Estados Unidos atacó instalaciones en suelo iraní y asegura que “devastó” su potencial nuclear. Hubo un fuerte repudio internacional, Irán respondió con una nueva oleada de ataques y se teme una escalada. Foto P/Oded Balilty
La guerra entre Irán e Israel recrudece luego de que los Estados Unidos entraran en la pelea y atacaran instalaciones nucleares en suelo iraní. El jefe del Pentágono aseguró que el potencial nuclear iraní quedó devastado. Todas las novedades del conflicto en Oriente Medio que mantiene en vilo al mundo.
El vicepresidente JD Vance declaró el domingo que los ataques aéreos de Estados Unidos contra Irán han retrasado su programa nuclear, pero añadió que Washington no está en guerra contra la República Islámica. “No quiero entrar en detalles de inteligencia sensibles, pero sabemos que anoche retrasamos considerablemente el programa nuclear iraní, ya sea años o incluso más”, declaró Vance al canal ABC. “No estamos en guerra con Irán, estamos en guerra contra el programa nuclear iraní”, añadió.
Según el portal español EL PAIS, “Trump dispara la incertidumbre global con el demoledor ataque a las instalaciones nucleares iraníes de Fordow, Natanz e Isfahán”.
“Estados Unidos bombardea Irán”— bastan para resumir lo que el presidente Donald Trump hizo este sábado por la noche, madrugada del domingo en Teherán: pulverizar más de 45 años de contención en las tensas relaciones entre Washington y uno de sus más correosos enemigos. La decisión de bombardear tres instalaciones nucleares estratégicas de la República Islámica —anunciada, como tantas otras trascendentales, en la red social propiedad del líder republicano, Truth— no solo introduce a la primera potencia mundial en una era de incertidumbre en el inestable escenario de Oriente Próximo, también marca un punto de inflexión en la relación de Trump con el intervencionismo en el extranjero.
Por su parte Washington resolvió con ese ataque las dudas sobre su apoyo a la campaña de Israel contra Irán con un bombardeo, ordenado sin la aprobación previa del Congreso, de tres bases nucleares iraníes ya famosas: Fordow, Natanz e Isfahán. Al rato, Trump calificó el ataque en un discurso ante la nación de cuatro minutos desde la Casa Blanca de “espectacular éxito militar”, y aseguró que las instalaciones habían sido destruidas.

El presidente hizo de su negativa a emprender aventuras bélicas en el exterior uno de los principales argumentos de su campaña, promesa que incumplió este fin de semana de la manera más espectacular posible. El gesto abona el terreno para un cisma en el movimiento MAGA (Make America Great Again), que si bien ha probado sobradamente su cintura para adaptarse a los cambios de idea de su líder, tiene tradicionalmente en la ruptura del aislacionismo geopolítico una de sus líneas rojas.
En otra prueba de la larga lista de sus contradicciones, Trump —quien en su toma de posesión en enero dijo: “Mediremos nuestro éxito no solo por las batallas que ganemos, sino también por las guerras que terminemos y, quizás lo más importante, por las guerras en las que nunca nos involucremos”— pareció primar este sábado su fascinación por las demostraciones militares de fuerza sobre la idea de no crear problemas fuera y concentrarse primero en Estados Unidos (según su lema America First).
O tal vez haya que atribuir el éxito a la capacidad de influir en el voluble Trump del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, que lanzó unilateralmente un ataque contra las capacidades de enriquecimiento de uranio de Irán el pasado 13 de junio. Este sábado, Netanyahu dijo que “la historia recordará al presidente Trump” como alguien que “actuó para negar el régimen más peligroso del mundo, el arma más peligrosa del mundo”.
Las reacciones
Un informe de BBC, consigna que las reacciones desde dentro y fuera de Estados Unidos al ataque a Irán no se han hecho esperar.
“Estoy profundamente alarmado por el uso de la fuerza por parte de los Estados Unidos contra Irán hoy. Se trata de una escalada peligrosa en una región que ya se encuentra al borde del abismo, y una amenaza directa para la paz y la seguridad internacionales”, escribió en X el Secretario General de Naciones Unidas, António Guterres.
Y agregó que “existe un riesgo creciente de que este conflicto se salga rápidamente de control, con consecuencias catastróficas para la población civil, la región y el mundo”.
Políticos demócratas en EE.UU. han criticado la decisión de Trump argumentando que se trata de una escalada que puede traer consecuencias devastadoras para el país y que el presidente pasó por encima del Congreso y violó la Constitución.
El líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, dijo que el presidente Trump “engañó al país sobre sus intenciones, no solicitó la autorización del Congreso para el uso de la fuerza militar y corre el riesgo de enredarse en una guerra potencialmente desastrosa en Oriente Medio”.
El senador Bernie Sanders recordó que “la única entidad que puede llevar a este país a la guerra es el Congreso”, y la representante Alexandria Ocasio-Cortez incluso aseveró que es motivo para adelantar un juicio político.
Los copartidarios de Trump, como el senador republicano Mitch McConnell, han, por el contrario, celebrado su decisión. “Aprovechar esta oportunidad no es una escalada hacia la guerra, sino una respuesta prudente a los belicistas de Teherán”, escribió McConnell.
En América Latina, el presidente chileno, Gabriel Boric, condenó el ataque en tanto “atacar centrales nucleares está prohibido por el derecho internacional”.
Su homólogo cubano, Miguel Díaz-Canel sumó que los hechos de hoy arrastran “a la humanidad a una crisis de irreversibles consecuencias”.