DRÁCULA: LA INFLUENCIA HISTÓRICA ¿QUIÉN ERA VLAD TEPES? PARTE II

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Cuando Bram Stoker se encontraba escribiendo su emblemática novela, se topó con el nombre de este príncipe de Valaquia y decidió adoptarlo para su personaje principal (en ese momento llevaba el nombre de Wampyr). Pero ¿Quién fue realmente Vlad Tepes? 

Por María Victoria Bravo

El origen del nombre Dracul o Draculea

En 1428 Vlad II ingresa a la “Orden del Dragón”, (Drac en húngaro) y desde ese momento es conocido como Vlad Dracul. Posteriormente su hijo Vlad Tepes o Vlad III será conocido como Vlad Draculea.

Sin embargo, es importante destacar que Dragón como personaje mítico no existe en Rumania y que Drac en este idioma significa Diablo por lo tanto Vlad Draculea era conocido como el “Hijo del Diablo”.

De tributo a Vaivoda

Vlad Tepes, conocido como Vlad III o Vlad Draculea, nació en 1431 en Transilvania y fue hijo del vaivoda (gobernador) Vlad II o Vlad Dracul. Con apenas 13 años de edad marchó hacia la corte otomana junto con uno de sus hermanos en calidad de tributo o señal de sumisión como resultado de un acuerdo que había realizado su padre con el Sultán. Permaneció en la misma hasta la muerte de su padre durante un enfrentamiento con el regente de Hungría Huyandi. Fue en ese momento y obedeciendo a una estrategia política otomana, en una movida de ajedrez se convirtió en el alfil que reclamará el trono y de esta manera tener controlado el territorio.

Debemos recordar que dichos acontecimientos se desarrollan en el siglo XV en plena expansión del imperio otomano hacia el sudoeste de Europa, en donde ya se encontraba sometida Grecia, Serbia y Bulgaria. El territorio de Hungría era un reino que contaba con tres principados en lo que es actualmente el territorio rumano: Valaquia. Transilvania y Moldavia. Se caracterizaban por tener autonomía sin embargo con el acuerdo firmado por Vlad II se inicia un periodo de enfrentamientos por el control de la frontera, la supervivencia y el poder que tendrán su momento más álgido durante el reinado de Vlad Draculea.

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Vlad Draculea se hace del trono, pero al poco tiempo termina expulsado de su propio reino y en esa circunstancia cree poder encontrar apoyo nuevamente en la corte otomana pero no logra el objetivo. Debe entonces huir hacia Moldavia en donde se involucra en las luchas e internas políticas del territorio, pero siempre con el objetivo final de recuperar Valaquia. En 1453 Mehmet I se apodera de Constantinopla y logra cerca a Hungría y Hunyadi establece una alianza estratégica con Vlad III. De esta forma logra hacerse del trono de Valaquia hasta 1462.

Un reinado de terror

A partir de este momento se inicia la etapa más sanguinaria después de las contiendas en Tierra Santa. Como príncipe cruzado que era, en nombre de Dios cometió horrores y atrocidades dignas de un demonio salido del infierno. La batalla contra el infiel otomano, ya que se negó a pagar tributo a lo turcos, al igual que la Santa Inquisición y el genocidio indígena en América, reviste siempre una contradicción. En nombre del cielo y la gloria de Dios se trae el infierno en la tierra donde siempre terminan pagando justos e inocentes.

Es así como fue conocido por sus métodos sanguinarios: tortura y la muerte lenta de los prisioneros, la amputación de nariz, orejas y cabeza de hombres, mujeres y niños de todas las edades. En una carta enviada a uno de los príncipes de su territorio se jactaba de haber asesinado aproximadamente más de 22.000 turcos, búlgaros ya sea a mano de la espada o quemados.

El empalamiento (de allí el apodo de El Empalador) fue uno de los métodos más usados para eliminar prisioneros e insurrectos y también para aleccionar a sus súbditos. La legitimidad de su poder se sustentaba en el terror para mantener la gobernabilidad.

Existe un relato que da cuenta del llamado Bosques de los empalados, en donde se mandó a talar todos los árboles del mismo para ejecutar a 20.000 prisioneros. Vlad Draculea durante todo su reinado asesinó a 100.000 personas. Otro relato cuenta que solía beber la sangre de sus víctimas o mojar el pan en la misma.

En 1462 fue derrocado y puesto en prisión por doce años hasta que volvió a ser aspirante del trono en 1476. En su tercera etapa fue asesinado en una emboscada turca y su cabeza exhibida en Estambul.