Recientemente estrenado en Netflix y dirigido por Thom Zimny, muestra a un Silvester Stallone al pie de su mansión rodeado de cuantioso merchandising de sus películas mientras relata su vida. Desde su accidentado nacimiento y su labio torcido producto de ello; hasta su más grande orgullo que ha sido hacer de la sexta película de Rocky una justa despedida; pero antes recuerda su traumática relación con su padre y reniega malamente de la fama. Imagen: Netflix
Hace poco Netflix estrenó un documental de Schwarzenegger con óptimos resultados por lo que era necesario producir otro, pero de su alter ego de los 80. De hecho el mismo Arnold también aparece en “Sly”, tal el nombre de este producto auto referencial con destino de público nostálgico.
Era obvio que no iban a ahondar en un 90% del metraje en su gran creación “Rocky”, lo que sería justo por lo que significó para su austera vida cuando se estrenó en el ya lejano 1976 y que se estrenó en Argentina un 13 de enero de 1977; para sorpresa de los fans que vieron “Sly”, se encontraron con un Stallone íntimo y abierto a confesar sus miedos más profundos y su descontento con la fama.
Por supuesto que los invitados le dan el valor periodístico necesario con oportunas intervenciones opinando, tales como Quentin Tarantino, Talia Shire, y el ya mencionado Arnold, quien se hizo muy amigo de Stallone con los años.
En el nombre del padre
Tras sus relatos acompañados por imágenes de archivo de lo que fue filmar Rocky con algo más de 90 mil dólares, luego llega el momento de referir a Rambo. Allí Sly describe que lo construyó en base a la mirada intimidante de su padre. A partir de ahí comienza a delinear lo fue una traumática y penosa infancia, junto a un hombre autoritario y cruel. Crueldad que se trasladó incluso a los años en que Stallone ya gozaba de fama mundial.
Como rescatable del documental es el hecho de ver a un Stallone íntimo y honesto con sus pensamientos, cuestión que antes no habían visto los fans más fieles del actor y sus productos, pero que ahora tendrán la oportunidad de explorar en la mente de un hombre que se muestra arrepentido de haberle dado tanto a la industria del entreteniendo y tan poco a su familia, incluyendo a su hijo Sage, quien falleció en 2012 y que lo acompaña en la quinta parte de Rocky.
“Podría haber estado más tiempo con mi familia en vez de estar filmando estas estúpidas películas”, reniega al tiempo que rescata como canalizó la ira hacia su padre y la trasladó a momentos épicos de Rocky, en la escena con Burgess Meredith.
