Nunca dio una explicación coherente de porque la deuda que rondaba los u$s 5.200 millones, luego del “acuerdo” cerrado en Paris, escaló de un día para el otro a la friolera de 9.690 millones de dólares. Ocurrió en 2016 y por increíble que parezca llegó a gobernador de Buenos Aires. Parece ser el último sobreviviente de la resistencia “K”
Los entusiastas jóvenes militantes de agrupaciones como La Campora o los furiosos kirchneristas de a pie que pensaron que jamás volverían a ver a un terrateniente en la Argentina por el obrar revolucionario de Néstor y Cristina, ahora tienen que entender que el daño que Kicillof le asestó a la economía del país rompe con el relato y acerca un poco a la desastrosa realidad en la que quedó la Argentina.
Por entonces Kicillof emitió un informe donde intenta explicar que el monto total se compone de 4.955 millones de dólares de capital, 1.102 millones de intereses y 3.633 millones de intereses punitorios.
Es decir que sumó 4.735 millones de dólares entre intereses y “punitorios”, con el agravante que según los propios datos de Economía, se acumularon entre el 2004 y mayo del 2014. Es decir que en apenas 12 años la política de “desendeudamiento” del Gobierno logró el milagro de duplicar la deuda con el Club de Paris. Así de nefasto fue aquel fatídico viaje de Kicillof.
De hecho, en su momento no pocos economistas advirtieron al Gobierno que no era una estrategia sensata no pagar nada, que al menos pagaran los intereses para evitar un escenario de aceleración de intereses y punitorios como el que finalmente deberá afrontar la República. De hecho ya está sucediendo, pero claro, el nefasto Kicillof, ahora diputado, hace giras por el interior del país y no se ajusta a las reglas de los municipios, ignorando completamente el daño que le ha producido al país con sus nefastas políticas de “desendeudamiento”.
