“ATRAVESAMOS LAS PUERTAS INVISIBLES DE LA MUERTE, CON EL ALMA CLARA Y LLENOS DE MIEDO”

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Lo dijo Nando Parrado, quien tras el estreno mundial de la película “La sociedad de la nieve”, vuelve a ser protagonista del relato de supervivencia más estremecedor de la historia de la humanidad. En 2010 fue reconocido como el mejor orador del mundo después de dar charlas durante años acerca de la tragedia en los Andes.

Después de conocer a Nando Parrado y su trágica historia recién se puede tener dimensión de lo fuerte que puede ser un ser humano en condiciones extremas. Hasta el día de hoy aun el mundo se sigue preguntando como sobrevivió 72 días junto a sus compañeros donde nadie puede sobrevivir, a más de 3000 metros de altura, sin el equipo adecuado, agua, comida, y con solo 22 años. Caminó durante diez días, con 45 kilos menos, para buscar ayuda, atravesando montañas y glaciares que los alpinistas más experimentados temen.

Aunque falta agregar que estuvo 4 días en coma ya que su cabeza se partió en 3 partes en el accidente. Al despertar por una casualidad que la Ciencia explicaría luego, se enteró que su madre, su hermana y sus dos mejores amigos habían fallecido. Sin embargo y tras más de 2 meses se fue caminando hasta Chile para buscar ayuda y regresar con dos helicópteros.

Para ser justos con la cadena de desgracias que sufrió junto a sus compañeros, falta mencionar los 30 grados bajo cero de la Cordillera y el alud que los volvió a “matar” unos días después del accidente.

La foto mas famosa del siglo XX, llegan los helicopteros y termina el calvario tras 72 dias -CEDOC-

¿Cómo lograron llegar a Chile, caminando casi 40 kilómetros, durante nueve días, sin equipo de montaña?

La pregunta corresponde a una entrevista publicada en LA TERCERA y de la cual Nando responde: “Con mucho esfuerzo y mucha suerte. No había otra opción que la que tomé. Si hubiera sabido a lo que nos íbamos a enfrentar, tal vez no hubiera tenido el coraje de dejar el fuselaje. Recuerdo que me pesaba la ropa, los zapatos y hasta la piel. Cada paso que daba, requería más esfuerzo que el anterior. Junto con Roberto (Canessa) atravesamos las puertas invisibles de la muerte, con el alma clara y llenos de miedo”.

“El miedo te salva” repite Nando en una video conferencia que brindó durante la pandemia, cuando el mundo aterrorizado descubrió el Covid 19. Fue la última vez que su figura apereció para brindar sus invaluables consejos, hasta el estreno de la ultima pelicula del milagro en los Andes. Se trata de una alocución que no tiene desperdicio, aunque Nando siempre tuvo apariciones públicas como conferencista.

Fue corredor de carreras de lanchas, autos y motos; empresario, productor y presentador de televisión después de aquella épica de 1972, cuando decidió no morir en el fuselaje enterrado en el glaciar después de que el avión donde viajan con sus compañeros chocara contra un pico y se partiera a la mitad por un gravísimo error del piloto; quien además los condenó a muerte ya que dio mal la información de localización a la torre de control. Por ello los rescatistas buscaron según la última ubicación que brindó, la cual decía que ya había pasado Curicó, cuando en realidad estaban a solo 10 km. de Mendoza.

¿Es posible que un ser humano que tiene un edema craneal durante 4 días; que perdió a su madre, su hermana y dos amigos; que tuvo que comer carne humana de sus amigos muertos y  perder 45 kg; aun tenga la voluntad de caminar durante 10 días y sus noches subiendo picos de más de 4 mil metros, a 30 grados bajo cero, sin equipo y haber llegado hasta Chile para regresar con ayuda? La respuesta es SI.

Entonces surge el planteo que todos se hacen tras conocer su historia: “Si él pudo con su montaña como no poder con la mía”. Carlitos Páez, otro de los sobrevientas siempre afirmó a modo de máxima en una situación extrema: “Cada uno lleva su montaña encima”.

La suerte y al azar en un juego perverso

“¿Por qué tuve que sentarme yo en ese asiento?” se pregunta Nando después de 51 años, tras el estreno mundial de la película de la que todos hablan: “La sociedad de la nieve”, basada en la novela de Pablo Vierci. Libro que afortunadamente leyó el director español J.A. Bayona en 2012 mientras filmaba “Lo imposible”, otra aterradora historia de tragedia humana que nos recuerda lo insignificantes que somos ante el poder de la Naturaleza.

Cuando le preguntan a Nando acerca de la suerte y como jugó en aquella terrorífica tarde que cayeron en la Cordillera, de inmediato remite a los caprichos del destino, a que lo que pasaba si se sentaba más atrás, entonces salía disparado por los aires y moría como la mitad de los pasajeros que viajaban en esos asientos. O si se sentaba al lado de su madre y su hermana también hubiera perecido de inmediato.

También la suerte de que su cabeza quedó del lado de afuera. La nieve hizo su trabajo y bajó considerablemente el edema cerebral. Tampoco sus compañeros lo tocaron porque lo dieron por muerto, cosa que los médicos hoy en día reconocen que si no hubiera sido así, a Nando le hubieran causado algún otro trauma el solo moverlo y hubiera muerto.

Tampoco murió en el alud que mató a 8 de ellos. Ni hablar de la cantidad de infecciones, golpes o contusiones que no lo alcanzaron y sobre todo su juventud, solo tenía 22 años. Eso y el trabajo en equipo, más la motivación de volver a ver a su padre fueron factores fundamentales para que hoy podamos conocer su historia.

Una autentica sociedad motora de la empresa de la vida

Afortunadamente Nando Parrado sigue dando conferencias, charlas y consejos de liderazgo y trabajo en equipo, ya que la tragedia de los Andes dejó muchas enseñanzas y un aprendizaje sobre las prácticas a tener en cuenta en situaciones límites.

Los sobrevivientes no solo encontraron la forma de no dejarse morir de hambre sino que su “organización” funcionó como una autentica empresa que produce sus propios insumos para motorizar el objetico final, que era nada más ni nada menos que la conservación de la vida.

La división de roles les llevó a crear “herramientas” con lo que tenían a mano en lo que quedó del avión, y eso fue fundamental para que Nando y Roberto Canessa pudieran llegar a Chile. Crearon anteojos para proteger sus ojos del sol que rebotaba contra la nieve y les quemaba la vista; fabricaron hamacas para los heridos con lo que quedó de las filas de asientos; crearon bolsas de dormir con los asientos y las fundas para que los expedicionarios no murieran congelados durante las noches de la caminata final; diseñaron una máquina para convertir la nieve en agua, ya que a esa altura el cuerpo humano se deshidrata mucho más rápido que a nivel del mar.

Nada los había preparado para lo que iban a vivir y después de 72 días regresaron con la historia de supervivencia más estremecedora de todos los tiempos y que gracias a “La Sociedad de la nieve”, podremos conocer con una profundidad que antes no se había relatado.