“Orozco se olvida de sus orígenes y un viejo amigo y compañero del colegio se los recuerda”, consiga el epígrafe que muestra la doliente carta del concejal Calderon a la legisladora por Salta de la LLA. “Mi madre, como miles de ciudadanos, no pidió un favor, pidió que se cumpla con su derecho”, enfatiza el edil.
Carta abierta del Concejal Matias Calderón a la Diputada Nacional Emilia Orozco.
Sra. Diputada Nacional Emilia Orozco:
Me dirijo a usted a raíz de sus declaraciones en la radio, en las que expresó que “no está para hacer favores, acá todos son iguales, no importa si es la madre de un concejal”, refiriéndose al mensaje que mi madre le envió para comentarle la situación de ella y que tambien pasan miles de argentinos, el trámite de ANSES que lleva 1 año y 8 meses sin resolución.
Lamento profundamente que sus palabras desconozcan el sentido más elemental de la función pública: la empatía, la escucha y el compromiso con los problemas de la gente, más allá de los cargos, las diferencias políticas o las etiquetas.
Quisiera recordarle que usted y yo fuimos compañeros desde el jardín de infantes hasta terminar la escuela primaria, compartiendo aulas, recreos y parte de nuestra infancia. Y que mi madre acudió a usted no porque yo sea concejal, sino porque fue su maestra, alguien que creyó que en ese vínculo humano encontraría una escucha atenta y una mano tendida.
Mi madre, como miles de ciudadanos, no pidió un favor, pidió que se cumpla con su derecho. Un expediente presentado hace casi dos años, con toda la documentación correspondiente, que sigue sin respuesta, no es una cuestión de privilegios, sino una muestra de la ineficiencia de un organismo que debería garantizar soluciones en tiempos razonables.
Como concejal y como hijo, tengo la responsabilidad de visibilizar este caso porque representa lo que atraviesan muchas familias: trámites que se eternizan, derechos postergados y autoridades que, en lugar de tender puentes, se escudan en frases que simplifican y deshumanizan.
La política no se trata de hacer “favores”; se trata de gestionar, de acompañar y de garantizar que los derechos sean efectivos. No se trata de quién lo pide, sino de entender que detrás de cada trámite hay una persona que espera, que necesita y que confía en que sus representantes harán todo lo que esté a su alcance para ayudar.
Le invito a reflexionar sobre sus palabras y, sobre todo, sobre el rol que todos ocupamos cuando decidimos representar a la ciudadanía. No pedimos trato especial, pedimos trato digno.
Atentamente,
José Matías Calderón González