LA INCREÍBLE HISTORIA DEL MAQUILLADOR DE HOLLYWOOD CONDECORADO POR AYUDAR A SACAR A LOS REHENES DE IRAN

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En un giro sorprendente de los acontecimientos históricos, la reciente desclasificación de archivos secretos ha arrojado luz sobre una historia de valentía y audacia que se mantuvo oculta durante décadas. John Chambers, un afamado maquillador de Hollywood, fue condecorado por su papel crucial en la operación de rescate de rehenes en Iran en 1980. 

Los documentos liberados recientemente por el gobierno de Estados Unidos revelaron detalles impactantes sobre cómo Chambers utilizó sus habilidades en el mundo del cine para contribuir a una misión diplomática y de inteligencia de alto riesgo.

Durante la crisis de los rehenes en la Embajada de Estados Unidos en Teherán en 1979, un grupo de ciudadanos estadounidenses fue capturado y retenido en la embajada por militantes iraníes. Sin embargo, un grupo de seis rehenes logró escapar y buscar refugio en la embajada canadiense.

Fue en este momento crítico que John Chambers entró en escena. Utilizando su experiencia en efectos especiales y maquillaje, trabajó junto a la CIA para idear un plan audaz. Creó identidades falsas y apariencias convincentes para los rehenes, transformándolos en un equipo de cine canadiense en una misión de reconocimiento de locaciones para una película ficticia llamada “Argo”.

Bajo la fachada de una producción cinematográfica legítima, los rehenes lograron evadir la vigilancia y salir de Irán sin levantar sospechas. La operación, conocida como “Operación Argo”, es considerada uno de los capítulos más increíbles de la historia de la diplomacia encubierta.

La película dirigida por Ben Affleck en 2012 rindió homenaje a esta audaz operación y revivió el papel crucial de Chambers en la misión de rescate. El filme retrata la trama con un nivel de detalle impresionante, capturando la tensión y el riesgo involucrados en la operación. La actuación de John Goodman como Chambers en la película también ayudó a popularizar aún más la historia del maquillador de Hollywood que se convirtió en un héroe imprevisto.

La reciente desclasificación de los archivos ha reavivado el interés en la historia y ha permitido al mundo apreciar la valentía y creatividad del maquillador de Hollywood, cuyo papel en eventos históricos trascendentales a menudo permanece en las sombras. Su legado perdurará como un recordatorio de que la audacia y la imaginación pueden marcar la diferencia en los momentos más oscuros de la historia.

Tony Méndez, la clave de la extracción

Argo transforma en extraordinaria la crónica de la insólita estrategia ideada y llevada a la práctica por Tony Méndez (el hombre de la CIA personificado por Affleck) para lograr que los rehenes puedan salir de la embajada de Canadá, trasladarse hasta el aeropuerto de Teherán sin que las fuerzas revolucionarias lo noten y escapar en un avión.

Lo que la película nos muestra es cómo Hollywood se involucró en la operación a partir del montaje de una película ficticia que serviría de señuelo para engañar y distraer a los iraníes.

Un informe de LA NACION, detalla que se trata de una trama que mezcla el thriller con el drama y la comedia, y muestra una forma tan posible como inverosímil de conexión entre la política de Washington y la industria de Hollywood, dos personajes adquieren un protagonismo notable.

Uno es ficticio, el productor de cine encarnado por Alan Arkin y otro es bien real. Se llamó John Chambers (John Goodman) y fue un gran experto en maquillaje y máscaras, consagrado como uno de los mejores de su especialidad en el cine estadounidense.

A Chambers le debemos, por ejemplo, la invención de las orejas puntiagudas que lucía el Sr. Spock (Leonard Nimoy) en la serie original de Viaje a las estrellas y la innovadora caracterización de los personajes de El planeta de los simios.