TETRIS: LA ÉPICA SALIDA A LA VENTA DEL JUEGO DE VIDEO SOVIÉTICO MIENTRAS CAÍA LA PERESTROIKA

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Disponible en Apple TV+, dirigida por Jon S. Baird, protagonizada por Taron Egerton como Henk Rogers; Toby Jones como Robert Stein y Nikita Yefremov como Alexey Pajitnov, este último el creador del juego. Imagen: Apple.com.
NO CONTIENE SPOILER

Esta cronología en forma de thriller de intriga con toques de espionaje internacional, relata como lograron “sacar” de atrás de la Cortina de Hierro al adictivo producto creado por un soviético y popularizado en el mundo por un norteamericano, según esta ficción.

El clásico juego fue programado en Pascal, aunque en realidad fue escrito su código original con Turbo Pascal 7. Por ello cuando Alexey Pajitnov se lo muestra por primera vez a Henk Rogers en la ficción, se puede ver que sorprendentemente los bloques están diseñados con corchetes. Dato no menor si se tiene en cuenta el éxito que el juego ha cosechado hasta el día de hoy, sobreviviendo a toda clase de actualizaciones.

De hecho está considerado en la edición número 100 del Electronic Gaming Monthly como el número 1 en el escalafón de “Mejores juegos de todos los tiempos”. En 2007, ocupó el segundo lugar en los “100 mejores videojuegos de todos los tiempos” para IGN.

“Cuando se dispone a hacer que el juego sea disponible en el mundo, se mete en una peligrosa red de mentiras y corrupción que hay detrás de la Cortina de Hierro”, reza la reseña de la película, la cual profundizará en las batallas legales que tuvieron lugar durante la Guerra Fría por la propiedad del Tetris, nombre que le dio su autor derivado de la palabra griega tetra, que significa cuatro.

Obviamente que el enfoque del film es desde la demonización absoluta del más rancio socialismo soviético, el cual transforma la vida de su creador en una pesadilla y de su salvador americano, Henk Rogers, en el héroe casual que tras dramáticas acciones de virtuosísimo americano, logra convencer a los soviéticos –estereotipados como fríos cubos de hielo– que la creación de Pajitnov podía convertirse en un juego de consumo masivo.

En medio de lo que transita el hilo argumental nos enteramos que en aquellos tiempos de Guerra Fría, la propiedad intelectual de cualquier ruso de a pie, le pertenecía a la URSS, y nada en todo el planeta cambiaria eso, ni siquiera el americano mejor intencionado.

Mientras tanto suena “The Final Countdown” del grupo ochentoso Europe como himno de las libertades que añoraban los soviéticos, en una fiesta con tufo a nostalgia. Pero todo se pone cuesta arriba para que el juego no pueda salir de las fronteras soviéticas. Al mejor estilo “Argo”, hay que sacar esa genialidad de atrás de la Cortina de Hierro y las situaciones emotivas llenarán la trama hasta el final.