Tras la decisión de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que dejara sin efecto la condena a prisión perpetua dictada por los jueces Luciano Martini y Rubén Arias Nallar, de la Sala III del Tribunal de Impugnación de Salta, contra Santos Clemente Vera; ahora ordenó que se rehaga el juicio tras constatar que se violaron las garantías del debido proceso y de la defensa. ¿Se puede investigar un doble crimen tras 12 años con una Justicia tan deficiente como la de Salta?
Según los expertos en Ciencias forenses las primeras 72 horas son cruciales en una investigación criminal. Después de esos tres días donde no se permiten errores, las chances de dar con los autores comienzan a disminuir, es cuando se dice que la investigación se enfría.
Pues bien, desde que aparecieron Cassandre Bouvier y Houria Mounmi en la Quebrada de San Lorenzo pasaron 12 años pero la casta judicial salteña sigue siendo la misma. Los mismos amigos que se conocen desde la Universidad Católica de Salta y que treparon hasta las más altas esferas del Poder Judicial, son los mismos que dejaron que los horribles crímenes de las chicas francesas quedaran en un manto de misterio que al día de hoy es muy difícil desentrañar.
De esta runfla de inútiles los únicos que se distinguen son los jueces del tribunal de juicio que absolvieron a Santos Clemente Vera y a Daniel Vilte. Aquel tribunal estaba conformado por Pucheta, Ruiz y Longarte, quienes además debieron volver a investigar desde cero el desastre que dejó la “etapa de Instrucción” como se le llamaba en aquella época a la IPP –Investigación Penal Preparatoria–. “Martin Pérez condujo su caso de manera fragmentada, manipulada y deshonesta”, dijo Jean Michel Bouvier unos años después.
Mucha agua ha corrido bajo el puente desde que sucedió el peor crimen de la historia judicial de Salta, cuando paradójicamente aun la figura de femicidio no existía. Aquel ataque con robo, violaciones y ejecuciones con una carabina, se le atribuye a Gustavo Lasi, quien por lógica racional no pudo haber actuado solo.
Por aquellos días la punta de la investigación comenzó por María Fernanda Cañizares, la novia de Lasi, quien tenía la cámara de fotos de las víctimas. Así era presentada en una nota de CLARIN fechada el 08/08/2011: Hija de un subcomisario retirado de la policía provincial, quien aseguró que es inocente, explicó que su novio le regaló la cámara de fotos y el teléfono celular de una de las víctimas “el fin de semana del 16 y 17 de julio” y que él le dijo que las había encontrado en un comercio.
Lo más suspicaz de esta línea de investigación es que las últimas fotos que tomaron las turistas fueron de la tarde del 15 de julio; y aparecieron violadas y asesinadas el 29 de julio en la Quebrada de San Lorenzo. Pero resulta que la data de muerte presentada de forma oficial fue de 3 días y no 15, como quisieron hacer creer los investigadores que respondían al juez Martin Pérez.
Es decir que lo que nos quieren hacer creer es que estuvieron 15 días a la intemperie y se mantuvieron en el mismo estado. Por eso quizás la explicación de la orden de levantar los cuerpos a la 4 de la mañana aquella noche, cuando se sabe que el protocolo dicta que se debe esperar hasta la madrugada ya que la luz del alba es la mejor para examinar cadáveres y buscar todo lo que los cuerpos puedan brindar tras una exhaustiva observación con todas las medidas de asepsias posibles. Nada de eso se hizo ya que Martin Pérez mandó a levantar los cadáveres en plena noche, dejando sin la posibilidad de recolectar indicios fundamentales en el lugar del hallazgo, el cual debería haber sido protegido por un perímetro protegido por custodia policial.
Un desatino que cuesta creer que alguien con la experiencia de este juez pudo haber cometido. Más bien se deduce que fue para perder de investigar lo más importante que se puede encontrar en un análisis de la escena del hallazgo y el examen de los cuerpos.
Lamentablemente se cometieron estos “errores” que son imperdonables a esta altura de los acontecimientos; sumarle a eso los apremios ilegales y las torturas de una Brigada de investigaciones que hizo cualquier cosa menos tratar de aclarar los hechos, mandando al inefable Walter Mamani a plantar plomos en el lugar del hallazgo; y esto lleva directo a lo que por esos años era un delirio propio de la frondosa imaginación de la chusma: “la fiesta de los hijos del poder”, donde algunos se habrían puesto violentos llegando al trágico final.
¿Pero como pasamos de Gustavo Lasi y su material biológico en ambas víctimas; a patrones genéticos de dos masculinos más y uno femenino en una de ellas? Es aquí donde la trama se pone interesante ya que los dos ejes se cruzan.
La novia de Lasi con la cámara de las chicas, el arma del padre de Lasi utilizada para matarlas y los tres patrones de ADN… parecen piezas de un rompecabezas imposible de armar; y a eso sumarle un dato absolutamente inquietante: una fuente que estuvo la noche de los hallazgos confió a MUY CRITICO que las chicas al tacto de sus rostros estaban “freezadas”.
Será tarea del Poder Judicial salteño intentar arreglar este verdadero desmadre que no tiene ni pie ni cabeza y que al parecer a la casta judicial mucho no le interesa aclarar, ya que hasta la hora no han dicho una sola palabra.
Sería saludable que brindaran una conferencia de prensa para llevar tranquilidad a la comunidad de que esta vez se trabajará con seriedad y que se buscará a los verdaderos autores y no a perejiles; considerando que el “Sheriff” García Castiella brindó una conferencia de prensa para anunciar que había cazado a los asesinos de Jimena Salas, aunque unos meses después, dos de ellos ya tenían domiciliaria y es muy probable que al Chino Saavedra le hayan truchado el ADN.
Ante un hecho de mucha más relevancia como subsanar el desastroso fallo del Tribunal de Impugnación con la decisión de Luciano Martini de enviar siete años a la sombra a un inocente; y más importante aún que es resolver dos crímenes que siguen impunes tras 12 años.