Al momento del impacto, Grillo trabajaba con su cámara en la marcha por los jubilados al momento del incidente y sufrió heridas que lo dejaron en estado grave. Este viernes se realizó un ‘semaforazo’ para pedir justicia.
Un informe de PERFIL da cuenta de que Pablo Grillo, el fotoperiodista de 35 años que resultó gravemente herido tras recibir un golpe en la cabeza con una cápsula de gas lacrimógeno durante la marcha de los jubilados frente al Congreso, fue sometido a una nueva intervención quirúrgica por un hematoma en el cerebro. Su estado es crítico y se mantiene en estricta reserva. Lo confirmó su padre, Fabián, en declaraciones radiales: “Recién salió del quirófano hace un rato. La intervención salió bien y le hicieron lo que yo llamo limpieza, no sé si es correcto. Fue dentro de lo esperado, según el cirujano. Fue positivo. Hay una mejoría”, manifestó en diálogo con Radio Continental.
El hombre explicó que la operación fue por un hematoma que se encontraba del lado opuesto a la última intervención a la que se sometió el mismo día del incidente, el pasado miércoles 13: “Notaron que había un crecimiento del hematoma, como que hay una pérdida. Entonces había que hacer la cirugía”, indicó. También manifestó que la inflamación debería comenzar a bajar “después de cinco o seis días”, según le explicaron los médicos a cargo de su hijo.
Por otra parte, Fabián sostuvo que ni el presidente Javier Milei ni sus funcionarios se acercaron a la familia para preguntar por el estado de salud de Pablo. Sin embargo, destacó que Fernán Quirós, el ministro de Salud porteño, sí lo hizo: “Vino, estuvo un ratito, habló con Pablo, conmigo no, yo estaba en otro lugar del hospital, bien, se puso a disposición”. Los dichos del hombre coinciden con el posteo que Quirós realizó en su cuenta de X (ex Twitter), en el manifestó: “Esta tarde visité a los heridos de mayor gravedad durante los incidentes ocurridos ayer en las inmediaciones del Congreso, para acompañar a sus familias y agradecer el trabajo de los equipos de salud que brindaron atención inmediata”.
Sobre esto último, el padre de Pablo se emocionó hasta las lágrimas y dio un “agradecimiento eterno” a los médicos y las enfermeras del hospital, por la atención que le dan día a día a su hijo. “Son fantásticos. También los curitas ayer con la misa. Todos me emocionaron mucho, me siento muy acompañado”, aseguró.
