¿Y EL DECRETO DE ANIQUILAMIENTO?

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¿Con que necesidad la vicepresidenta Victoria Villarruel reivindica a tamaño personaje nefasto de la historia argentina? “Solo faltó López Rega”, dijeron algunos de los tantos que se escandalizaron con tamaña afrenta a los Derechos Humanos.  

Que Milei diga que no son 30 mil sino “8 mil” los desaparecidos en la Argentina de la dictadura de 1976-1982, es una burrada que a sabiendas de donde viene se puede calcular la falta de sensibilidad que porta el autor de tamaña afirmación; pero que la vice presidenta se tome el trabajo de homenajear a uno de los personajes más nefastos del siglo XX es un tema preocupante.

Ante esto Fernández Meijide, referente de los Derechos Humanos y de la consolidación de la democracia en la Argentina, explicó que la reivindicación de Isabel Perón va en línea con la idea de ratificar que los militares actuaron en sintonía con los “decretos de aniquilamiento de la guerrilla” que firmaron la viuda de Perón y, luego, el presidente interino Ítalo Luder. “El mismo Juan Domingo Perón utilizó ese término luego del ataque del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) al cuartel militar de Azul, en enero de 1974″, recordó la exdirigente del Frepaso.

Ese decreto de aniquilamiento que firmó Isabel Martínez de Perón, a quien el brujo López Rega manejaba como a una marioneta, es el preludio de la noche más oscura que vivió la Argentina en toda su historia.

Habría que preguntarle a la vice presidenta entonces si es que en esta “reivindicación” se honra la matanza de quienes fueron torturados por años en la ESMA, los cuales incluyen a un chico de 14 años que los militares empalaron y a cuanta embarazada hicieron parir en una mesa de torturas. Hayan sido militantes del ERP o Montoneros; o peor aún, las monjas francesas que tiraron drogadas al rio de la Plata y cuanta persona que a las fuerzas de tareas les parecían “sospechosas”.

Todo ese horroroso baño de sangre que la Argentina tuvo que transitar desde 1976 a 1982 tiene su génesis en ese decreto que Isabel Perón firmó, Dios sabe en qué momento de la patética ignorancia que siempre la caracterizó. Obvio motivada por la mente criminal de un asesino como López Rega, ese mismo que creó la Triple A, la que asesinó a 1.500 ciudadanos solo en Buenos Aires.

En sintonía con las reflexiones de Meijide, el editor y exministro de Cultura Pablo Avelluto no encuentra “nada para reivindicar” en la figura de Isabel Perón. Entiende que encarna “un período trágico de nuestra historia, cargado de violencia política y crímenes provocados por organizaciones armadas de izquierda y fuerzas paramilitares impulsadas desde el Gobierno, como la tristemente célebre Triple A”.

Una cosa es recordar que todo ocurrió durante un período constitucional, otra muy diferente es reivindicar a quien ocupó la presidencia en ese período. El golpe militar de 1976 fue la peor respuesta posible a la crisis de aquel momento y no hizo más que profundizar el baño de sangre a través de la aplicación del terrorismo de Estado”, dijo Avelluto, al ser consultado por LA NACION.

Obviamente que nada de esta nefasta historia que le costó al país, no solo un desastre económico configurado por las recetas de Martínez de Hoz; además de la persecución, tortura y desaparición de personas, se debe solo a la figura de Perón quien ni siquiera tuvo la decencia de dejar que otros gobiernen un país que se caía a pedazos en todos sus aspectos para cuando él falleció, en 1973.

La Argentina se merecía mucho más que una viuda que no tenía ni la menor idea ni siquiera de cómo manejar su botiquín de pinturas y perfumes. Debería haber sido juzgada y condenada por haber firmado el infame decreto que le costó demasiado dolor a la Argentina.