Se trate de Corrientes, Salta o Catamarca, la historia parece repetirse cada vez que un episodio criminal sucede en el interior del país, en provincias donde parece ser que de pronto se ha perdido la capacidad de investigar y que casualmente son casos que rozan al poder de turno
Pueden ser épocas de Internet, de teléfono fijo o de las carretas, pero parece ser que cada vez que un hecho criminal roza al poder de turno se produce una pérdida total de las habilidades para investigar y resolver un caso de homicidio, femicidio o en esta oportunidad la desaparición de un niño.
La fórmula se repite. Primero la policía no tiene idea de lo que sucedió; luego la fiscalía embarra la cancha lo más que puede para hacer quedar el caso como si se tratara del mayor misterio sin resolver de la historia de la humanidad y finalmente toma intervención la justicia federal cuando ya todo está patas arriba, las pruebas han desparecido y los testigos están muertos.
Mientras los verdaderos autores ya volaron y aquí no pasó nada, entonces los hechos jamás conocen a luz y esto es lo más grave de todo ya que “matar” a la verdad es la mejor forma de deteriorar un sistema republicano y por ende a la independencia de poderes, es decir a la institucionalidad.
“No hay pistas”, dijo la ministra Patricia Bullrich al llegar a Corrientes; lo mismo dijo el represor Luis Patti en 1990 apenas llegó a Catamarca enviado por Menem para resolver el caso y lo único a lo que se dedicó fue a buscar y torturar a perejiles, tales como Luis Tula, el novio de María Soledad.
En Salta con las turistas francesas pasó lo mismo solo que no hizo falta la intervención federal ni las “opiniones” de los porteños, aquí tenemos al juez Martin Pérez, quien es experto en arruinar una investigación y culpar a perejiles; y los impresentables Rubén Eduardo Arias Nallar y Luciano Ignacio Martini Bonari, responsables del injusto encarcelamiento de Santos Clemente Vera y a quien el Jurado de Enjuiciamiento apaña y rechaza la denuncia del diputado José Gauffin.
¿Qué podría sorprender del caso Loan cuando en Salta tenemos el enema del crimen de las turistas francesas sin resolver? Nos rasgamos las vestiduras y nos escandalizamos del mamarracho que hizo la justicia en Corrientes cuando en Salta el asesinato y violación de Cassandre Bouvier y Houria Momni fue perpetrado por gente del poder y aquí nadie sabe nada.
Matar a la verdad
Es una práctica que se perfeccionó en 1990 cuando apareció sin vida María Soledad Morales en las afueras de Catamarca, drogada y violada, supuestamente en una fiesta donde habían participado los hijos del poder catamarqueño, manejado en ese momento por Vicente Saadi.
Después de un auténtico circo mediático, con periodistas de Buenos Aires que se trasladaron a Catamarca como si se tratara de la cobertura que realizó Truman Capote en un pueblo de Kansas cuando cubría el asesinato de la familia Clutter.
Lo de Catamarca incluyó transmisiones en vivo, incluso del juicio, donde el juez se convirtió en una especie de sheriff caricaturizado y su “conste en acta” pasó a ser una broma en todas confiterías del país. Ni hablar de los careos con acento catamarqueño. Finalmente todo acabó en la suspensión del juicio cuando los miembros del tribunal se hacían señas y cambiaban sus decisiones.
Hubo otro juicio y allí fueron condenados Luis Tula –el novio– y Guillermo Luque, hijo de Ángel Luque, uno de los poderosos de turno del gobierno de ese momento. Este par fue confinado en la cárcel por el hecho; considerando que Tula fue condenado como partícipe necesario, Luque fue el único que resultó condenado por el asesinato en sí.
Considerando que se trató de una fiesta y que incluso hubo testigos que vieron a Luque en Buenos Aires ese día, la resolución del caso dejó un sabor a poco pero al menos dos fueron condenados y uno era hijo del poder.
En el caso de las turistas francesas el caso sigue abierto y parece ser que mientras no exista voluntad política el caso va a seguir en la nada. Obvio con esta Corte de Salta donde todos son amigos y se revuelcan en el mismo barro de la impunidad, los verdaderos asesinos jamás aparecerán.
En cuanto al caso de Loan, el niño desaparecido en Corrientes, en las últimas horas la causa tuvo un testimonio importante, el de la tía, Laudelina Peña, quien aseguró ante la Justicia que el nene de 5 años murió atropellado accidentalmente por la camioneta que manejaban el capitán de navío de la Armada Carlos Pérez y su pareja María Victoria Caillava, ex funcionaria municipal de la localidad correntina de 9 de Julio. Por su parte, el abogado de la familia señaló que los dichos “son absurdos” y pidió la detención de la mujer.