LA VERSIÓN LIBERTARIA SALTEÑA CADA VEZ MÁS LEJOS DEL MILEISMO

20

La mesa de conducción nacional de LLA al mando de Karina Milei, titular del partido, les ordenó a sus principales operadores conformar una mesa política con dirigentes libertarios de CABA y la provincia de Buenos Aires, como así también Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, La Pampa y Río Negro. Los de Salta quedaron al margen y se cree que la maniobra se debe a las escandalosas apariciones de la Orozco, incluso en la televisión nacional y a la desastrosa imagen de Olmedo, eyectado del Parlasur. Aunque la razón que más peso tuvo habría obedecido a los constantes choques con Gustavo Sáenz, de muy buena relación con Milei, quien alabó el plan Güemes en las últimas horas.

Ante un escenario pre elecciones de 2025 el oficialismo nacional necesita depurar con urgencia la tropa. Por ello la estrategia de Karina Milei apunta a una limpieza urgente, ya que, lo que se les viene encima no es poca cosa en cuestión de oposición.

Todo el kirchnerato residual que quedó de 20 años de desastres y populismo, aún tiene sus adeptos; mas una ingente masa de “progres” que participan activamente del odio a Milei, por cuestiones fascistas; y por supuesto todo aquel que ha padecido los efectos de la “motosierra” en carne propia. Una parte importante de la población formada por jubilados, enfermos oncológicos, desocupados, clase media que se ha empobrecido malamente en el primer año mileista y obvio los cristinitas que no ceden a la estupidez de un peronismo anacrónico.

En cuanto al libertarismo local evidentemente dejaron pasar la oportunidad de sus vidas y se quedaron en la mediocridad de la pelea local. Un elemento clave en ese contexto es Alba Quintar, una verruga en el ano de los libertarios de Salta.

Aunque es justo decir que Emilia Orozco se ocupó personalmente de dilapidar la gran imagen que había cosechado después de irse del impresentable Concejo deliberante que comanda Darío Madile. Lamentablemente para ella, tuvo que padecer incluso al impiadoso Eduardo Feinmann, cuando la hizo hocicar en la pantalla de la Nación Mas, en el recordado episodio de la curita y el faltazo a la votación por el proyecto de Ficha limpia; sin contar con la cantidad de errores no forzados tales como la visita a la Esma y el paseo en helicóptero por sobre la pobreza del Chaco salteño, lo que la convirtió prácticamente en un paria de la crítica periodística local.

Sin embargo lo más lamentable de esta patética crónica libertaria norteña fue que paradójicamente Salta fue una de las provincias en donde, en términos porcentuales, mejor le fue a La Libertad Avanza en las elecciones que permitieron que Javier Milei llegue a la Casa Rosada. Sin embargo, los libertarios salteños quedaron fuera del armado nacional.

Sobre llovido mojado

Para peor de males para la Orozco, le apareció una alter ego que le plantó cara –como dice los gallegos– y la ridiculizó todas las veces que pudo, tratándola despectivamente incluso de “minita”. Pero el mayor capital con el que cuenta Quintar es que es una verdadera libertaria de la primera hora y aunque al público en general no le interese esa situación personal de la blonda, a Karina Milei evidentemente si le importa.

El episodio Olmedo merece un párrafo aparte ya que su salida del Parlasur no fue una nota periodística más, sino que aquello fue un escándalo internacional, donde lo echaron prácticamente a los gritos y fue acusado del “facho ostentoso” que es y fue siempre. Sumarle a eso la pésima imagen que tiene en general por su falta total de educación académica; es otro abonado al club de los castigados de Quintar, quien lo destrató en cuanto programa de televisión y radio fue invitada, describiéndolo como un “viejito” verde al que no le dio cabida.

Sáenz: el nuevo e impensado aliado de Milei

Con el poco tacto que la caracteriza, Orozco tiene la insana costumbre de referirse a la prensa local como los “ensobrados de Sáenz”. Como si no se hubiera enterado que por el Grand Bourg ya no hay pautas oficiales para todos, como en las épocas doradas del urtubeicismo. Por esas oficinas si pasó la motosierra pero no de Milei, sino del “varón de la pauta”, el Dr. Demitropulus, a quien lo terminaron eyectando de ese lugar tras la pésima relación con la prensa salteña de mitad del pelotón, esos que estuvieron bastante conformes con las administraciones de Juanma.

Pero sin dudas lo peor de los improperios de la Orozco fue cuando dejó deslizar que la flota aeronaval de la provincia se había utilizado para otros propósitos menos altruistas para el Estado y más cercano a la salud del mandatario provincial. Cuestión que por ahora quedó suspendida en un limbo noticiario pero que a la libertaria podría costarle una demanda judicial si es que desde los operadores de Sáenz se avivan y van a lo del Sheriff García Castiella, el procurador general que ha puesto orden en cuestiones judiciales, poniéndolo sobre aviso de que no se puede lanzar alegremente acusaciones de ese tipo, las cuales se relacionen con cuestiones personales fuera de la función política. Taxativamente en lo que hace a la salud del gobernador.

Ante esto, los Milei no están muy conformes con la disputa que los libertarios salteños tienen con Sáenz, a quien hoy lo ven como un aliado y sobre todo eso se visibilizó cuando Milei alabó la decisión del gobernador de Salta de levantar una cerca perimetral que mantenga a los narcos bolivianos fuera del radar de la Argentina y así frenar lo que inevitablemente se convertiría en una nueva Rosario, cuando Aníbal Fernández hacía la vista gorda ante la embestida de los temibles Monos.

Así fue como las bandas narcos dejaron un tendal en el centro del país y que inició tras el triple crimen de General Rodríguez, cuando los empresarios farmacéuticos Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina aparecieron en una zanja, asesinados en 2008, en un caso que tiene vínculos con el tráfico ilegal de efedrina y que inició la febril narcocrimnalidad en la Argentina; cuestión que los cultores del kirchnerato evitan de recordar en cualquier debate de esa temática y que a la Argentina le ha costado un precio demasiado elevado.