OTRO DOMINGO PARA EL OLVIDO PARA COLAPINTO EN HUNGRÍA

54

El piloto argentino que venía de mejorar su rendimiento el sábado con la clasificación en el puesto 14° por delante de su compañero Pierre Gasly, sufrió de principio a fin en el Gran Premio de Hungría, donde terminó 18°, beneficiado por el abandono de Oliver Bearman y la penalización final al francés. Paradas eternas, una mala estrategia de compuestos y un auto que no responde. Foto: EFE/EPA/ANNA SZILAGYI / POOL

Primero por su mala largada que lo hizo retrasarse cuatro posiciones, pero principalmente por sus paradas en boxes, donde los mecánicos de Alpine tardaron más de 15 segundos en cambiarle los neumáticos: el triple que los equipos que suelen pelear mano a mano con la escudería francesa.

“Un día para el olvido, un desastre”, graficó su frustración el piloto bahiense de 22 años en la zona mixta, donde explicó las dos claves que no le permitieron ir por más, cuando se había llenado de ilusión por su mejoría en la qualy y haber guardado un juego de neumáticos duros para una carrera que no sería tan exigente desde las condiciones climáticas, lo que estiraba la vida útil en una pista donde la estrategia es la clave, por los pocos sectores que permiten sobrepasos.

“No fue una mala largada en sí, no tuve nada de grip atrás y me fui afuera en la curva 2, había ganado algún puesto y después perdí muchos”, explicó sobre el inicio, en el que quedó rodeado en el centro de la pista, sin mucho margen de maniobra y mirando a todos desde el puesto 18°, bien atrás.

Según reflexiona una nota de Clarín, muchas veces parece que el propio equipo rosado es el principal rival de Colapinto. El auto no acompaña con su rendimiento dispar en las distintas condiciones que se presentan en las competencias, otras veces fueron las decisiones en la estrategia y ahora se sumó el error por partida doble en una situación en la que no se puede fallar a estos niveles. Una mala praxis deportiva.