JIMENA SALAS: ¿PODRÍAN HABER MONTADO LA ESTRATEGIA DEL “ROBO QUE SALIÓ MAL”?

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Una nueva teoría surge a partir de la hipótesis que da cuenta de que lo actuado por el hombre 2 no encaja en el rompecabezas y que el supuesto robo tiene una estética “demasiado prolija” como para suponer que fue un acto montado, el cual sirvió de excusa para que el homicida actuara. Vuelve a reflotar el fantasma del crimen por encargo y el móvil conecta con otro famoso caso sin resolver. ¿Robo que salió mal o sicariato?

Después de que resultaran absueltos Nicolás Cajal y Sergio Vargas la fiscalía retomó la hipótesis del “robo que salió mal” y siguiendo esa línea llegaron a Javier “el Chino” Saavedra, el principal imputado en el asesinato de Jimena Salas.

Cabe recordar que a Javier Saavedra, alias “El Chino”, a quien el ADN le dio coincidente con las muestras de sangre encontradas en la casa de Jimena Salas, está señalado como el autor material del crimen; aunque la defensa del principal imputado a cargo del reconocido abogado Marcelo Arancibia, afirme que tiene como prueba irrefutable el GPS que ubicaría a su defendido en otro lugar; además de un video del principal acusado jugando con el perrito en Parque Belgrano aquel trágico medio día; y una cantidad de pruebas importantes.

El letrado de dilatada carrera y reconocido por liberar a dos perejiles en los dos juicios más mediáticos de los últimos años: Sergio Vargas en este mismo caso y Daniel Vilte en el de las turistas francesas; está por enfrentar una vez más a todo el aparato judicial pero esta vez con un adherente nuevo: el procurador general Pedro García Castiella.

Marcelo Arancibia y Garcia Castiella tras ganar el juicio de Mura Ortiz

Son viejos conocidos ya que compartieron defensa en el controversial juicio contra los oficiales Burgos, Figueroa, Arias y Cruzel, cuando resultó víctima del accionar policial, Gabriel Mura Ortiz, víctima de gatillo fácil. En aquel juicio García Castiella y Marcelo Arancibia compartieron una férrea defensa con la que lograron una victoria imposible en términos probatorios.

Esta vez la historia es diferente ya que uno es el jefe de los fiscales y el otro es el defensor de tres hermanos que podrían enfrentar la máxima pena a la sombra.

Una nueva hipótesis en base a las pruebas y testimoniales

El primer dato es el más notable y da cuenta de que la escena del crimen es demasiado prolija y solo hay una silla volteada al costado de la víctima, quien se encuentra en un rincón en posición decúbito prono o decúbito ventral.

En el supuesto robo no se llevaron nada a excepción del teléfono de la víctima con el cual le tomó la fotografía al asesino, con el perrito. Esto dispara un inquietante interrogante: ¿Cómo es posible que no se llevaran nada a pesar de que husmearon por toda la casa revisando alhajeros y bolsos, donde supuestamente había un dinero que el marido de la víctima, Nicolás Cajal, habría guardado de un crédito Procrear.

Habría que hacer énfasis en la actuación del “hombre 2”, quien supuestamente es el que llevó a las niñas al baño mientras el “hombre 1” acometió contra la víctima, asestándole las cuarenta y pico de puñaladas.

¿Cómo es posible que el supuesto cómplice se las haya ingeniado para llevar a las niñas al baño y la madre no se hubiera dado cuenta, no lo hubiera notado o no lo hubiera visto?

El dato es clave ya que la vivienda no es de grandes dimensiones y no concuerda ni en tiempo ni espacio con una situación como esa. Suponiendo que la secuencia realmente sucedió, ya que una de las niñas relató a los investigadores que ese fue “el hombre que lastimo a mi mamá”. Cabe recordar que el “hombre 1” supuestamente es el Chino Saavedra –para los fiscales– y a quien le coincide el ADN pero el “hombre 2” es un NN. ¿Entonces quién es el “hombre 2”?

El hecho es que es difícil entender cómo es que el supuesto cómplice del Chino pudo sortear la atención de Jimena Salas y llevarse a las niñas al baño para que el autor material actuara con tanta libertad.

Este dato deja fuera de la ecuación a los otros dos hermanos Saavedra, supuestamente perejiles en esta trágica historia y a quienes los fiscales ni siquiera acusan de “participes necesarios” y/o “campanas”. Groseramente los englobaron –por la dudas– en la misma caratula acusatoria y los ponen bajo amenaza de purgar 35 años de pena máxima, al igual que Javier Saavedra.

No sorprende esto último ya que uno de los miembros de la unidad fiscal es la Dra. Mónica Poma, de quien nadie duda de su capacidad pero que tiene la innoble costumbre de llenar las salas de juicios de imputados de dudosa procedencia. Por citar un ejemplo, en el femicidio de Paola Ávila en Puerto argentino, imputó a casi todo el barrio como si se tratara de “un tiro con escopeta” donde todos los perdigones apuntan al bulto, como se dice en la juerga de los cazadores.

¿Un robo que salió mal y tan mal que no se llevaron nada?

