¿QUÉ PASARÁ CON LOS POLICÍAS QUE TORTURARON A SANTOS CLEMENTE VERA?

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Además participaron de todos los apremios ilegales sobre el resto de los imputados. El delito que se les achaca a los elementos de la ley que participaron de las infames prácticas es “Apremios ilegales agravados por el uso de la violencia”.  

Debe tratarse de una de las prácticas más infames “consagradas” por los represores en la última dictadura militar que padeció la Argentina. Pero resulta que lejos de terminarse con estas violaciones a los DD. HH. siendo una costumbre que lamentablemente aún se utiliza en la ciudad de Salta. Puntualmente durante la etapa de investigación del crimen de las turistas francesas.

Tras el juicio por los crímenes de Cassandre Bouvier y Houria Moumni, aparecidas violadas y asesinadas en la Quebrada de San Lorenzo el 29 de julio de 2011; lo que siguió fue un festín de irregularidades que incluyeron la aparición de elementos altamente controversiales como ser: tres perfiles genéticos no identificados, pericias forenses que se contradicen, pruebas que se extraviaron, el suicidio dudoso de un investigador, un solo condenado a prisión perpetua y apremios ilegales a diestra y siniestra.

Sobre este repudiable delito, quedaron imputados Ferrarotti Cattaneo, Carlos Fernando Villagran Guerrero, Osvaldo Rene Guanca y Martin Alberto Flores Saravia, por el delito de apremios ilegales agravados por el uso de la violencia, previsto y reprimido por el artículo 144 bis inciso 2º y último párrafo en función del artículo 142 inciso 1º del Código Penal.

Resulta que el oficio del Juzgado de instrucción y transición de primera nominación, donde se detalla que se dispuso dictar auto de procesamiento también en contra de Héctor Adrián Vázquez, Adrián José Quipildor, Dante Eduardo Ceballos, Ricardo Hernán Tabarcache, Rubén Ángel Aguirre, Gustavo Rodolfo López, Néstor Orlando Chilo, Miguel Bernardino Flores, Diego Oscar Aguirre Guantay, Rodrigo Emanuel Bautista y Favio José Guitian, corresponde al 3 de junio de 2014.

Cabe aclarar que en total son 15 efectivos policiales los que tendrían que haber ido a juicio por estos delitos, que dicho sea de paso, no prescriben por tratarse de delitos de lesa humanidad; lo que viene con un arrastre inexplicable en el tiempo que ni siquiera pueden explicar las mismas fuentes judiciales que fueron consultadas para la confección de la presente nota.

Pero como los tiempos de la justicia no son los mismos que los de las personas de a pie, se fue entrando en dilaciones incompresibles. Según logró averiguar MUY CRITICO, cuando por fin todo parecía encaminarse al juicio vino la pandemia de Covid 19 lo que dilató indebidamente el proceso oral y público en el cual estos imputados deberán explicarle a la Justicia de Salta del porque se pasaron interminables noches sometiendo a tormentos inimaginables a los imputados Tejeda Francisco Ariel,  y Gustavo Lasi. Siendo este último el único condenado por el doble crimen. En cuanto a Vilte Laxi fue absuelto, como así también Tejeda.

Por una razón que no se logra explicar y seguramente debe tratarse de un error, figura el hermano de Daniel Vilte. Se trata de Nelson Ricardo Vilte Laxi, a quien una mujer acusó falsamente de violencia de género y que también fue absuelto después de más de dos años en la cárcel. Otra de las pavorosas injusticias a las que someten a las personas de pocos recursos pero que en el caso de las turistas francesas no tiene nada que ver.

Retomando la causa de los imputados por torturas al que llaman en tribunales, “Francesas II”, es importante destacar que Santos Clemente Vera está en otra etapa procesal y en libertad pero que tendrá que afrontar un nuevo juicio.

Mientras tanto los 15 policías imputados de los delitos de apremios ilegales agravados por el uso de la violencia, deberán ser juzgados algún día cuando la lenta y perezosa Justicia salteña por fin se les ocurra sentarlos a frente a un tribunal y que al menos tengan la decencia de echar algo de luz sobre un caso tan enigmático que parece ser del que jamás se conocerá la verdad.

La foto que ilustra la presente nota fue publicada en LA GACETA