iPHONE: EL DÍA QUE CAMBIÓ EL MUNDO

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La aparición del iPhone en 2007 fue el punto de partida de una nueva era. Tenía más memoria que todas las computadoras del programa Apolo 11. Además de la implementación de la pantalla táctil; la elección de contenido de manera directa y no secuencial; la desaparición de los teclados que ocupaban la mitad de la pantalla; la utilización del dedo como periférico de entrada para el dispositivo; y sobre todo la incorporación de los contenidos en servidores remotos, lo que causó toda una revolución a través del concepto de “la Nube”. Foto: Apple

El auditorio está lleno, el delgado hombre se pasea de un lado al otro del escenario, es el 29 de junio de 2007. El mundo está a punto de cambiar y él lo sabe íntimamente ya que desde hace 23 años que lo venía intentado con la Macintosh. Pero ahora la historia es diferente, demasiada agua corrió bajo el puente, sobre todo tras aquel despido de su propia compañía la cual había creado en el garaje de la casa de sus padres adoptivos.

Aunque por aquellos días la condena a muerte ya estaba decretada y el cáncer haría estragos en su cuerpo hasta su repentina muerte; pero aún no era tiempo de marcharse, era hora de cambiar el mundo. Unos jeans gastados y un buzo negro de cuello largo fue el atuendo que siempre eligió para estas mega-presentaciones. Es 2007 y de pronto el espectáculo comienza, el presidente de Apple se dirige al público comunicándoles que la historia del teléfono cambiará para siempre.

Mientras en la pantalla gigante se pueden visualizar tres logos: uno de un teléfono, otro del anterior dispositivo de música de Apple, llamado iPod y por último el logo del navegador de la compañía, el Safari.

Lo que Jobs quiere comunicarle a la audiencia es que su compañía logró “meter” tres dispositivos en uno solo. Uno es un teléfono; el otro es un reproductor de audio y videos; y el otro es un navegador para Internet. Parece magia pero no lo es, es ciencia.

Son 3.5 pulgadas con 160 pixeles por pulgada en pantalla, lo que asegura que la resolución haya pegado un salto de al menos 5 años con respecto a sus competidores, solo en lo que hace a calidad de imagen. El resto es igualmente asombroso: el nuevo producto de Apple tiene más memoria que todas las computadoras del programa Apolo 11 y encaja en la palma de la mano.

El mundo en la mano

El auditorio esta famélico de curiosidad. Steve Job mete su mano en el bolsillo y extrae un pequeño dispositivo que también se puede ver en la pantalla gigante tras conectarlo con una notebook en un rincón del escenario. La reacción del público es inmediata y unánime. El mundo acaba de conocer al iPhone y ya nada será igual.

La nueva maravilla de Apple ha logrado conjugar a su anterior dispositivo para reproducir música; con un teléfono celular y un navegador para internet –y sin teclado físico–, solo tiene un botón al pie de la pantalla al que Steve le llama “home” y con el que se puede volver al inicio desde la tarea que fuera.

Aunque aún faltaba mucho para conocer cada nuevo detalle del majestuoso iPhone. Su vinculación a la tienda de música iTunes, la cual ya distribuía música de forma legal y por sistema “on demand” desde 2001, año en que el mundo conoció al iPod, cuando Steve anunciaba que “mil canciones podían entrar en tu bolsillo”.

Aunque cueste creer corría el año 2007 y Jobs sorprendía al mundo con un aparato que no tenía competencia. De hecho era Apple quien no tenía competencia ya que desde la salida del iPod, la compañía era líder en ventas y descargas de archivos legales. Cabe recordar que los programas “Per 2 Per” habían perdido una feroz demanda contra el mercado de la música y la piratería tenía fecha de vencimiento.

Mientras tanto muchos de los pesos pesados de Silicon Valley reflexionaban acerca de una curiosa paradoja: “Jobs es el pirata que robaba líneas telefónicas y ¿ahora nos obliga a pagar para escuchar música?”, se planteaban molestos. Pero Steve ya había revolucionado el mercado internacional con sus listas de canciones donde cada una costaba 0.99 dólares y 9.99 el álbum.

Muerta la piratería, Apple tenia vía libre para transitar un nuevo camino que sería una autentica bisagra en los años venideros y que marcaría la modalidad de compras de forma radical, es decir la elección del contenido y la búsqueda directa –y no secuencial de archivos– lo cual al día de hoy es una referencia en cuanto a prácticas habituales de consumo. Actualmente los streaming se mueven bajo esta modalidad.

¿Qué cambió el iPhone?

Lo que muchas personas no logran dimensionar son los  cambios de concepto que disparó la aparición de dispositivo en especial. La implementación de la pantalla táctil; la elección de contenido de manera directa y no secuencial; la desaparición de los teclados físicos que ocupaban la mitad de la pantalla; la utilización del dedo como periférico de entrada para el dispositivo y sobre todo la incorporación de los contenidos en servidores remotos, lo que causó toda una revolución con el concepto de “la Nube”.

Fue tal el cimbronazo que causó el iPhone que terminó desatando una rivalidad directa con los coreanos de Samsumg y los americanos de Apple, donde la batalla se libró en el campo de los sistemas operativos, los cuales hasta el día de hoy pelean en un guerra global con el “OS” para Apple y “Android” para los orientales. Incluso el ex presidente de los EE. UU., Donald Trump  se quejó en un discurso de que la competencia no hacía otra cosa que copiar.

Tras un éxito asombroso en ventas y la evolución de los modelos más avanzados que Apple fue lanzando, este sigue siendo el producto estrella de una compañía tan valiosa que sus acciones cotizan en Wall Street al ritmo de Coca Cola, Mercedes o el mismo Microsoft.

El 5 de octubre de 2011 por fin la muerte lo alcanzó en Palo Alto, California. Muy deteriorado por su enfermedad dimitió de su cargo unos meses antes en su compañía. A pesar de su repentina muerte, su legado es enorme y lo más curioso es que sus productos más geniales los presentó cuando ya le habían diagnosticado el cáncer.

Vivió cada día como si fuera el último y de hecho logró cambiar al mundo. Así es como todo lo que tenemos al día de hoy en cuanto a tecnología se lo debemos a Steve Jobs y a su fábrica de sueños.