El Caso Grupo Austral y otros, referido también como Causa Vialidad es un proceso judicial iniciado en 2016, cuando a Milei nadie lo conocía y en el cual el juez interviniente Julián Ercolini procesó por diversos delitos al empresario Lázaro Báez, a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner y a algunos funcionarios de su gobierno, actualmente también condenados. Caratulado como “Nº5048/2016 Grupo Austral y otros abusos de autoridad y violación de los deberes de funcionario público”. Las miserias y la resaca de una perversa etapa terminada en la Argentina. Foto: Santiago García Díaz
No la “metió presa Milei” fue la Justicia Argentina. Al parecer al gen argento se le adhiere cíclicamente una particularidad muy notable y no es otra que la ignorancia. Está claro que no es una condición sin ecuanón conocer la Ley en su totalidad para saber que la ex presidenta cometió delitos; y que a la justicia argentina le llevó casi diez años (y algunos pesares) demostrar.
Esos pesares sufridos por los funcionarios judiciales que se cargaron la causa más emblemática de los últimos 20 años fueron: persecuciones, carpetazos y un “macartismo kirchnerista” que se respiraba en todos los ámbitos de una sociedad que terminó enferma psiquiátricamente hablando; porque hay que estar muy enfermo psiquiátricamente para manifestarse a viva voz –o en las malditas redes sociales– por la inocencia de una persona que deberá devolver $85.000 millones al Estado por la “fenomenal maniobra defraudatoria” que llevó adelante.
“Señores jueces, es el momento, es corrupción o justicia”, dijo el fiscal Diego Luciani en 2022 cuando cerró las nueve jornadas de alegatos. Meses después, el Tribunal Oral Federal 2 (TOF 2) dio lectura a la sentencia de juicio: Cristina Kirchner se convirtió, en ese momento, en la primera vicepresidenta en ejercicio del poder en recibir una condena por corrupción. La condena dictada el 6 de febrero de 2022 es de cumplimiento efectivo desde este martes tras el fallo de la Corte Suprema de Justicia. Un hecho histórico en el cual el presidente Javier Milei no tiene absolutamente nada que ver.
Pero hay una condena que se suma a los a los seis años de prisión y la inhabilitación de por vida para ejercer cargos públicos. Y en este caso es económica. Tras el fallo de la Corte, la ex presidenta y los otros condenados deberán devolver $ 85.000 millones que le robaron al Estado nacional. Son 6 presupuestos del Hospital Garrahan.
Valentía republicana en medio de un océano de ignorancia
Ergo, hay algo más perverso en toda esta trama kafkiana y es la estremecedora ignorancia que se respira desde el minuto uno en que se dio a conocer el fallo condenatorio. De un lado periodistas pagados por la propaganda kirchnerista a los que los libertarios tildan de “ensobrados”, pronunciando atrocidades del talante de “proscripción”, “impedimento al voto popular”, “ataque a la democracia” y el preferido de los corruptos que ya fueron condenados: “Lawfare”, que significa en el sentido laxo del término “Guerra judicial”.
Otro de los delirios paranoides de los delincuentes que se enriquecieron en la región a costa de populismo, como Rafael Correa, ex Presidente de Ecuador, o el caudillo Hugo Chávez, quien les dejó la herencia de una dictadura sangrienta a los venezolanos con un asesino como Nicolás Maduro, y similares payasos pseudo-socialistas.
Del otro lado están los ignorantes “por derecha”, quienes por estas horas están dándole todo el mérito a Milei, cuando el mandatario no tiene nada que ver con la cuestión judicial y donde de una vez por todas la Argentina ha demostrado que por fin tiene la valentía republicana de condenar a una ladrona disfrazada de presidenta y toda su banda de delincuentes.
Todos los condenados incluyendo a Cristina, formaron una verdadera matriz de corrupción, la cual ha sido largamente probada a lo largo de 9 interminables años en los que fiscales y jueces tuvieron que meterse en el lodo más putrefacto de la historia reciente, debiendo desenmascarar a una banda de corruptos obscenos, quienes gozaron de una impunidad jamás vista en la Argentina.
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Obvio que el gran artífice de esta cruzada casi quijotesca fue el emblemático periodista Jorge Lanata, quien inició su investigación de la “Ruta del dinero K” para poner en el foco público a estos facinerosos liderados por la jefa de la banda que hoy está condenada a 6 años de prisión por corrupta y ladrona; y no “proscripta” como si lo hicieron con el general Juan Domingo Perón.
Es un hecho histórico ya que jamás se creyó que el Poder Judicial en la Argentina con tres jueces que quedarán en la historia y que distan mucho de ser “unos monigotes”, como los llamó la condenada ladrona desde la puerta de su casa en un acto patético; donde un grupo importante de desquiciados festejaban las bravuconadas de la mujer, al son de epítetos y descalificaciones.
Todo ese patético cuadro en una tarde helada de invierno, desde donde Cristina flanqueada por su hijo y su cuñada, hizo una puesta en escena donde se la vio “arañando por un lugar en la historia, que ojalá la juzgue como la mierda que fue”.