Tras la impactante confesión de Bernie Ecclestone sobre la definición del título del año 1981, en el Gran Premio de Las Vegas, de F1, la hija de Carlos Reutemann se refirió a la revelación en la que el exdirigente reconoció que sobornó a masajistas para perjudicar a su padre. No fue lo único que hicieron para perjudicar al notable piloto argentino, hubo un decálogo de decisiones perversas que le hicieron perder el título. Foto: Automundo
“Un día antes de que muera papá le pedí a Bernie Ecclestone que hable y le diga que había sido el verdadero campeón de 1981. Hubo varias cosas”, contó Cora Reutemann en diálogo con Radio Mitre. “No contaron los 9 puntos del GP de Sudáfrica. La IFA y la FOA hicieron que esos puntos no fueran”, precisó la hija del gran campeón sin corona.
En el documental “Lucky!”, emitido por Star+ y que se estrenó en enero pasado, Ecclestone contó cómo favoreció a Nelson Piquet para que se quedara con el título del 81. “Después del primer día de prácticas era obvio que los pilotos iban a tener problemas con todo el dolor de cuello. Carlos habló con la masajista que se encontraba en boxes. Yo fui a ver a esta persona y después de una discusión financiera, decidieron favorecer a Nelson”, contó quien en ese momento también era dueño del equipo Brabham para el cual corría el brasileño.
“Con el tiempo una se da cuenta de que él era el dueño de la Fórmula 1, e iba a ser difícil que dejara ganar a papá. Era dueño del equipo Brabham”, señaló Cora.
Pero lo más revelador surgió cuando Cora brindó un detalle fundamental. “Cuando murió papá, Bernie Ecclestone me dijo que le pida lo que sea. Le pedí que diga la verdad”. Además de admitir los sobornos, a lo largo del documental el expoderoso directivo agregó: “Ganamos el campeonato de 1981 y fue el final para Carlos, que dejó de correr poco después”. Ambos se conocían bien desde 1972, cuando Lole corrió en la escudería Brabham.
Campeón sin corona
A fines de los 70 y principios de los 80 la F1 no era lo que es ahora. No había tecnología, nadie más que el piloto debía arreglárselas tal como un boxeador cuando “hasta el banquito te sacan”, como alguna vez dijo el gran púgil argentino “Ringo” Bonavena.
Toda la generación del Lole fueron campeones. Eran pilotos de elite, valientes ante el inminente peligro ya que por lo menos dos morían por año, una locura que tras la muerte de Senna en 1994 cambiaron drásticamente las medidas de seguridad.
Carlos corrió en una época muy romántica donde los pilotos tenían otra estética y otra actitud. Eran verdaderos gladiadores y entre ellos se contaban grandes nombres como Niki Lauda, Mario Andretti, Jody Scheckter, Emerson Fittipaldi y obviamente el gran Jackie Stewart. Todos fueron campeones menos el Lole.
La gran injusticia se comenzó a desandar cuando Frank Williams le ordenó a Carlos en Brasil que se dejara adelantar por Alan Jones, el campeón mundial y compañero del ex gobernador de Santa Fe.
Quizás los roses hayan empezado antes pero aquello detonó las rispideces que seguirían con infamias tales como darle otra marca de cubiertas y por supuesto la “trastada” máxima cuando en la última fecha Williams no tuvo mejor idea que darle el auto que estaba en mejor estado a Jones, cuando ya no tenía posibilidades matemáticas y el Lole sí. Aun así le dio un adefesio con el que no pudo adelantar jamás al brasilero.
En aquella carrera en Las Vegas en un autódromo hecho a las apuradas en un estacionamiento, al argentino solo le bastaba con terminar adelante de Piquet, incluso en la posición que fuere y se quedaba con el título de Pilotos; pero Nelson sumó un punto más y fue campeón. Aun con fiebre, el de Brahbam llegó antes que el santafesino.
La pregunta es ¿porque Williams boicoteó de esa manera a Carlos? cuando en realidad su equipo se llevaría el título. Resulta que a Frank no le interesaba el campeonato de pilotos ya que se había asegurado el de Constructores en la fecha anterior y la suerte del Lole le daba igual. Fue tal la infamia que el mismo Piquet reconoció hace unos años que ese título –el primero de su carrera– lo consiguió gracias al mismo Frank Williams.
El caso de “Huracán”
Existen pocos reconocimientos dentro del mundo del deporte de campeones que fueron coronados muchos años después, algunos post morten y otros en vida, como el púgil Rubín “Huracán” Carter, a quien encarcelaron injustamente en 1966 por una serie de crímenes que no cometió, dejándolo sin la posibilidad de ser campeón de los medianos. Cabe recordar que a Huracan al momento de su arresto ya no le quedaban rivales, incluso acabó con el campeón mundial de peso welter Emile Griffith en un solo round.
En 1985 el juez de la Corte Federal, Haddon Lee Sarokin dictaminó que Carter y Artis –un amigo que lo acompañaba esa noche– no habían tenido un juicio justo, afirmando que la acusación fue «por motivos raciales.»
Tras recuperar la libertad se fue a vivir a Canadá. En 1993 recibió «ad honorem» el cinturón de Campeón del mundo del Consejo Mundial de boxeo. El 14 de octubre de 2005 recibió un título honorario en Derecho de la Universidad de Nueva York, la Universidad de Toronto y la Universidad Griffith en Brisbane, gracias a su trabajo para la ADWC, donde fue director ejecutivo de la Asociación para la defensa de los delincuentes convictos y trabajó con condenados injustamente.