JIMENA SALAS II: DECLARÓ UN JEFE DE PERSONAL DE LA EMPRESA AGUAS DEL NORTE, DONDE TRABAJÓ UNO DE LOS IMPUTADOS

55

Se realizó una nueva jornada del juicio por el femicidio de Jimena Salas, ocurrido el 27 de enero de 2017 en su casa de barrio San Nicolás (Vaqueros). La audiencia se encuentra en la instancia de recepción de pruebas testimoniales.

Están siendo juzgados los hermanos Adrián Guillermo Saavedra (38) y Carlos Damián Saavedra (40), imputados por homicidio calificado por alevosía, ensañamiento, criminis causa por el concurso premeditado de dos o más personas, femicidio.

El juicio se desarrolla con tribunal colegiado integrado por los jueces José Luis Riera (presidente), Mónica Faber y Maximiliano Troyano (vocales).

Esta mañana declararon, entre otros, el responsbale de la oficina de Personal de Aguas del Norte, dos vecinas de barrio San Nicolás y peritos del CIF.

El primer testigo indicó que conocía a Adrián Guillermo Saavedra porque es empleado de Aguas del Norte. Señaló que también conocía a sus padres porque ambos se jubilaron en esa empresa.

En relación al imputado, indicó que en 2017 se desempeñaba como capataz (jefe de cuadrilla) y su trabajo consistía en realizar reparaciones en las redes de agua de la ciudad. Concurría a la planta de Alto Molino. Señaló que el perímetro de acción abarcaba desde Ciudad del Milagro hasta barrio Santa Ana. Vaqueros no estaba incluido.

El testigo fue consultado sobre una serie de informes solicitados a la empresa en relación al acusado. Uno de ellos, referido a los horarios de trabajo registrados por Saavedra el 27 de enero de 2017. Explicó que la compañía funciona con horarios rotativos. Los operarios trabajan una semana por la mañana y la siguiente, por la tarde. Sostuvo que la semana del 27 de enero de aquel año el imputado figuraba en el turno matutino, que se extiende de 6 a 14. Aclaró que ese día había trabajado doble turno (horas extras), por lo que su jornada se había extendido de 6 a 22.

Fiscales penales

Explicó que las cuadrillas de operarios entran y salen de la planta en diferentes horarios porque vuelven a buscar materiales. El registro de esos movimientos está a cargo del guardia de seguridad. Explicó que este tiene la obligación de informar quiénes salen en cada móvil y cuál es el kilometraje y el nivel de combustible del vehículo. Cuando la camioneta regresa, el guardia debe anotar el ingreso pero no es necesario que el chofer se detenga para el control del personal que viaja adentro.

En relación a la fecha puntual del 27 de enero de 2017, el jefe de personal informó que Adrián Saavedra entró a las 6 y a las 7 salió en un vehículo con otros compañeros a hacer reparaciones. Regresaron a la planta a las 11.23 para retirar material y volvieron a salir a las 11.43. La cuadrilla volvió una vez más pero en esa oportunidad el guardia omitió dejar registro de la hora. El testigo señaló que tampoco se pudo obtener ese dato de las cámaras de seguridad porque, por el tiempo transcurrido, las filmaciones ya se habían borrado.

Tras ese ingreso no registrado, Adrián Saavedra volvió a salir de la planta a las 14.47, con otros compañeros del turno tarde. El registro digital de salida, al final de la jornada, fue a las 23.

La fiscalía le consultó al testigo si existían omisiones de registro de la Guardia en fechas cercanas al 27 de enero y respondió que no, que en el 99 por ciento de los casos el personal de vigilancia está atento a esta tarea de control.

El jefe de personal también fue consultado acerca de un informe solicitado a la empresa en relación a posibles sanciones que pudiera haber recibido Saavedra durante su desempeño laboral. Enumeró numerosas sanciones (suspensiones) por ausencias sin aviso. También precisó que registra penalizaciones por retirarse del trabajo sin cumplir con una orden de servicio, por abandono de cuadrilla a su cargo sin autorización, por llegadas tarde, por mal desempeño de sus funciones, por alcoholemia positiva y por salir sin el carné de conducir.

Durante la jornada declararon también dos vecinas de barrio San Nicolás –madre e hija- que el 27 de enero de 2017 mencionaron haber visto un auto negro, chico, “ovaladito”, estacionado cerca de la casa de Jimena Salas. Una de las testigos aportó que pasó por el lugar cerca del mediodía, en el auto de una vecina. Dijo que el vehículo oscuro le llamó la atención porque conocía a todos los residentes del barrio y ese auto no era de la zona.

Relató que el hombre descendió del lado del conductor, abrió la puerta de atrás y sacó un perrito caniche gris oscuro tirando a negro, que llevaba una correa roja. Remarcó que el sujeto nunca las miró y caminó en dirección a la casa de la víctima.

Lo describió como una persona de tez trigueña, cabello oscuro, corto o intermedio, y barba corta, descuidada, sin forma. Dijo que no tenía anteojos y que vestía pantalón de jean y camisa a cuadros, roja y blanca, arremangada.

La testigo fue consultada sobre una rectificación que había realizado en relación al color de la correa del perrito, ya que su primera declaración -realizada en sede policial- había dicho que era negra.

Durante la jornada también declararon dos  licenciadas en Criminalística del CIF. Una de ellas expuso sobre una serie de intervenciones que tuvo a su cargo, entre ellas, un allanamiento en barrio Tres Cerritos, una inspección ocular y registro fotográfico de tareas de excavación en una plaza, y el cotejo de imágenes presentadas en la causa.

La otra profesional contó que intervino en un allanamiento en calle Luis Güemes al 800, en identificaciones papiloscópicas, cotejos de rastros papilares, y en la inspección ocular de tres vehículos y de un inmueble.

Por el Ministerio Público interviene una unidad fiscal conformada por Mónica Poma, Gabriel González y Leandro Flores. La defensa de los dos imputados está a cargo de Marcelo Arancibia y la querella estará representada por Pedro Arancibia.