¿QUÉ NO ERAN CASTA?

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Al final no salió Ficha Limpia y Cristina Kirchner se puede candidatear para lo que quiera, incluso para presidenta de la nación después de que Javier Milei haya hecho desaparecer lo que alguna vez se llamó “clase media” y la casta brille por su presencia, con senadores ganando nueve palos y políticos choreando a cuatro manos, con tal toda la culpa es de un tal Lospennato.   

“Tendría que haberse inventado algo mejor porque decir que Ficha Limpia se perdió por Lospennato es más que demasiado. ¿Quién le hace decir estas cosas a Milei? ¿O se las inventa solito?”, se pregunta un mordaz editorial de Clarín, titulado: “Fantástico: el gobierno anticasta, al final, termina encastado con Cristina”.

En definitiva es como dice el famoso tango: “Vivimos revolcaos en un merengue, y en el mismo lodo, todos manoseaos”, porque al fin de cuentas es todo tan miserable y tan simplista que quedaron en el mismo lodo, las dos condenas de Cristina, o lo que tenga que tocarle a Karina con Libra, o el centenar e causas de Mauricio y así hasta el fin de los tiempos.

Pero cuidado Clarín (!) o quien quiera que se le vaya a parar a cantarle las cuarenta o el famoso tango de Discepolo, que no les vaya a caer una denuncia como a Carlos Pagni o el otro que recién se lo ve emerger entre las líneas enemigas, y hasta la Canosa que ahí anda enredada en robos de carteras y denuncias de pedófilos famosos.

“De acuerdo: tenía que ocultar que fue él quien ordenó boicotear la ley que sacaría a Cristina de la carrera electoral, como blanqueó el misionero Rovira, que ejecutó la operación. Pero ni el Gordo Dan se cree eso que Lospennato es la culpable”, se plantea la afilada pluma de Ricardo Roa, quien no vaya a ser que se convierta en el cuarto denunciado por Milei, por acatar las órdenes de Héctor  Magnetto, el otrora anticristo de los Kirchner y ahora el nuevo dolor de cabeza de “Las fuerzas del cielo”.

Mientras tanto por estos valles la Orozco dice que ella acompaña “al mejor gobierno de la historia”. Ese mismo que no tiene ni siquiera la cintura política para sacar una ley que no le permita más a Cristina ejercer un cargo público por el resto de su vida.

Y que se vaya de una maldita vez al Calafate, lugar del que jamás tendría que haber salido, por el bien del pueblo argentino que hoy en día agoniza por obra y gracia de que a ella no se le ocurrió mejor idea que bancar sus presidencias con emisión monetaria y darle a la gilada el populismo que la llevó a ser votada por el 53% de la manada de burros e ignorantes que se creyeron el verso progre de Néstor Kirchner.

Pero ahí están los libertarios presumiendo de una inflación planchada y una baja en los índices de pobreza que los mantienen insultando a los periodistas, que el mismo Milei usó como condones para llegar a ser presidente y que hoy los trata como a negros en una fiesta del KKK, con el presentador del relato libertario, el gordo Dan. Ese que hoy está ocupando los zapatos de Víctor Hugo Morales, riendo a boca de jarro ante la decadencia de la televisión argentina, berretizada en un halo de intrascendentes informes de figuritas de la forrandula porteña y payasos impresentables.

Esa televisión que ha perdido ese poderío de épocas doradas como las de Tato Bores, Bernardo Neustadt o el gordo Lanata, quienes forman parte del panteón del salón de la fama de una televisión que ya no existe y que ha dejado paso a bufones del streaming, quienes para desgracia del estimado publico están facultados para rebuznar sin límites de vergüenza y sin fecha de vencimiento.

Mientras tanto Ficha Limpia no fue más que una anécdota que sirvió de termómetro para mostrar que la Argentina es un país donde un tachero para obtener su licencia o un aspirante a empleado público tiene que tener una hoja prontuarial inmaculada pero que un político para ejercer un cargo público –es decir, ser casta– puede haberse choreado todo, como Cristina y acceder al cargo que se le cante.