COMO FUE QUE LA LEY SHERMAN ANTITRUST PROPICIÓ LA CAÍDA DEL IMPERIO MICROSOFT

20

El lado oscuro de la compañía de Bill Gates se puso en evidencia el día que la justicia de EE. UU. decidió ponerle un freno a las detestables practicas del por entonces gurú del software. En los años 90 obligó a los usuarios de todo el mundo a usar su sistema operativo Windows y por ende a que todos deberían navegar con su Internet Explorer, entre otros miserables manejos con la competencia. Al final se comprobó que nadie está por encima de la ley, ni siquiera quien fue ser el más rico del mundo a finales del siglo XX. Foto: © gguy/Stock.adobe.com

Hay opiniones y sentimientos encontrados con respecto a la persona de Bill Gates. Si bien esta en los libros de historia como el hombre que nos posibilitó acceder mediante software sencillos al universo de la informática; de la misma manera esta considerado el pirata mas detestable y un auténtico ladrón que le robo descaradamente la idea del Windows a Steve Jobs.

Aunque luego la historia los reconciliaría e incluso se volverían socios, Bill Gates ha pasado a la historia como el primer empresario de informático en chocar contra la Ley Sherman Antitrust y tener que ajustarse a Derecho en su país.

El 18 de mayo de 1998 es una fecha que quedaría grabada en la historia de la competencia y el poderío empresarial. El Departamento de Justicia de los Estados Unidos, junto con 20 estados, presentaba una demanda antimonopolio contra Microsoft Corporation, acusándola de abusar de su posición dominante en el mercado de software para computadoras personales.

¿Cómo llegó un gigante como Microsoft a verse envuelto en una batalla legal de tal magnitud? La clave radica en dos prácticas que, según las autoridades, asfixiaban la competencia:

Integración de Internet Explorer: Microsoft incluía su navegador web, Internet Explorer, de forma preinstalada en el sistema operativo Windows. Esto desalentaba a los usuarios de probar otras opciones, como Netscape Navigator, ya que era más complicado instalarlas y configurarlas.

Acuerdos restrictivos: Microsoft firmaba contratos con fabricantes de computadoras para que preinstalaran Windows y Explorer en sus equipos. Además, prohibía la instalación de software competidor, como navegadores o reproductores multimedia.

Estas prácticas, según la acusación, convertían a Microsoft en un monopolio, sofocando la innovación y perjudicando a los consumidores. La batalla legal se extendió por años, con intensos debates sobre los límites de la competencia y el poder de las grandes empresas tecnológicas.

En 2000, un juez federal determinó que Microsoft había violado la Ley Sherman Antitrust, ordenando la separación de Internet Explorer de Windows. Sin embargo, la Corte Suprema de los Estados Unidos modificó la sentencia, permitiendo que Microsoft mantuviera su sistema operativo junto al navegador, pero imponiendo restricciones a sus prácticas comerciales.

El caso Microsoft vs. Estados Unidos marcó un precedente histórico, demostrando que incluso las empresas más poderosas no están por encima de la ley. A partir de este caso, las autoridades antitrust han prestado mayor atención al poder de las grandes tecnológicas y su potencial impacto en la competencia.

¿Se acabó el imperio Microsoft? No del todo. La empresa sigue siendo un gigante de la industria, pero el caso antitrust la obligó a adaptarse a un entorno más competitivo. La batalla legal también sirvió como alerta para otras empresas, recordándoles que el éxito no les da derecho a abusar de su posición dominante.

La Ley Sherman Antitrust no derribó por completo el imperio Microsoft, pero sí lo debilitó y lo obligó a cambiar su forma de operar. Un caso emblemático que nos recuerda la importancia de la competencia para impulsar la innovación y proteger a los consumidores.