LA RABIETA DE EDUARDO MENEM CON LA SERIE Y EL KARMA QUE SE PAGA “CON SANGRE”

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La ficción de Carlos Saúl Menen sigue dando que hablar. Esta vez fue el hermano del expresidente quien salió a atacar a la producción de Amazon Prime, la cual estrenó los 6 primeros capítulos. El hermano del exmandatario dijo que fue hecha con “mala leche” y que “el guion es una farsa”, entre muchas otras definiciones que brindó a América 24, en una extensa entrevista

¿Qué pretendía Eduardo Menem de la biopic de su hermano? ¿Qué lo mostraran como el gran caudillo al que la Argentina a quien se le debe su nefasta herencia o a quien destruyó la industria nacional y condenó el futuro de generaciones a sus compatriotas a una vida miserable?

Sin dudas su director Ariel Winograd deja muy en claro que ese perverso que se mira en el espejo tras la muerte de su hijo y ensaya una sonrisa forzada para el electorado, quien lo espera para la reelección, no es más que un símbolo de su perverso legado. En esa mueca pérfida se esconde ese maligno que después volaría un pueblo entero para tapar sus espurios manejos, ese que rifó la industria nacional, ese mismo que dejó a millones de hogares sin futuro tras generar una desocupación como nunca se vio un país industrial por excelencia, ese que aniquiló la educación.

El corrupto tuvo su merecida biopic donde se lo muestra como el jodón que bailaba con odaliscas y llevaba mujeres de dudosa moral a la residencia presidencial –Alberto no fue el primer presidente putañero de la historia- y bailaba mientras Domingo Cavallo diseñaba una burbuja llamada “convertibilidad” que estallarían en 2001.

Pero para Eduardo Menem, quien no leyó las indicaciones aclaratorias antes del visionado del primer episodio, que se trata de “una ficción de hechos reales” esto se hizo con “mala leche”.

“El guion es una farsa. Los hechos históricos fueron desfigurados. Crearon personajes que no existieron”, se despachó en una entrevista televisada por América 24.

Se quejó de no haber sido consultado por los productores: “Me llamó el productor y le pedí ver el guion porque tenía una sospecha de que podía venir con esa mala leche, y nunca me lo mandaron. Si lo hubieran hecho, sería otra cosa”.

“No sé de dónde sacaron el guion, pero seguramente copiaron algún libro de los que critican al expresidente”, desacreditó y volvió a cargar: “Los que hicieron la serie son unos farsantes porque desfiguran los hechos de una manera perjudicial”.

“Lo hicieron quedar como un ignorante”

Una de las quejas más puntuales fue la secuencia en la que claramente se muestra un contraste con el ministro de economía. “Lo hicieron quedar como un ignorante, donde parecía que no tenía idea de lo la ley que firmaba y por el contrario lo ponen a Cavallo como quien fue el autor de la convertibilidad ¿Cómo no va a saber lo que firmaba?”, planteó indignado.

De hecho desmintió la escena en la que se lo ve negociando el plan de convertibilidad con Domingo Cavallo, montado a caballo. “Carlos nunca usó un sobretodo, él usaba mantas, tipo ponchos”.

En cuanto al rictus que muestra el personaje interpretado por Leo Sbaraglia se mostró muy contrariado. “Lo hacían ver con una mirada siniestra cuando todo el mundo sabe que él era todo bondad, cordial, que se acercaba a la gente”, describió.

Privatizaciones y libertad de prensa

“Debían haber tenido un poco de consideración por la figura de un presidente que falleció, que durante su mandato no hubo perseguidos políticos y la prensa tenía la libertad más amplia”, dijo en un aspecto que si hay que darle la derecha y ser justos en ese aspecto.

“Menem jamás mandó a golpear a nadie y menos a un periodista, como lo muestran cuando aparece el hijo del fotógrafo golpeado, encima es hijo de un personaje que ni existió”, sentenció.

