“TASA KICILLOF” Y LA CATASTRÓFICA HISTORIA DE LA PRIVATIZACIÓN MENEMISTA

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“Vamos a crear la tasa Kicillof para que todos los argentinos paguemos una vez por año y recordemos esa barbaridad que nos dejó”, dijo en una entrevista televisiva el presidente Milei. Los ecos de las nefastas decisiones del ahora gobernador de Bs. As. Comienzan a mostrar sus funestas consecuencias. Un libro de Serrani, Barrera y Sabbatella relata la lametable crónica de la privatización y perdida de la petrolera argentina

La lamentable historia de YPF comienza cuando Carlos Saúl Menem decidió privatizarla y se la rifó a los españoles. La privatización de YPF en 1990 fue un proceso clave durante el gobierno de Carlos Menem, que marcó un cambio significativo en la gestión de la empresa estatal. Se inició con la transformación de YPF de una sociedad del estado a una sociedad anónima, allanando el camino para su venta. La venta de YPF, concretada en 1992, fue una de las privatizaciones más importantes de la década.

El presidente Javier Milei cuestionó esta noche al gobernador bonaerense Axel Kicillof y dijo que creará la “tasa Kicillof” para pagar los u$s16 millones del juicio por la expropiación de la petrolera estatal YPF.

“Hay willing to pay (voluntad de pago), pero no hay plata”, expresó en una entrevista televisiva con el periodista Luis Majul en La Nación+ y agregó: “Vamos a crear la tasa Kicillof para que todos los argentinos paguemos una vez por año y recordemos esa barbaridad que nos dejó”.

 

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Una historia plagada de malas decisiones

El proceso de venta de acciones al sector privado, que concluyó en 1999 con la adquisición de la casi totalidad del paquete accionario por parte de la petrolera española Repsol. El fracaso de la gestión privada de la empresa en particular y del sector de hidrocarburos en general, derivó en una situación crítica del abastecimiento energético en un país altamente dependiente del petróleo y, fundamentalmente, del gas natural.

La ausencia de inversiones en exploración fue acompañada en la última década por la alarmante caída de los niveles de extracción y estancamiento de la refinación, que año tras año debieron ser suplidas por crecientes importaciones de combustibles para cubrir la fuerte expansión de la demanda industrial, comercial, doméstica y automotriz.

En consecuencia, el saldo comercial externo del sector energético del año 2011 resultó negativo en casi 3.000 millones de dólares, afectando el superávit comercial, uno de los pilares de la política económica vigente. En el marco de la difusión pública del déficit energético, sumado a la denuncia oficial de posición dominante de cinco petroleras por sobreprecios en la venta de gasoil a las empresas de transporte, el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y los gobiernos provinciales nucleados en la Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos (OFEPHI) iniciaron a comienzos de 2012 una fuerte presión sobre YPF, comandada por Repsol y el Grupo Petersen, grupo de origen nacional encabezado por la familia Eskenazi que ingresó a la compañía a fines de 2007.

Dado el peso que aún conserva en todos los eslabones de la cadena petrolera y su agresiva política de reparto de dividendos a sus accionistas en detrimento de la reinversión en el mercado argentino, YPF quedó en el centro de los cuestionamientos por los deficientes resultados de la gestión privada. De manera que los gobiernos provinciales, con aval del ejecutivo nacional, decidieron revertir numerosas concesiones operadas por YPF en las cuales había declinado la extracción y la inversión durante los últimos años, en tanto que el gobierno nacional logró congelar el reparto de dividendos a través de su representación en el directorio que posibilitaba la posesión de la acción de oro.

Finalmente, el 16 de abril la presidenta Cristina Fernández de Kirchner anunció el envío al Congreso de la Nación de un proyecto de ley de Soberanía Hidrocarburífera, que declaró de interés público nacional el logro del autoabastecimiento y la actividad petrolera y, a su vez, estableció la expropiación del 51 por ciento de las acciones de YPF S.A. que pertenecían a Repsol. Seguidamente, el 25 de abril el Senado dio media sanción al proyecto con 63 votos a favor, 3 en contra y 4 abstenciones, y el 3 de mayo la Cámara de Diputados lo aprobó definitivamente con 208 votos a favor y 32 en contra.

Con su inmediata promulgación, la Ley Nº 26.741 estableció, entonces, la recuperación del control estatal de YPF. En definitiva, el conflicto entablado con Repsol deja como lección que el esquema privatista de la explotación petrolera heredado de la década neoliberal es incompatible con cualquier proyecto de país orientado hacia el fortalecimiento del mercado interno y la reactivación del aparato productivo. Por lo tanto, es oportuno preguntarse ¿por qué se había perdido YPF?

¿Por qué Argentina fue uno de los pocos países del mundo que se deshizo de su petrolera estatal y cedió el control de una actividad estratégica?

Un paper publicado por CONICET que lleva el título: “Historia de una privatización. Cómo y porqué se perdió YPF” responde a esa pregunta.

Más específicamente, ¿cuáles fueron los factores políticos, económicos y sociales que posibilitaron su completa privatización? ¿Cómo fue el proceso de traspaso de la esfera estatal a la privada? ¿De qué manera incide en el presente la ausencia de una petrolera estatal de la envergadura de YPF?

En el libro de Serrani, Barrera y Sabbatella –detalla el informe– es el fruto de la investigación científica llevada a cabo por sus tres autores en sus respectivas tesis de maestría, pero se propone explicar el proceso de privatización de YPF de una forma accesible para todo el público y aspira a sumar aportes al debate público.

A lo largo del libro se buscará responder cuándo, por qué, para qué y cómo se vendió la petrolera estatal. Puntualmente, se analizarán los siguientes aspectos:

1) Las causas que llevaron al quiebre operativo de YPF hacia finales de la década del ochenta y justificaron su privatización

2) El proceso político-económico en el que se insertaron las transformaciones del mercado de hidrocarburos y la venta final de YPF

3) El cambio de concepción dominante del petróleo: de recurso estratégico a commodity

4) El proceso de venta de activos, áreas productivas y acciones de la empresa

5) El sentido de las políticas petroleras oficiales implementadas y las diferentes presiones empresarias y corporativas sobre el Estado.

6) Las consecuencias de la privatización de YPF y de la desregulación del mercado de hidrocarburos. Con el fin de facilitar la lectura, la exposición tiene un formato cronológico que comienza con un breve repaso por la trayectoria de YPF estatal en el segundo capítulo para luego adentrarse en las privatizaciones periféricas durante la dictadura en el tercer capítulo y en los planes petroleros del alfonsinismo en el cuarto capítulo.

En el quinto capítulo, se detalla la política de desregulación del mercado de hidrocarburos y fragmentación de YPF en los primeros años del gobierno de Menem. En el sexto, se desarrolla la privatización propiamente dicha de la empresa a partir de 1992. Por último, se evalúan las consecuencias de todo el proceso en el mercado, mediante los principales indicadores de la actividad petrolera privada.