8 AÑOS DE PRISIÓN PARA SEIS MILITARES POR LA MUERTE DEL SUBTENIENTE CHIRINO

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El Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Corrientes los consideró coautores de los delitos de abandono de personas y abuso de autoridad en tres hechos. Otros tres militares resultaron absueltos. El subteniente murió en junio de 2022 luego de un “ritual de iniciación”.

Tribunal Oral en lo Criminal Federal (TOCF) de Corrientes condenó hoy a 8 años de prisión a seis militares por la muerte del subteniente Matías Ezequiel Chirino, ocurrida en junio de 2022, en el marco de un “ritual de iniciación” en el Grupo de Artillería de Monte 3 de Paso de los Libres, en el que lo obligaron a beber alcohol en exceso, realizar ejercicios extenuantes y sumergirse en una pileta con bajas temperaturas.

 

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Los condenados fueron los capitanes Rubén Ruiz, Claudio Andrés Luna y Hugo Reclus Martínez Tárraga; el teniente Exequiel Emanuel Aguilar; el teniente primero Darío Emanuel Martínez; y el subteniente Luis Facundo Acosta. A los seis se les acreditó la responsabilidad como coautores del delito de abandono de persona y abuso de autoridad en tres hechos.

En tanto, el teniente Franco Damián Grupico, el subteniente Gerardo Sebastián Bautista y la subteniente Claudia Daniela Cayata, resultaron absueltos y absuelta.

Ruiz, Luna, Martínez Tárraga, Aguilar, Martínez, Acosta y Bautista habían llegado a juicio señalados como coautores de los delitos de homicidio simple y abuso de autoridad. Por su parte, Grupico y Cayata fueron señalados como presuntos partícipes secundarios de los mismos delitos.

En representación del Ministerio Público Fiscal, en el juicio intervinieron el fiscal general ante el TOCF de Corrientes, Carlos Schaefer; el fiscal federal de Paso de los Libres, Aníbal Fabián Martínez; y la auxiliar fiscal Tamara Pourcel, quienes habían solicitado que los militares sean condenados a 20 años de prisión por el delito de homicidio simple y abuso de autoridad. El próximo 5 de diciembre el TOCF dará a conocer los fundamentos.

Las últimas palabras

Al inicio de la audiencia y antes de dar paso al cuarto intermedio que antecedió a la lectura del veredicto, fue el turno de las últimas palabras de los acusados. Algunos ofrecieron sus condolencias a la familia Chirino, otros dijeron ser inocentes y pidieron que se haga justicia y dos de ellos manifestaron que nadie esperaba la muerte de la víctima.

En ese marco, Luna, uno de los condenados, dijo: “Dar mis más sinceras condolencias a la familia de Matías Chirino. Sé que no hay consuelo para ellos. Tengo una angustia que me va a acompañar toda la vida”.

Uno de los absueltos, Grupico, señaló: “Nuestro más sincero perdón y condolencias a toda la familia Chirino que sufrió esta tragedia que nos pegó a todos, porque nadie buscó esto”.

En tanto, tras ofrecer sus condolencias a la familia de la víctima, otro de los condenados, Martínez, afirmó: “Jamás nos imaginamos que esto iba a suceder, lamentamos enormemente la pérdida de un camarada”.

El debate inició el 8 de octubre pasado ante el tribunal integrado por Víctor Alonso, Fermín Ceroleni y Juan Manuel Iglesias. A lo largo de ocho audiencias, que se desarrollaron en las ciudades de Corrientes, Paso de los Libres y Buenos Aires, declararon un total de 31 testigos, entre los que se encuentran Jorge Manuel Chaile y Rufino Ezequiel Meza, dos soldados voluntarios también maltratados en ese mismo ritual de iniciación y que, con sus testimonios, robustecieron la acusación de la fiscalía. En las audiencias realizadas en el Consejo de la Magistratura de la Capital Federal, siete de los acusados prestaron declaración indagatoria.

Los fiscales Martínez y Schaefer y la auxiliar fiscal Pourcel, junto al padre y la madre de Chirino. En el centro, el testigo Jorge Manuel Chaile, también víctima de los maltratos realizados en el contexto de un ritual de iniciación. Foto: gentileza de Juan Manuel Laprovitta

“Todos jugaron a la ruleta rusa con la vida de los tres soldados”

En su alegato del 30 de octubre pasado, la fiscalía puntualizó que la noche del 18 de junio de 2022 los imputados forzaron a los tres jóvenes -Chirino, Chaile y Meza-, a realizar distintas “prendas” y, si se equivocaban, tenían “sanciones” tales como burlarse, obligarlos a correr alrededor del quincho y/o hacer flexiones de brazos. En paralelo, los obligaban ingerir distintas bebidas alcohólicas y a hacer “fondo blanco”.

Según la fiscalía, también los obligaron a vestirse con ropa de gimnasia de verano y sumergirse a la pileta del casino de oficiales, cuya agua se encontraba sucia y a baja temperatura. El fiscal sostuvo que, una vez que los subtenientes perdieron el conocimiento, los abandonaron en una de las habitaciones donde colocaron a Chirino, que se encontraba mojado, en un colchón, boca arriba y sin cubrirlo con ninguna frazada ni ningún otro elemento para resguardarlo de las bajas temperaturas. Además, sostuvo que los acusados “jugaron a la ruleta rusa con la vida de las víctimas”.

En este mismo sentido, la fiscalía puntualizó: “Para que quede claro. Los oficiales obligaron a tomar bebidas alcohólicas hasta llegar al grado 2 de intoxicación. Eso equivale a un estado de inconsciencia. Es un estado crepuscular. Matías tenía los reflejos perturbados por haber ingerido tanto alcohol y por eso no pudo vomitar. A las personas que bebieron mucho alcohol se aconseja ponerlas boca abajo o de costado ¿Por qué dejaron tirado a Matías en esas condiciones? Lo que podemos concluir es que no les importó en absoluto la vida de Chirino”, destacó el MPF.

Cerca de las 6 de la mañana, una enfermera recibió un llamado por parte de un teniente que le solicitó que concurriera a la unidad para asistir a uno de los nuevos oficiales. Dijo que, cuando la enfermera arribó, pudo observar que Chirino estaba vomitado y que no tenía signos vitales, por lo que intentó realizar maniobras de reanimación, y que finalmente el subteniente fue trasladado al hospital San José de Paso de los Libres, donde se constató su fallecimiento.

La ampliación de la autopsia estableció que la muerte de Chirino ocurrió por asfixia por autoaspiración y que, al momento de su muerte, se constató que tenía 2,2 gramos de alcohol por litro en sangre.