RUIDOS QUE MATAN

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Lamentablemente la mala educación y la escasa formación cultural de algunos sujetos –muchos– ha provocado que en la ciudad de Salta a pesar de que las autoridades han agotado todas las medidas para evitar la contaminación sonora, la problemática sigue. No solo son las motos y autos “tooneados”; también las avionetas del Aeroclub Salta son una pesadilla para los vecinos de zona norte

Según un vecino de Ciudad del Milagro que llamó al Aeroclub Salta para rogarles que vuelen bajo en otra zona para dar sus clases de vuelo, lo único que recibió como devolución fue una respuesta con sorna y sarcasmo. Ante esto, el damnificado se comunicó con la redacción de MUY CRITICO para solicitar que se hiciera algo más que recibir una respuesta fútil y grosera.

De inmediato quien redacta la presente nota solicitó información con un experto, quien efectivamente aportó lo que era lógico: “La ANAC o Administración Nacional de Aviación Civil debería sancionarlos”. Pero resultó que la mencionada Administración no estaría trabajando de forma “normal” y por ende ni les interesa que una avioneta molesta como un tabano en la oreja vuele por encima de los techos de las casas de Ciudad del Milagro, Parque Belgrano o Castañares.

Foto: aeroclubsalta.com.ar

“Para el caso de que uno de estos pequeños aviones estarían volando a unos 4500 pies (300 metros) que es lo permitido, en caso de que se les plante el motor, caerían en plena zona urbana provocando una enorme tragedia”, dijo la fuente consultada.

Aunque el vecino que se quejó ni tuvo en cuenta este enorme peligro que significa que uno de estas máquinas cayera en en alguno de los tantos barrios de zona norte; sin mencionar a la Ciudad judicial, por encima de la cual también pasan una y otra vez.

“Y esas motos que van ahí”

No se trata de la canción “Seminare” de Serú Girán, ni una expresión metafórica al voleo. Salta se ha convertido en un verdadero infierno acústico por culpa de los motociclistas que tomaron por hobbie dañar a propósito el silenciador del caño de escapes de la moto.

A pesar de que solo hace unos meses antes de la publicación de esta nota, se desarrolló un intenso despliegue sobre avenida Paraguay, a la altura de la Sociedad Rural de Salta, con personal de la Secretaría de Tránsito y Seguridad Vial para controlar específicamente si se cumple la Ordenanza municipal N°5941 Art. 92, del código de protección del medio ambiente, referida a los ruidos emitidos por escapes de motocicletas y automotores.

Cabe recordar que en el municipio capitalino rige una normativa que establece sanciones para quienes circulen con vehículos con escape deficiente o circular con vehículos que producen ruidos innecesarios que establece una multa graduable entre cuarenta (40) a ochenta (80) unidades dice la Ordenanza vigente. Aun así los ruidos no cesan ya que se trata de un problema cultural.

Daño auditivo

Los niveles de ruido considerados seguros para la salud auditiva varían, pero generalmente se recomienda no exponerse a ruidos superiores a 85 decibelios durante períodos prolongados. A partir de los 110 decibelios se considera que el ruido puede causar daño inmediato al oído.

En tanto la distancia a la fuente sonora influye en la intensidad del ruido. Sin embargo, es difícil establecer una distancia exacta a partir de la cual el ruido deja de ser dañino, ya que depende de diversos factores como la potencia de la fuente, las características del entorno y las condiciones climáticas.

Pero los efectos en la salud, además del daño auditivo y la exposición prolongada a ruidos excesivos puede provocar trastornos del sueño, estrés, aumento de la presión arterial, problemas cardiovasculares y disminución del rendimiento cognitivo.

Por ellos es que preocupa el uso de caños de escape modificados en motocicletas, lo cual es un problema común en muchas ciudades y genera niveles de ruido muy elevados, superando los límites permitidos. En cuanto al caso del Aeroclub Salta, las operaciones de vuelo a baja altura pueden generar molestias significativas a los vecinos debido al ruido constante de los motores.

Lamentablemente el ciudadano salteño en su mayoría los que circulan en estas condiciones o los ricachones del Aeroclub que toman clases de vuelos en sus molestas avionetas, ya no es problema que puedan solucionar las autoridades o el estado, se trata de simple educación y observar las normas de convivencia social.

La fotografía que acompaña esta nota fue publicada en el portal PARALELO32