Las quejas son cada vez más frecuentes entre los vecinos que viven hartos de la constante presencia amenazante de estos adictos agresivos que pululan por la zona de una conocida cadena de comidas rápidas. La seccional sexta se encuentra a metros del mayor punto de ventas y pernocte de estos marginales, sin embargo los reclamos se multiplicaron en los últimos meses
Los problemas que acarrea el consumo de sustancias estupefacientes no solo afecta a los adictos que la consumen sino a quienes deben convivir a diario con estos zombis que pululan por las calles de la capital salteña y sus barrios. Sin dudas uno de los elegidos por excelencia es Ciudad del Milagro, donde existe un punto de ventas en la Avenida Héroes de la Patria, en la vivienda número 706. Allí funciona una conocida cadena de comidas rápidas y al lado una casa donde los propietarios jamás se encuentran, según relataron varios vecinos a esta redacción.
En ese punto confluyen paradas de ómnibus, la proximidad con la Universidad Nacional de Salta, la mencionada cadena de comidas rápidas y las avenidas que conducen al Chango Más. Todo ese tráfico converge en esa esquina, donde los drogadictos deambulan como si de Ámsterdam se tratare, pero con la diferencia que el consumo en Argentina está penado por la Ley.
Aun así el consumo ha crecido de forma exponencial y es común ver jóvenes saliendo de la universidad, fumando sustancias estupefacientes, tanto como los marginales de los barrios aledaños que se acercan a Ciudad del Milagro ya que es zona liberada y nadie controla nada.
No hay un solo móvil policial o efectivo que intercepte y detenga a estos adictos que invadieron la zona y al parecer se seguirán multiplicando.
Para peor ese barrio cuenta con pasillos donde están los medidores de Edesa y si bien muchos vecinos tomaron la determinación de cerrarlos con portones, aún quedan una cantidad importante de estos pasajes que separan los patios de las viviendas por donde se las arreglan para meterse y consumir.
La mayoría de las quejas coinciden con esa situación, aunque unas horas antes de la redacción de esta nota, un vecino que pasaba por la parada de ómnibus de atrás de la cadena de comidas rápidas, fue abordado por un adicto que lo increpó sin ningún motivo en pleno mediodía del domingo. El vecino llamó al 911 pero al llegar el móvil el adicto ya se había retirado del lugar tras amenazar a quien se comunicó con esta redacción.