Los periodistas Fernando Climent y Agustín Poma ingresaron al Concejo deliberante de la Ciudad de Salta y sacudieron la abulia de los ediles capitalinos. En algunos casos las respuestas fueron delirantes. ¿Ganan como saben?
El Concejo deliberante de Salta está muy lejos de épocas doradas como las de Miguel Isa o Gustavo Sáenz, quienes entendieron perfectamente el juego de la política local. Pero el actual presidente del cuerpo deliberativo es foráneo. Se trata del Dr. Darío Madile, quien aterrizó en la política salteña con gran aceptación tanto del “voto bombacha” como del ciudadano de a pie, quien en su mayoría ni si quiera sabe que se hace en ese recinto durante el año.
A ello sumarle el huracán que produjo la Orozco el año pasado cuando puso en el ojo público los millonarios sueldos que ella y sus pares ganaban; lo que desencadenó por ejemplo que José García quedara tan expuesto por su intempestiva retorica que incluía auto-proclamas acerca de sus horarios de trabajo y sus esfuerzos laborales.
¿Ganan como saben?
Fue el periodista Agustín Poma quien se pregunta en la apertura de la nota si realmente ganan como saben. El primero que esquivó los tiros fue Luis Arias, cerrando la puerta como si ignorara que su rol como funcionario público implica atender al público y por ende a la prensa.
En un sencillo cuestionario el cual inició con el presupuesto actualizado del municipio a lo que a Elísea Sarapura no se le ocurrió mejor cosa que responder un “ay… que preguntas difíciles”, en tono de sorna. Pero aquí no hay nada de que reírse.
Las respuestas iban de números como mil millones, más de 2 mil, 45 mil millones, 37 mil, etc. Luego vendría el urticante tema del presupuesto.
“No llega ni al 10% del presupuesto general”, afirmó Eliana Chuchuy. Por su parte Arnaldo Ramos dijo desconocerlo y Ángel Ortiz tiró unos “45 mil millones”. Obviamente que algunas respuestas venían edulcoradas con detalles como “prorrogas” y “actualizaciones”. Chuchuy se jugó con unos “37 mil millones”; en tanto Sarapura y Ortiz no tenía ni la menor idea.
Lo de la Unidad Tributaria fue una diarrea de números que tampoco coincidían mucho pero lo más delirante llegaría con la ronda de nombres de diputados provinciales. Parecía un emblemático programa de televisión del siglo XX, cuando los participantes se pegaban el auricular a una oreja y sostenían el trapo del colegio al que pertenecían, mientras una seguidilla se repetía tras el popular “sin chistar y sin soplar”, del conductor.
Realmente si estos son los concejales que elegimos los salteños evidentemente habrá que revisar algunas prioridades ya que así no vamos a ningún lado y la próxima vez que emitamos nuestro voto sea con conciencia ciudadana y sentido común.