La crónica de la trágica muerte del joven Ramasco publicada en la presente nota está basada en los siguientes elementos de prueba: el testimonio del principal y presencial testigo, videos de las cámaras de vigilancia alrededor del escenario del hecho, pericias sobre el vehículo de la víctima y conclusiones del fiscal penal Leandro Flores, quien requirió la elevación a juicio para el acusado de causarle la muerte a la víctima. Se resguarda la identidad del testigo por motivos legales
El 9 de diciembre de 2024, aproximadamente a las 17 horas, M. C. llegaba al semáforo de Ruta 26 sobre Avenida Tavella. En ese lugar llevaba trabajando como limpiavidrios unos 3 o 4 años. El otro protagonista de esta trágica historia es Gabriel Quispe (25), quien en ese momento tendría un encontronazo con el otro “trapito”, mencionado en primer lugar; además de un kilométrico prontuario.
En ese momento, estando parado en la platabanda que separa ambos carriles sobre avenida Tavella, M. C. observó que Quispe se le acercaba proveniente de la Ruta 26, encarándolo malamente. “Tomate el palo que acá laburo yo, este es mi semáforo”, le espetó desafiante, a lo que M.C. respondió: “Yo recién llego, no me voy a ir porque recién llego y quiero trabajar”. La discusión continuó después de que el semáforo cambiaba a verde y luego a rojo. Ese lapso de tiempo fue el preludio de la tragedia.
M. C. al verse amenazado quiso cruzar la avenida Tavella para llegar al semáforo ubicado al frente, el de la estación de servicio YPF. Antes de que pudiera hacerlo, Quispe tomó del piso un pedazo de pavimento redondeado, de unos 12 centímetros aproximadamente.
“Tomate el palo puto de mierda, acá trabajo yo”, le dijo y le arrojó el trozo de concreto estando aproximadamente a algo más de un metro de distancia. El objeto contundente pasó a unos centímetros de la cabeza de M.C., impactando la ventana de un Ford Fiesta que pasaba por el lugar, a unos 3 metros de distancia.
Una vez que el pedazo de pavimento atravesó el vidrio e impactó en la cabeza del conductor, quien circulaba a unos 30 km/h, el vehículo comenzó a aminorar la velocidad. En ese tramo de unos 50 metros el Ford Fiesta continuó su marcha cada vez más lentamente hasta quedar detenido junto al guarda rail, lo que hizo que el impacto fuera casi mínimo.
Ante esto M. C., al parecer entró en pánico por pensar que podrían culparlo a él por el desafortunado acontecimiento. Corrió en dirección al semáforo que está ubicado entre la estación de servicio YPF y el supermercado Macro. En tanto Quispe se acercó raudamente a M. C. y le dijo: “Vos tenés que morir callado, no vas a ir a batirle a la cana”. Tras ese breve dialogo ambos huyeron del lugar. Gabriel se dirigió en dirección a Barrio Casino y desapareció hasta el día de su detención; mientras que M. C. se fue por el lado del semáforo.
Al día siguiente M. C. regresó al mismo semáforo a continuar con su actividad de limpia vidrios pero Quispe jamás regresó. Ni siquiera volvió a aparecer por proximidades de la estación de servicio Puma, lugar habitual donde se dedicaba a limpiar parabrisas.
La semana anterior había ocurrido la misma situación, Quispe reclamando por ese lugar, lo que había generado otra pelea. Incluso pretéritamente habían tenido peleas habituales por esa ubicación en las cuales habían terminado lastimados. Esto hace suponer que fue el detonante de que Quispe tomara la determinación (ese día) de elevar el nivel de violencia convirtiendo en un “arma impropia” ese pedazo de cemento que alzó del piso.
Sumado a eso el estado etílico de ambos, ya que M.C. había consumido un “Fernandito” –Fernet con una bebida cola– y Quispe también bajo efectos de bebidas alcohólicas además había fumado marihuana, lo que habría elevado aún más su estado eufórico.
Unos días después el padre de M.C. lo encaró cuestionándolo acerca de “en que andaba metido”. Resultó que habían visto en las noticias el hecho de que un señor de nombre Lautaro Ramasco había tenido un incidente justamente en ese semáforo y había fallecido 5 días después.
Que dice la Física
Para calcular la velocidad a la que viaja un pedazo de cemento de 12 cm. que es arrojado por una persona e impacta en el vidrio de un automóvil, necesitamos hacer algunas suposiciones y utilizar principios básicos de Física. Aquí hay un enfoque paso a paso:
- Suposiciones:
- Masa del pedazo de cemento: Supongamos que el pedazo de cemento tiene una masa de aproximadamente 0.5 kg. (esto puede variar dependiendo de la densidad del cemento).
- Altura desde la que se arroja: Supongamos que la persona lo arroja desde una altura de 1.5 metros.
- Ángulo de lanzamiento: Supongamos que el pedazo de cemento se arroja horizontalmente (ángulo de 0 grados).
- Resistencia del aire: Ignoraremos la resistencia del aire para simplificar el cálculo.
- Cálculo de la velocidad vertical:
Cuando el pedazo de cemento se arroja horizontalmente, la velocidad vertical inicial es 0. La velocidad vertical justo antes del impacto se puede calcular utilizando una ecuación de caída libre, que involucra a la aceleración debido a la gravedad (9.81 m/s^2).
- Cálculo de la velocidad horizontal:
La velocidad horizontal depende de la fuerza con la que la persona arroja el pedazo de cemento. Supongamos que la persona puede arrojar el pedazo de cemento con una velocidad horizontal inicial en una estimación, ya que la velocidad real puede variar dependiendo de la fuerza de la persona.
- Velocidad total en el momento del impacto:
La velocidad total en el momento del impacto es la combinación de las componentes horizontal y vertical de la velocidad. Podemos calcularla utilizando el teorema de Pitágoras.
Conclusión:
El pedazo de cemento de 12 cm. viajaría a una velocidad aproximada de 11.38 metros por segundo o 40.97 km/h en el momento del impacto con el vidrio del automóvil, bajo las suposiciones mencionadas.
Nota: Este cálculo es una estimación y la velocidad real puede variar dependiendo de factores como la masa exacta del pedazo de cemento, la fuerza con la que se arroja, la resistencia del aire, y otros factores ambientales.