En otro aspecto que Eduardo Menem acertó en su crítica fue el la privatización de Entel, que si bien estuvo teñida de controversias y negociados por la figura de María Julia Alzogaray, fue la más exitosa y abrió la puerta para el resto de otras privatizaciones nefastas como la de Aerolíneas y ni hablar de la de YPF.

Menem contó su versión de la historia y se quejó de que la privatización de Entel sea contado “como un negociado, cuando fue la más exitosa”. “Gracias a la privatización en Argentina, donde los ciudadanos tardaban diez años en tener un teléfono, pasaron a hacerlo en 48 o 72 horas, con la telefonía más moderna del mundo”.

El karma y la AMIA

Obviamente que el equipo de guionistas compuesto por Mariana Levy, Federico Levín, Luciana Porchietto, Silvina Olschansky y Guillermo Salmerón –un batallón de creativos por cierto– no iban a dejar pasar el factor ominoso de la muerte del hijo, el cual está a las claras que fue un desafortunado accidente, porque el Junior entre sus aficiones estaban no solo las mujeres –igual que su padre- sino también la adrenalina. Y aunque Zulema grite en el primer capítulo que a su hijo lo mataron, la presencia de la bruja ermitaña es el eslabón que le faltaba a la serie para dotarla de cierto misticismo.

Esa muerte del hijo, más los atentados los atentados a la AMIA y a la Embajada de Israel, no hacen otra cosa que posicionarlo como un “mufa” al que se le endilga incluso la derrota con Camerún en el mundial del 90, dejando un halo de cierta situación ominosa, al preguntar por los anillos y su significado tras el acto en River.

Días después de la muerte del expresidente, en febrero de 2021, su hermano se enfadó con quienes recordaron las causas por la explosión en Río Tercero y el silencio encubridor de los atentados contra los edificios israelíes, lo cual pasó a ser uno de los puntos más oscuros durante la gestión de Menem.

Volar un pueblo entero para encubrir el negocio de ventas de armas a Croacia y Ecuador, es la peor de las calamidades por las que Menem se ganó un lugar en el bestiario de la historia argentina y obvia que su hermano saliera al cruce de esas acusaciones también, era un hecho.

“Que Dios los perdone por esa infamia que están cometiendo al acusarlo sin ningún tipo de pruebas ni elementos sobre Río Tercero. Menos mal que no le echan la culpa de las Torres Gemelas”.

Con respecto a la bomba en la AMIA, la serie se ocupa pormenorizadamente en poner la lupa, con la aparición de un colaborador de Menem, quien pierde a una sobrina en el atentando. Allí se materializa la promesa de venganza incluso en hebreo, en aquello del karma, que queda flotando la idea de una muerte dolorosa en la familia ante un crimen imperdonable perpetrado por los iraníes que terminaron pactando con Cristina Kirchner unos años después, y que en breve vendrá el juicio donde saltará más de una verdad incómoda.

Los culpables del ataque son: Alí Fallahijan, exministro de Inteligencia y Seguridad; Alí Akbar Velayati, exministro de Relaciones Exteriores; Mohsen Rezai, excomandante del Cuerpo de los Guardianes de la Revolución; Ahmad Vahidi, excomandante de Al Quds; Hadi Soleimanpour, exembajador en Buenos Aires; Ahmad Reza Asghari, exsecretario de la misma embajada; y Mohsen Rabbani, exconsejero Cultural de la embajada. Hay, además, tres libaneses acusados: Salman Raouf Salman, Abdallah Salman y Hussein Mounir Mouzannar, quienes habrían integrado o colaborado con Hezbolá.

El 5 de diciembre de 2024, la Corte Suprema de Justicia resolvió que Cristina Fernández de Kirchner debía presentarse a juicio oral por la denuncia presentada por el fiscal Alberto Nisman días antes de que lo asesinaran, en la causa que investiga la firma del memorándum de entendimiento con Irán como un acto de encubrimiento para proteger a los sospechosos iraníes del atentado a la AMIA.