su hermana, más los primos Menem por detrás del telón pero como protagonistas excluyentes de una trama que tiene en vilo al ejecutivo nacional, sobre todo si ahora el bocón en cuestión se acoge a la figura del arrepentido colaborador.
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Desde el gobierno tomaron dos medidas: una el silencio absoluto. Una especie de “blakc out”, de cautela absoluta a decir la más mínima palabra relacionada al caso. En términos de barrio: a hacerse los reverendos boludos. Es el caso de José Luis Espert, quien consultado por la prensa no emitió el mas mínimo comentario y menos una explicación que aclare semejante escándalo. Casualmente el que se lo presentó al presidente a este personaje que quería ser diputado y que lo terminaron conformando con el manejo de un área tan sensible que al gobierno le quema, el de la discapacidad.

La otra medida es esperar a que Spagunolo decida qué hacer con semejante bomba. Se cree que si boconeó de esa forma, si tenía la malsana idea de hablar sin parar ante quien sea de cualquiera y fanfarronear acerca de su amistad con el poder de turno, es de imaginar que ese teléfono secuestrado debe tener información y conversaciones “radiactivas”. Termino que utilizó el periodista Carlos Pagni en su editorial en La Nación +, en su programa Odisea, donde detalló que las coimas pasaron de 3% al 8%, es decir que otro abonado a esta macabra trama es Alberto Fernández, quien también tendría un vínculo con los millonarios propietarios de la droguería Suizo Argentina.
En ese armado entra Jonathan Kovalivker, directivo de la droguería, quien tras ser llamado a declarar en la Justicia en la causa que investiga las presuntas coimas en la provisión de medicamentos con la Agencia Nacional de Discapacidad, este lunes se presentó en los tribunales federales de Comodoro Py. Es uno de los propietarios de la droguería Suizo Argentina, apuntada en la investigación iniciada a partir de los audios del exdirector de ANDIS, justamente el bocón Spagnuolo.

El accionista de la firma era buscado por la Justicia desde el jueves tras ser llamado a indagatoria por pedido del fiscal Franco Picardi en la causa que lleva adelante el juez Sebastián Casanello. Se presentó en los estrados junto a su abogado Martín Magram y entregó su celular para una eventual revisión pericial. Sin embargo, no entregó la clave de su dispositivo.
En tanto Jonathan Kovalivker es hermano de Emmanuel Kovalivker, otro de los dueños de la droguería, a quien las fuerzas de seguridad encontraron el viernes pasado en el marco de uno de los allanamientos desplegados en la causa, cuando intentaba irse en su auto del barrio donde vive en Nordelta, dentro del cual había varios sobres en los que se contabilizaron en total 266 mil dólares y siete millones de pesos.
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La información que llevó a la Justicia a desplegar una decena de allanamientos, llamados a indagatoria y otro tipo de diligencias, salió a la luz en el programa Data Clave, transmitido por el canal de streaming Carnaval, donde se difundieron audios en los que Diego Spagnuolo describió maniobras de supuestos actos de corrupción en el circuito de compra de medicamentos y mencionó de manera directa a Suizo Argentina. En esas grabaciones, Spagnuolo relató que existían vínculos con Eduardo “Lule” Menem, asesor de la Secretaría General de la Presidencia, y con Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados.
En cuanto a los hermanos Kovalivker, quienes muestran vidas ampulosas con lujosas mansiones y flotas de automóviles de alta gama, solo en 2024, cobraron 19.000 millones de pesos de la Agencia Nacional de Discapacidad, un volumen que posiciona a la empresa como una de las principales proveedoras del organismo.
La investigación judicial apunta a determinar si parte de esos ingresos se manejaron mediante pagos ilegales o maniobras irregulares, tal como surge de los audios difundidos del exdirector de Andis, Diego Spagnuolo, quien mencionó directamente a la firma y describió un esquema de sobreprecios y pagos vinculados a funcionarios del Estado.
Lo más paradójico de todo esto es que esta perversa trama de sobreprecios estaba tan bien disimulada que viene desde épocas de Alberto Fernández, y que estaba tan oculta que Milei negaba sistemáticamente estos fondos para los discapacitados y se ufanaba de que su gobierno había llegado para acabar con estas prácticas miserables de sobreprecios, pero al parecer se hacían desde la obscenidad de quitarle a un sector tan sensible como ese.
Lo que el gobierno ahora se pregunta sobre el desastre causado y los daños evidentes que ya se notan en la trepada del índice del riesgo país y otras calamidades por venir, es si esta maniobra de grabar al bocón viene de Marcela Pagano y su marido, sospechada por el gobierno; o bien de la vicepresidenta, producto de ser destratada por Milei en una pelea sin retorno hace unos meses; o de algún sector que quiere terminar con los Menem desde adentro.
Todas son especulaciones sobre la paranoia que invade a un gobierno que hasta hace unas semanas se auto-percibía con el mejor de la historia. Parece ser que cuando se cree estar tan alto muchas veces la caída es demasiado dura.
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