La capitalización de mercado de Apple es de 3,1 billones de dólares, lo que la convierte en la empresa más valiosa del mundo. Al momento en que esta nota ha sido publicada la acción de la compañía creada por Jobs y Wozniak se cotiza a 189,74 dólares. Pero no todos sus productos han sido éxitos a lo largo de su historia.
Los fracasos son oportunidades y vaya si Apple ha sabido capitalizarlos. Tras el éxito arrasador de la Apple 2 en 1977, la compañía comenzó a pensar en una continuidad y se enfocaron en un computador personal diseñado, fabricado y comercializado bajo los estándares habituales. Fue lanzado en mayo de 1980 y descatalogado el 24 de abril de 1984, tras devenir en el primer gran fracaso comercial de la empresa de Cupertino.
El Apple III fue diseñado para ser un ordenador empresarial de alto rendimiento. Estaba equipado con un microprocesador Synertek 6502A de 8 bits a 2 MHz, 128 KB de memoria RAM, un teclado QWERTY y una pantalla monocromática de 80×24 caracteres. También incluía una unidad de disco flexible de 5,25 pulgadas, un puerto serie y un puerto para impresora.
El sistema operativo del Apple III era el Apple SOS, que era un sistema operativo basado en DOS. El SOS incluía un conjunto de comandos básicos para la gestión de archivos y el control del sistema.
El Apple III se comercializó en dos configuraciones diferentes: una con 128 KB de memoria RAM y otra con 512 KB de memoria RAM. El precio de venta inicial era de 3.495 dólares para la versión de 128 KB y de 3.815 dólares para la versión de 512 KB.
Los factores del fracaso comercial y desafortunada sugerencia
Un diseño defectuoso que provocaba fallos de hardware; un sistema operativo que era difícil de usar y no compatible con muchos programas de software; un precio de venta demasiado elevado. Como resultado de estos factores, Apple sólo vendió unas 65.000 unidades del Apple III antes de retirarlo del mercado en 1984.
Aunque el principal problema de este ordenador fue su diseño. Según un artículo publicado en EXPERIMENTA.ES, al no contar con ventilación (como es tradición de la firma) y debiendo comprimir todos sus componentes dentro de una carcasa pequeña, generaba un importante recalentamiento de la placa.
Ello provocaba la dilatación de los chips del sistema, que se salían de su sitio haciendo que el ordenador dejara repentinamente de funcionar. Este y otros fallos llevaron a la compañía a hacer una absurda recomendación técnica: “Levantar la computadora 15 centímetros y dejarla caer”, con la esperanza de lograr que los circuitos volvieran a su lugar gracias al impacto. Finalmente, el Apple III fue descatalogado en 1984, pero la desafortunada célebre sugerencia pasó a formar parte del gran anecdotario de la historia de los ordenadores.