La marcha de los jubilados que terminó convertida en una bataola de barras bravas tumbando un patrullero y destrozando todo a su paso con daños de 270 millones de pesos afuera del Congreso de la Nación, no fue toda la muestra de la desastrosa jornada. Mientras tanto adentro los diputados Oscar Zago y Lisandro Almirón se agarraban a las piñas, y las impresentables Marcela Pagano, Lilia Lemoine, Celeste Ponce y Rocío Bonacci tirando agua con un vaso, completaron el patético cuadro de la nueva Argentina libertaria post kirchnerato.
La frase de Luis Juez lo resume a la perfección: “Hay una parte del peronismo que cuando no gobierna es absolutamente destituyente”. Sumarle a eso que aquellos que les ha tocado en suerte gobernar después de un ciclo kirchnerista que ha dejado el país en ruinas, son unos impresentables e incompetentes, entonces el resultado está a la vista y no es otro que lo vivido el miércoles 12 de marzo afuera y adentro del Congreso de la Nación.
En medio de la sesión por el caso $LIBRA, donde se crearía una comisión investigadora sobre Javier Milei y su hermana, tuvo lugar la marcha por los jubilados que se desarrolló frente al edificio. Allí se registraron enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes. Patricia Bullrich ordenó el refuerzo del operativo que escaló al uso de gases lacrimógenos y camiones hidrantes.
Pasadas las 16, previo a la marcha que suele tener lugar todos los miércoles alrededor del Congreso, una decena de barras bravas y agrupaciones opositoras al gobierno de Javier Milei decidieron unirse para acompañarlos en su reclamo, pero los incidentes tuvieron lugar y se produjeron enfrentamientos importantes cuando se puso en marcha el protocolo antipiquetes. Allí fue cuando se desató el caos.
El primer choque entre ambos grupos se produjo en calle Rivadavia, antes de la intersección con la calle Entre Ríos, al frente del edificio del Congreso las cámaras de televisión presentes captaron a manifestantes arrojando objetos contundentes, tras romper parte de la vereda de la plaza y dirigirlos hacia los camiones hidrantes.
Luego de unos minutos, los disturbios escalaron con el protagonismo de los barras bravas de diferentes clubes de fútbol nacional, como Chacarita y Rosario Central, quienes procedieron a replegarse ante las balas de goma y los gases lacrimógenos.
Como respuesta, decidieron arrojar con piedras, prender fuego sobre la calle, tras crear barricadas con los contenedores de la basura contra el avance policial. Si bien se registró un primer aprehendido de portar una mochila con varias piedras, hasta el momento se reportan más de 10 personas detenidas.
El papelón adentro del Congreso
Zago a las piñas en el recinto y Lemoine ligó un vaso de agua. Parece una acotada síntesis de lo impresentable que resultaron ser estos legisladores elegidos por el pueblo, pero es lo que hay. El diputado del MID quería votar la ratificación de Pagano como presidenta de la comisión de Juicio Político, como pretendía el peronismo. Los libertarios no lo dejaban sentar y se desató la trifulca.
Los diputados Oscar Zago y Lisandro Almirón se agarraron a trompadas adentro del recinto mientras la Policía reprimía jubilados en la calle.
El legislador del MID quería votar la ratificación de Marcela Pagano como presidenta de la comisión de Juicio Político, como pretendía el peronismo. Los libertarios lograron sacarlo de su banca entre provocaciones y agravios y se desató la trifulca. Rocío Bonacci, sentada junto a la periodista e increpada por Celeste Ponce y Lilia Lemoine, le arrojó un vaso de agua a la cosplayer.
La batahola se desató una vez que las bancadas del PRO, La Libertad Avanza, la UCR conducida por Rodrigo De Loredo y otros aliados del oficialismo se levantaron de sus bancas, mientras en el recinto exponían cuestiones de privilegio los opositores. Dentro del temario acordado, quedaban solamente la derogación de las facultades delegadas, la moratoria jubilatoria y la normalización de la Comisión de Juicio Político.
Cuando tenía la palabra el kirchnerista Itai Hagman, el líder de UP, Germán Martínez, ordenó que abortara su exposición para que Victoria Tolosa Paz propusiera la derogación de las facultades delegadas por la Ley Bases y la votación de la ratificación de las autoridades de la Comisión de Juicio Político que figuran en las actas del 10 de abril del 2024.
Ese día Pagano quedó al frente de ese cuerpo con la supuesta venia de Javier Milei, según la interpretación de Zago, por entonces jefe de la bancada libertaria. Sin embargo, Martín Menem y Karina Milei querían impedir el ascenso de Pagano y suspendieron la reunión por mail, algo que los diputados que integraban la comisión en representación de los distintos bloques opositores no acataron y refrendaron a la ex conductora de TV como titular y a Paula Oliveto Lago como vice.
Ese enfrentamiento terminó con la expulsión de Zago del bloque libertario y con Pagano internada en un sanatorio.
Martínez reavivó la chispa este miércoles, cuando pidió que se emplazara a la comisión de Juicio Político para tratar el expediente de juicio político contra Milei por el criptogate. Pero, además, el santafecino mocionó que se ratifiquen las autoridades. Eran casi las 15 y al peronismo no le alcanzaron los votos, cayendo por 128 a 104 ante el bloqueo del oficialismo y sus aliados.
La foto del recinto semivacío después de las 18 abrió la oportunidad para que Martínez insistiera con su jugada para normalizar la comisión de Juicio Político, una acción que hubiera significado un duro golpe contra el Presidente y su hermana.
Lemoine y Ponce vs. Bonacci y Pagano
De pronto todo pareció convertirse en una de esas patéticas escenas que se producían en los burdos shows televisivos de Mauro Viale –el padre del que Caputo le manejó la entrevista con Milei– cuando llevaba a las fiesteras del caso Copola, Samanta Farjat y Natalia de Negri.
Los kirchneristas contabilizaban 131 legisladores dentro del hemiciclo pero Lemoine y Ponce increpaban a Bonacci y Pagano para que se levantaran de sus bancas, al tiempo que Almirón, hombre de Karina en Corrientes, se trenzaba con Zago para impedir que se sentara en la suya. “Te voy a cagar a trompadas”, le habría dicho el del MID entre empujones y manotazos.
Cristian Ritondo y el libertario Álvaro Martínez separaron a los diputados pero Menem aprovechó los disturbios para computar los registros de los legisladores logueados al sistema electrónico, justo cuando Tolosa Paz pedía que se votara, y levantó la sesión por falta de quórum.
El riojano quiso imponer antes un cuarto intermedio, una disposición que tiene que votarse por el pleno, y desató la furia del kirchnerismo. Varios legisladores se le fueron al humo al presidente de la Cámara Baja porque, de hecho, la maniobra de Martínez contaba con el apoyo de los bloques de Facundo Manes y Miguel Pichetto.
Así terminó un día furia, con golpes, gritos, insultos y una maniobra desesperada del oficialismo para evitar la aprobación de dos proyectos opositores. La violencia, que comenzó en las inmediaciones del Congreso, se trasladó al recinto y terminó con la sesión levantada por falta de quórum, en medio de acusaciones cruzadas y una fractura evidente dentro del bloque libertario.