Ni siquiera la notebook que quedó en la mesada junto a la cocina, ni nada aparentemente, aunque la fiscalía bajo las órdenes de García Castiella mandaron a allanarle hasta el inodoro de la casa de los Saavedra y que no sorprendería que en el juicio aparezcan elementos “robados” que los señalarían como los temibles “barras de Gimnasia y Tiro”, quienes asolaron la zona de Vaqueros por aquel verano de 2017.

Regresando a la escena del crimen, además del “tour” que se dieron por toda la vivienda en busca de algo de valor mientras el Chino Saavedra sangraba por la herida defensiva que la víctima le asestó al momento del ataque.

Obviamente la escena del crimen no es de libre acceso al público pero quien ha podido observarla sabe de antemano que es demasiado aséptica. Aquel trágico 27 de enero de 2017 al medio día, cuando se conoció la noticia, el morbo se disparó y la primera imagen semiológica fue suponer un cuadro teñido de sangre hasta el techo, que a la luz de los acontecimientos no resultó tal.

Se sabe que en técnicas forenses el primero en ser investigado es la pareja, donde las últimas 72 horas de su actividad son fundamentales para armar el rompecabezas. Allí aparece la persona del marido, Nicolás Cajal, quien resultó exonerado de toda culpa ya que a esa hora estaba trabajando en el local de electrodomésticos donde se desempeñaba como gerente zonal.

De todos modos y en este punto cabe una nota de color que configura un soso contexto de feminismo recalcitrante que alimenta la prensa “progre” y que pretende que hasta la muerte de una mosca que chocó contra una pared, se trata de un femicidio. Cabe aclarar que la unidad fiscal que investiga este tipo de crímenes inicia la investigación por defecto como si se tratara de un femicidio, lo que puede llevar a que luego se descarte y sea enfocado como criminis causa, que sería este el caso.

Más de un iluminado le apuntó a Nicolás Cajal, a quien señalaron como “el instigador”. De hecho, la línea de la unidad fiscal anterior, fueron por esa hipótesis, confundidos por dos elementos presentes en la línea investigativa: “Entrada no forzada” y “saña”, lo que lleva a creer que se trató de un crimen pasional, como se le llamaba antes a estos crímenes motivados por celos o situaciones sentimentales y/o emocionales que terminan disparando pulsiones indeseadas. Nada de eso se pudo probar.

La testigo clave

Cuatro días antes del hecho criminal el asesino actuó de idéntica manera pero sin el resultado muerte. Llevó el mismo caniche toy, se hizo fotografiar con el ardid de que el animalito estaba perdido pero sucedió algo que lo obligó a abortar la estrategia.

La madre de la mujer que interactuó con él y que estaba al cuidado de la casa, se asomó y preguntó que quería el sujeto, por lo que desistió y se marchó. Ergo, la verdadera propietaria de esa vivienda, quien en su momento se comunicó con MUY CRITICO y solicitó que su identidad fuera resguardada, ya que este medio había publicado su nombre y apellido; tanto de ella como el de su amiga, quien interactuó con el asesino. La propietaria de la casa estaba de viaje por el Calafate.

Esto dispara una nueva capa en la línea investigativa y una pregunta inquietante: ¿Podrían haber confundido los asesinos a esta mujer con Jimena Salas y ella era el verdadero blanco? o quizás a la inversa ¿podrían haber confundido a Jimena Salas con esta mujer? Todo es terreno de las especulaciones; es importante aclararle al estimado lector que la presente es una nota periodística y carece absolutamente de valor judicial.

Obviamente que se guarda celosamente la identidad de las dos testigos y afortunadamente el archivo publicado en 2019 ya no existe por un ataque de hackers sufrido por este portal web hace unos meses.

Para la fiscalia este es el asesino, el Chino Saavedra, quien dijo haber sido torturado durante interminables horas por los elementos del CIF

La alocada teoría de la fiesta en San Lorenzo y una increíble conexión  

De por si es una versión rayana con el morbo irrefrenable de una sociedad que tiene la costumbre de inventar de toda clase de historias de vivída imaginación producto del chismerío constante. Pero resulta que la teoría no viene de una peluquería de viejas copetudas de San Lorenzo, sino de un importante funcionario que en la actualidad se desempeña en las más altas esferas del poder local y que confió el dato a quien redacta la presente nota.

Según la fuente, Jimena Salas habría estado en la fiesta donde asesinaron a las turistas francesas. Agregando que el dato viene de “Inteligencia”, lo que le da mucho más valor que cualquier chismerío de confiterías en San Lorenzo o bien del bar de tribunales.

Aun así es absolutamente improbable aunque algún que otro interesado en el caso lo aportó en los primeros meses de la investigación.

En conclusión, estas teorías cruzadas que no fueron verificadas ni menos probadas por la justicia deberían ser tomadas en cuenta de una manera u otra, ya que hay una pieza que sigue sin encajar desde el minuto uno de la investigación y es la actuación del “hombre 2”; o bien la imputación de los otros dos hermanos Saavedra, quienes parecen ser absolutamente inocentes. De hecho esperan el juicio con tobilleras en libertad vigilada.

El debate será muy interesante desde el punto de vista de descubrir de una vez por todas que es lo que realmente le sucedió a Jimena Salas aquel trágico medio día del 27 de enero de 2017 en su casa en Vaqueros, cuando le asestaron más de 40 puñaladas.