NAVIDAD DE TERROR: LA PATRAÑA DE LA PIROTECNIA CERO FUE UNA BURLA UNA VEZ MAS

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Apenas faltaba un minuto para los doce cuando comenzaron a sonar las bombas y la paz de Noche buena se convirtió en un infierno sonoro. Bombas de estruendo, fuegos de alto poder explosivo y detonaciones secas volvieron a escucharse en Salta Capital. A pesar de que la pirotecnia sonora está prohibida y los controles que realizaron activamente desde la Municipalidad de la Ciudad y la Provincia, todo volvió a ser una pesadilla. Padres de niños con TEA reclaman más empatía.

Cuesta creer que en las sociedades modernas existan energúmenos que no respeten la convivencia y se defequen en el derecho de todos los ciudadanos. Ocurre en Salta y es un mal endémico que cada año parece ser peor que el anterior. Pero este año parecía ser que la Noche buena sería diferente, pero apenas fue una ilusión que se terminó a las doce de la noche del 25 de diciembre de 2025.

La cantidad de pirotecnia que se tiró en Salta fue sobreabundante, demasiada para seguir tolerándola, extremadamente peligrosa para la salud mental de gran parte de la población que ya no tolera más este tipo de “festejos”, que más que una fiesta religiosa parece un escenario bélico.

Una madre se comunicó con MUY CRITICO desde el barrio Tres Cerritos para contar que las paredes de su casa temblaban con cada explosión, mientras su hija con TEA sufría una profunda crisis psiquiátrica y sus mascotas se escondían aterrorizadas. Esta vecina alertó que a la vuelta de su casa funciona una radio FM hace años y que el propietario es un conocido locutor en el medio salteño, aduciendo que es esa persona la que año a año es quien tira pirotecnia que trae de contrabando desde Bolivia.

Este tipo de relato se repiten sin solución de continuidad ante la impotencia de los vecinos y los recursos que se gastan desde el Estado para realizar controles que de nada sirven, ya que se está ante un problema cultural, idéntico al de los caños de escapes de las motos, ya que si toda la población hace caso omiso a las alertas sanitarias en contra de ruidos que superan en decibelios lo permitido, se está ante una sociedad enferma que sufre una ignorancia y falta de empatía rayana con la psicopatía.

Todavía falta el Año nuevo y promete ser otro escenario de pesadilla para los niños que sufren TEA, las mascotas y animales que deben padecer esta pesadilla todos los años, y obvio todo aquel que quiere pasar una navidad en paz, que a esta altura parece ser una quimera.