CUANDO LA “iMAC G3” SALVABA A APPLE DE LA BANCARROTA

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El 6 de mayo de 1998 cuando teatralmente el CEO de Apple presentó el primer iMac, un equipo con un procesador PowerPC G3 de 233 MHz, 32 MB de RAM, un disco duro de 4 GB, un monitor de 15 pulgadas, sistema operativo Mac OS 8.1 y altavoces estéreo, marcaba el regreso triunfal del gurú de la informática a la compañía que había creado desde el garaje de su casa junto a su vecino y de la que fue echado en 1985 tras el fracaso de las ventas de la primera Mac. Imagen: Apple.com

Quizás todavía quedan personas sin saber que la “i” con minúscula puesta con un propósito particular adelante del nombre de todos los modelos de la compañía de Cupertino significa: “internet, individuo, instruir, informar e inspirar”. Y muchos tampoco deben saber que Apple estuvo a 90 días de la bancarrota en 1997. Aquel año la empresa perdió unos 878 millones de dólares.

Además de marcar un hito en términos de diseño, el iMac G3 llegó en el momento indicado para salvar a Apple de su caída libre financiera. No conformes con echar al mismísimo Steve Jobs en 1985, la junta directiva influenciada por John Sculley, director ex ejecutivo de Pepsi-Cola y llevado allí por el mismo Steve, lo eyectó de la firma que él mismo había creado en 1976 junto a Steve Wozniak.

Mientras la compañía con Sculley a la cabeza destartalaba todo el espíritu de la empresa que Jobs había hecho famosa en todo el mundo, Steve creaba “Next” como una continuidad de Apple; además de comprar el estudio cinematográfico Pixar y firmar varios acuerdos para producir películas animadas para Disney.

¿Pero y que pasaba con Apple? Fueron tan nefastos sus directivos que pusieron a 90 días de la quiebra a una de las marcas más emblemáticas de su tiempo. De hecho, ellos mismos echaron a Sculley y probaron con varios CEOS hasta que no les quedó otra que llamar al gurú de la edad de oro de Apple.

El salvador menos pensado

Una vez que Steve recuperó el control de Apple, habría que pensar en una estrategia urgente para salvarla del borde del abismo. La solución estaba muy cerca pero los separaba un abismo de resentimiento. El nombre del salvador fue Bill Gates, nada más ni nada menos, el hombre que lo había traicionado unos meses después del lanzamiento del Mac en 1984.

La historia es conocida pero vale la pena recordar el trato que hicieron como dos caballeros a pesar de la feroz pelea que incluyó demandas por plagio, puntualmente por el sistema operativo Windows, el cual era una descarada copia del sistema operativo del Mac.

“Me enteré que tienes problemas con el gobierno con juicios por monopolio, por tu navegador, el cual obliga a todos a tener Windows”, le dijo Steve desde el otro lado de la línea telefónica; “Y yo me enteré que volviste a un barco que se está hundiendo”, le respondió con soberbia Bill Gates.

Aun con la amargura de lo ocurrido unos años antes, Steve le propuso un trato que los beneficiaría a los dos. “Me comprometo a retirar todas demandas en los tribunales pero me tienes que dar a cambio dinero para salvar a mi compañía y además debes dotar de software a mi próximo producto”, le propuso Jobs.

Por su parte Gates le preguntó: “¿Yo que gano con esto?”; “Apple regresa al juego y ya no serás plausible de ser enjuiciado por monopolio. Jamás podré competir con tu compañía, así que puedes quedarte tranquilo”, le respondió Steve. Se parecía a un trato con el diablo pero a Steve no le quedó otra. Cabe recordar que Microsoft para ese momento era un gigante del software y Gates era el hombre más rico del mundo.