Los presidentes de EE.UU. y Rusia hablaron de “grandes avances” pero no hubo anuncios concretos. Prometieron volver a reunirse. Una reunión que terminó con frustración y un aire de triunfo para el líder del Kremlin. Foto: REUTERS
Luego de un esperado encuentro de más de tres horas cara a cara en Alaska, los presidentes de Estados Unidos Donald Trump y el de Rusia Vladimir Putin dijeron este viernes que hubo progresos, pero en definitiva no lograron ningún avance concreto por la paz en Ucrania.
Según el jefe de la Casa Blanca, la reunión fue “extremadamente productiva”, pero que “no hay acuerdo hasta que hay acuerdo” sobre un cese al fuego, uno de los principales objetivos de la cumbre que terminó sin novedades, con aroma a frustración y solo la promesa de ambos líderes de volver a verse.
Un informe de Clarín, destaca que el encuentro se concretó en la Base militar Conjunta Elmendorf-Richardson, en Anchorage, la ciudad más importante del territorio estadounidense que Estados Unidos compró a Rusia hace más de un siglo.
Trump recibió a Putin con una alfombra roja en la pista de aterrizaje y un apretón de manos y le dio status internacional cuando es en realidad un paria internacional, castigado por sanciones económicas y acusado de crímenes de guerra por un tribunal global en un conflicto que ya lleva 3 años y medio con decenas de miles de muertos.
Luego ambos se trasladaron al interior de la base en “La Bestia”, la limusina hiperblindada del jefe de la Casa Blanca, un gesto poco usual de cortesía. Solo esta coreografía, más el hecho de haber sido recibido por el líder de la primera potencia mundial en su territorio, fue el primer triunfo para Putin. El segundo fue haberse ido de la cumbre sin haber concedido nada.