Según el Oso Leavy, fiel edecán de Cristina Kirchner, “Fabiola se golpeó, se cayó por la escalera”. ¿Dónde habrán quedado las diatribas contra los machos golpeadores con las que los colectivos de feministas le hicieron el caldo gordo a estos nefastos gobiernos
Pandemia afuera, fiesta adentro con amantes y golpes a su pareja embaraza. Fabiola Yáñez hizo público el calvario que vivió en lo que fue la luna de miel más cara de la historia pagada por el pueblo, donde el presidente por entonces Alberto Fernández –puesto por Cristina Kirchner– obligó a los argentinos a permanecer encerrados y terminó de fundir un país que ya venía en muletas producto de las nefastas políticas de estado de gobiernos anteriores.
En las imágenes, que se encontraban en el teléfono de la exsecretaria del expresidente, María Cantero, se la ve a Yáñez con un ojo en tinta y un hematoma en la parte interior del brazo derecho, cerca de la axila. Mientras tanto afuera nadie se imaginaba la fiesta que Alberto estaba disfrutando mientras sometía a su pareja a las peores humillaciones.
“Esto no funciona así, todo el tiempo me golpeás. Es insólito. No puedo dejar que me hagas esto cuando yo no te hice nada. Y todo lo que trato de hacer con la mente centrada es defenderte y vos me golpeás físicamente. No hay explicación”, dice Fabiola en un chat de WhatsApp que forma parte del expediente en el marco de la causa de violencia de género que pesa contra el compañero de fórmula de Cristina Elisabet Fernández de Kirchner.
A lo que el Alberto le responde: “Pero dejá de discutir. Al final terminamos peleados nosotros por todos los demás. Por favor. Vení”.
Entre tanto con la de este martes fue la segunda audiencia de Yáñez con el juez, que la había contactado, en junio pasado, después de encontrar en los chats de la exsecretaria privada de Fernández, María Cantero, los mensajes antes que aludían a hechos de violencia física que ella le adjudicaba a él, en el marco de la investigación de la causa Nación Seguros.
“No le creo tanto a Fabiola. Es una campaña contra el peronismo”, decía el Oso Leavy mientras en Olivos Yañez vivía el infierno en carne propia.
“Venís golpeándome hace 3 días seguidos”
La doble moral del peronismo / kirchnerismo que gobernó, 16 de los últimos 20 años en la Argentina, acaba de redondear una actuación nefasta, convirtiendo a Alberto Fernández en el primer presidente de la historia acusado de violencia de género; como si no fuera poco el hecho de haber convertido a la Argentina en una villa miseria, cortesía de sus socios políticos Néstor y Cristina.
Cabe recordar que desde 2019 hasta 2023 fue presidente y “títere” de Cristina, pero lo que el estimado público ya ni tiene en cuenta es que Alberto ejerció el cargo de jefe de Gabinete de Ministros entre 2003 y 2008, durante la presidencia de Cristina.
Cuándo sale CFKirchner a pedir perdón por imponer a este innombrable como Presidente y dejarnos en este desastre escandoso que nos vuelve a poner bajo los ojos del mundo? Como si no hubiera sido suficiente Boudou, la corrupción propia y tantos años de una debacle que termina con…
— Margarita Stolbizer (@Stolbizer) August 9, 2024
Aunque no hay mejor síntesis que el mensaje que dejó en su cuenta de X Margarita Stolbizer: “Cuándo sale CFKirchner a pedir perdón por imponer a este innombrable como Presidente y dejarnos en este desastre escandaloso que nos vuelve a poner bajo los ojos del mundo? Como si no hubiera sido suficiente Boudou, la corrupción propia y tantos años de una debacle que termina con lo que tenemos hoy, de lo que también se deberían hacer responsables los kirchneristas”.
A todo esto ¿quién defiende ahora a la víctima? ¿Las feministas insufribles pagadas por los kirchneristas que manejaron el poder durante dos décadas? ¿La misma Cristina quien era vice presidenta mientras Alberto practicaba boxeo con la cara de su esposa?
Lamentablemente a la víctima en estos casos se la trata como objeto, se la confina en un cuarto lejos para que el maltratador de turno diera rienda suelta a sus instintos de “macho canchero” y lleve sus “minitas” a Olivos a darles cerveza, grabarlas y hacerlas decir estupideces en estado etílico. Esta vez la ficción supero a la realidad y el más bizarro guion de Hollywood de cotilleo tras bambalinas del poder se quedó corto ante la novela más negra de la historia política en la Argentina.
