BEN CARSON: DE TONTO DE LA CLASE A MEJOR NEUROCIRUJANO PEDIÁTRICO DEL MUNDO

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Fue precandidato presidencial republicano en 2016 y Secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano, siendo el primer afroamericano en formar parte de la presidencia de Donald Trump. Director del Departamento de Neurocirugía Pediátrica del Hospital Johns Hopkins de Baltimore, Maryland, EE.UU., y probablemente el mejor neurocirujano infantil del mundo. El Dr. Carson es   profesor de Neurocirugía, Cirugía Plástica, Oncología y Pediatría, y ha escrito más de noventa artículos sobre neurocirugía. Ha recibido 27 doctorados “honoris causa”.

Hay historias que son desconcertantes pero inspiradoras al mismo tiempo. ¿Cómo es posible que un niño afro americana haya crecido en medio del odio racial que su país le profesa a su color de piel y siendo considerado el tonto de la clase haya terminado siendo médico neurocirujano, psicólogo, escritor y filántropo adventista.

Un informe en el portal JALACOSTE relata su importadora historia de vida. Nació en Detroit (Míchigan) el 18 de septiembre de 1951. Su madre, Sonya Carson, abandonó la escuela en tercer grado. Con sólo trece años Sonya se casó con Robert Solomon Carson, un ministro bautista procedente de Tennessee. Pero cuando Ben sólo tenía 8 años su madre Sonya se separó pues descubrió que su marido tenía otra familia y que vendía drogas.

Así que la pobre señora Carson asumió la responsabilidad de sostener a Benjamin y su hermano mayor, Curtis. Trabajaba en dos (a veces tres) puestos de trabajo a la vez para poder mantener a sus hijos. Un problema adicional para la familia era que la señora Carson se deprimía constantemente. La familia de Ben Carson no podía ser más disfuncional (monoparental, pobre, madre depresiva, afroamericanos,…) Era el perfecto caldo de cultivo para que los niños se convirtieran en pandilleros.

El más tonto de la clase

Ben Carson manifestó desde la educación primaria numerosas dificultades escolares, llegando a ser el peor alumno de su clase. No sabía leer adecuadamente. Era objeto de insultos y burlas por parte de sus compañeros.  Todo esto lo llevó a desarrollar un temperamento agresivo e incontrolable. Ante la constante humillación de sus compañeros, Ben llegó a pensar que no sólo era el niño más tonto de la escuela, sino del mundo entero.

En síntesis, su vida estudiantil fue complicada porque, aparte de la antipatía y exclusión expresada por sus pares, al ser una escuela predominantemente blanca, continuamente era ignorado por sus maestros. Ante tantos insultos, paulatinamente, fue desarrollando un temperamento agresivo e incontrolable.

En 2008 fue galardonado con la Medalla Presidencial de la Libertad en EE.UU. (es una condecoración otorgada por el Presidente de los Estados Unidos, equivalente a la Medalla de Oro otorgada por el Congreso, y es la concesión civil más alta en los Estados Unidos). Hoy es una de las 89 “leyendas vivientes” elegidas como tales por la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos.  La CNN   lo ha reconocido como uno de los veinte médicos y científicos más destacados de la actualidad.

Menos tele y más libros

Un día, estando la madre de Ben haciendo labores de limpieza en la biblioteca de la casa donde trabajaba, se quedó admirada por la cantidad de libros ahí reunidos. En ese momento de contemplación, súbitamente entró a la habitación el viejo profesor dueño de esa casa, y entonces la mujer se atrevió a preguntar: “Profesor ¿acaso ha leído todos esos libros?”. El hombre contestó: “Casi todos”.

Esta breve experiencia fue suficiente para la madre de Ben. En ese momento intuyó con toda claridad los pasos a seguir con sus hijos. Así fue que tomó una sencilla pero trascendental decisión que habría de cambiar el futuro de los niños: condicionarles la televisión, la cual veían desmesuradamente; también se negó a dejarlos salir a jugar hasta que hubiesen terminado la tarea de cada día.

El trato consistió en permitirles ver exclusivamente dos programas a la semana; pero solamente si leían dos libros de la biblioteca pública, para lo cual tenían que escribir las reseñas correspondientes (a pesar de que, debido a su propia falta de educación, ella apenas podía leer los informes que Ben escribía). Los niños protestaron, se inconformaron, pero la madre no cedió. Se mantuvo firme. Esta era la nueva regla del juego.

Al paso del tiempo Ben empezó a disfrutar de los libros, del aprendizaje que, al combinar la lectura con la música clásica, gradualmente su imaginación comenzó a despertar de manera genial: así empezó a imaginarse a sí mismo siendo doctor. Fue entonces que se dio cuenta de que no era tonto.

De tonto a sobresaliente

En el lapso de un año y medio, ante la mirada incrédula de sus compañeros y maestros, pasó de ser del alumno “más tonto del mundo” al más sobresaliente de la escuela. Se graduó con honores.

Pero debido a un incidente racista por parte de una profesora su madre lo cambió de escuela. En este nuevo lugar Ben se empezó a juntar con malas compañías, renació su incontrolable temperamento a tal punto que se volvió agresivo, dejó la lectura y su pasión por la música clásica. Inclusive, llegó a amenazar a su madre y casi apuñala a un compañero, situación que lo hizo reflexionar y enmendar para siempre el camino.

Hoy en día

En junio de 2002 se le detectó una forma agresiva de cáncer de próstata; pero afortunadamente fue descubierto y extraído a tiempo. Sin embargo, debido a su encuentro con la muerte, Carson realizó algunos cambios en su estilo de vida. Desde entonces dedica más tiempo a su familia y ha disminuido la cantidad de pacientes que opera.