LA LIBERTAD QUE RETROCEDE Y LA NIEBLA QUE TRAJO ELLA

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Prometieron terminar con los privilegios de “la casta” e hicieron todo lo contrario; mientras el matrimonio de la Patagonia quebró al país en dos décadas, tomando el ejemplo de los recalcitrantes populismos en Latinoamérica. El nuevo “mesías” que llegó metafóricamente con su motosierra, prometió quitarles todos los beneficios a los “políticos ladrones” y acabar con la inflación. Hasta el momento de la publicación de esta nota ninguna de ambas cosas no están ni cerca de suceder. Foto: Ricardo Ceppi/Getty

En los 90 había un latiguillo que se repetía a cada rato: “Menem lo hizo”. Efectivamente lo había hecho, quebró y empobreció a la Argentina como nadie mientras en sus 10 años de gobiernos el país vivió el fenómeno conocido como “La pizza con champan”. Para los más jóvenes que no vivieron aquellos años de “plata dulce” era un contexto en el que los argentinos iban y venían a Miami (Brasil los empleados de menor cuantía) y vivir cosas que jamás podrían haber vivido con sus sueldos de asalariados.

Pues bien, a Menem le llevó una década acabar con la industria nacional, empobrecer al país y hacer feliz a la Clase Media; mientras que a Cristina y Néstor les llevó dos décadas hacerlo pero UTILIZANDO a las clases más bajas. Lo malo es que seguimos sin aprender de estos dolorosos ejemplos.

Es justo decir que estos tres nefastos personajes ni siquiera fueron originales en sus fórmulas de “como reventar un país en poco tiempo”. Fueron una triste “remake” de la cara más fea del peronismo. Ese fenómeno argentino que instaló el conocido “pan para hoy, hambre para mañana” o el lugar común más miserable del “roban pero hacen”.

Hace unos meses apareció un tal Javier Milei calzándose la banda presidencial ante las miradas atónitas de todo el arco peronista, kirchnerista, justicialista o como le quieran llamar –es la misma caca con diferente aroma– quienes no podían creer como un desequilibrado que gritaba en la televisión y que mostraba videos en TikTok acerca de cómo iba a “aliviar” al Estado, llegaba al sillón de Rivadavia, el mismo donde alguna vez se sentó Julio Argentino Roca. Eso sí, tenía una muletilla que le vino como guante a la mano cada vez que gritaba “políticos ladrones” y “voy a acabar con la casta”.

Obvio que ante los 20 años de Cristina, Néstor y un coadyuvante inesperado como Mauricio Macri, la gente iba a votar hasta a un burro con corbata tras semejante desastre, aunque ya es agua pasada y da igual; pero la realidad es que estos tres impresentables hundieron al país en la peor crisis económica y sobre todo social de toda su historia.

Aprovechando el descontrol, el desconcierto y la perdida de la realidad, cortesía del caradura de Guillermo Moreno, ese mismo que mentía descaradamente los índices de inflación y pobreza, y que tiene la desfachatez de hablar en la televisión vaticinando el Apocalipsis; aparece el sujeto de la motosierra.

Obvio que si le creyeron a un borracho que le tiró la bronca a una de las flotas imperiales más poderosas del mundo; claro que le creerán a uno que blandía una motosierra a lo “Masacre en Texas”, durante sus campañas y prometía terminar con los políticos ladrones. Al final lo votaron más que al mismo Perón.

La niebla y la motosierra

“La historia la va a juzgar como la mierda que es”, dijo una vez Jorge Lanata, el periodista que más les hizo doler la cabeza a la banda de delincuentes que asolaron al país durante cuatro largos periodos. Entiéndase: Néstor + Cristina + Cristina + (Macri) + Alberto.

De pronto apareció la Kirchner utilizando la red social X para decir que “están más perdidos que turco en la neblina”, cuestionando la propuesta de Caputo de vender dólares. Por cierto “neblina” que trajo ella y de lo que jamás se hizo cargo. No sorprende la caradurés de estos corruptos y populistas.

Siguiendo con las metáforas de nieblas y turcos, aparece la motosierra que iba a terminar con los beneficios de la casta. No tardó nada el millonario Juan Carlos Romero en impulsar el aumento de dietas de los senadores nacionales que pasó de 1,9 millones de pesos a 7,2 millones. De hecho “Jucaro” no solo redactó el proyecto, sino que también fue quien motorizó la reunión previa durante la que se pidió incorporar el tema y se acordó su tratamiento sobre tablas. ¿Dónde quedó la motosierra entonces? ¿Se la metió en un lugar más incómodo o se le terminó la nafta?

La libertad retrocede

En Salta la LLA no tiene ningún peso específico. Esta manejada por jóvenes que más parecen encargados de una agrupación universitaria que de un cuadro político, pero a nivel nacional la imagen de Milei no cae. Según las encuestadoras más serias –las de Bs. As., ya que las de Salta son un mamarracho– la gente está dispuesta a soportar unos meses más en el caso de una fracción de jóvenes entre 20 y 30 años; mientras que los mayores de 30 incluso hasta 60 y más están dispuestos a aguantar al menos un año más.

Obvio que esto en un contexto de espanto ante el resultado de ver como la señora Cristina y su marido, convirtieron a la Argentina en una villa miseria plagada de zombies drogadictos y “chiques” que no comprenden un texto.

Aun así y con la carta blanca al menos hasta el año que viene, Milei quien fue tapa de la revista Time por sus “excentricidades”, sigue sin poder aliviar la tremenda crisis económica. No hace falta ser un experto para deducir que si se ha emitido irresponsablemente durante 20 años, no se puede de un plumazo pasar a la emisión cero. Es imposible sanear una economía dinamitada a fuerza de populismo a lo largo de dos décadas, aun así el panorama no pinta nada bien aunque Milei grite a los cuatro vientos que detuvo la hiperinflación cuando el índice mensual ya rondaba el 30%.

De todos modos sus actitudes son más reprochables que sus bufonadas que a nadie le importan. La inmoralidad de cortar la medicación a pacientes oncológicos y la falta de sensibilidad social son pecados que ninguno de sus predecesores cometieron.

De hecho fue el cabezón Duhalde quien dijo en 2002: “Devaluamos pero hagamos un colchón social”, de allí el origen de las asignaciones sociales, planes y demás ayudas, que los Kirchner convirtieron en caballitos de batallas para ganar cuatro elecciones presidenciales más.

Pero lamentablemente al día de hoy los argentinos son más pobres, consumen menos, se están quedando sin trabajo y la inflación no da tregua. Amén de que todos los meses algún golpe al bolsillo va a haber, sea prepagas, servicios o combustibles.

De avanzar todavía nada, mas allá de las ansias de ver cómo llegamos al menos al primer año de Milei, que por ahora solo ha mostrado la imagen de rockero loco y misógino; paseando por el mundo y reuniéndose con los vecinos del Valle del Silicio, cosa que no está mal ya que Argentina necesita regresar el mercado mundial después de las payasadas progresistas de Cristina cuando se colgaba de los testículos de Hugo Chávez.