De señalar a los ausentes a no dar quórum. “Hoy quedó clarito quienes defienden a los delincuentes y quienes queremos una Argentina Libre de CORRUPCIÓN ¡No aflojemos! Lo vamos a lograr Javier Milei”, había escrito María Emilia Orozco en su cuenta personal de X el 21 de noviembre. El día que había que votar se borró al mejor estilo Yolanda Vega, con curitas en las manos incluidas y una puesta en escena paupérrima. En LLA la liquidaron con críticas impiadosas sobre todo la de Silvia Lospennato, quien dijo tras el papelón: “Tengo por escrito quiénes iban a venir por bloque. No creemos en las casualidades e imprevistos”.
Cuando creíamos que lo de la inefable Yolanda Vega no podía ser superado en términos de bochornoso circo, pues bien, apareció alguien que por su desfachatez y enfáticas alocuciones edulcoradas por piltrafas discursivas, acaba de superarlo por varios cuerpos. Incluso supera con creces el nivel de tragicomedia logrado por Lourdes Arrieta, esa que llorisqueó desde su banca el día que se mandó el ridículo del año en el Congreso de la Nación.
Antes del faltazo y como es habitual la “legisladora” tiktokera Emilia Orozco grabó uno de sus insufribles videos donde decía que “cuando el presidente se refirió al Congreso como un nido de ratas, creo que se quedó corto. Y hoy con esa bancada ausente, deja en claro a quién se referían específicamente. Todas estas bancas vacías, que deberían estar ahí, siendo valientes, dando debate y trabajando, porque para eso se le paga el sueldo”, chillaba.
De allí pasó a una pseudo-reflexión que relata que “cuando una sesión fracasa sabés lo que más me reclaman, señor Presidente. ’Che y a esa gente le pagamos el sueldo’, ¿Y por qué no van a trabajar? De este espacio lo que buscamos es resguardar la institucionalidad, cuidar las instituciones, devolverle al argentino la confianza. Porque quedó muy en claro quien está a favor de una Argentina transparente y quienes están a favor de una Argentina corrupta, les quiero decir que no tengan miedo porque no estamos trabajando está ley para proscribir a la doblemente condenada Cristina Kirchner, porque esa proscripción se la va a hacer el pueblo, la gente y los argentinos”.
Entre tanto la sesión de la Cámara Baja del 20 de noviembre, impulsada por el PRO, la Libertad Avanza y parte de la UCR, estuvo cerca de alcanzar el quorum al conseguir 128 de los 129 necesarios para habilitar el debate de la Ficha Limpia. La propuesta que buscaba que quienes tengan condena firme por casos de corrupción no puedan ser candidatos a cargos nacionales.
La iniciativa establecía que no podrán ser candidatos a cargos electivos aquellos ciudadanos que tengan una condena en segunda instancia por los delitos de cohecho y tráfico de influencias, malversación de caudales públicos, negociaciones incompatibles con el ejercicio de funciones públicas, y enriquecimiento ilícito de funcionarios y empleados.
De aprobarse el proyecto, se podría invalidar una posible candidatura de la expresidenta Cristina Kirchner, dado que la Cámara de Casación había confirmado la sentencia a seis años de prisión por “administración fraudulenta”. Sin embargo, el presidente de la Cámara Baja, Martín Menem, anunció que respetando el reglamento quedaba levantada la sesión. Pasando el debate para este jueves 28 de noviembre.
“Los corruptos van a estar festejando hoy, todos los delincuentes. La sesión se cayó porque la impunidad es muy poderosa”, señaló Silvia Lospennato, al tomar la palabra después de que el presidente de la Cámara anunciara la falta de quorum, y agregó: “Tengo por escrito quiénes iban a venir por bloque. No creemos en las casualidades e imprevistos”. Curiosamente, una de las ausentes en el tratamiento fue la diputada María Emilia Orozco de La Libertad Avanza.
¿Emilia Orozco estaba en contra de la Casta o quería ser Casta? De ser la “Elisa Carrio salteña”, una denunciadora serial de los sueldos altísimos de sus colegas pasó a justificadora apologista de la vieja política.
La diputada nacional debería recordar el lema de campaña de su jefe político: una Argentina distantinta es imposible con los mismos de siempre. Y sostenía además que no se podía cambiar con los mismos métodos.