¿POR QUE LA MEJOR PELÍCULA DE STEVE JOBS NO ESTÁ DISPONIBLE EN NINGÚN STREAMING?

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Se trata de “Piratas de Silicon Valley” de 1999, con Noah Wyle en la piel del gurú de la informática que cambió al mundo tras fundar la compañía más grande su tiempo. La cinta de Martyn Burke es fascinante y muy superior a las que se realizaron después de su muerte, el 5 de octubre de 2011.

Por lejos y en muchos aspectos, “Pirates of Silicon Valley” dirigida y escrita por Martyn Burke, es la mejor y más extraordinaria cinta de Steve Jobs y su compañía. Aunque.. ojo, no es solo del fundador de Apple. La mejor forma de demostrar esta hipótesis es comenzando por su director, quien no cuenta en su curriculum con destacados títulos, aunque trabajó con Silvester Stallone en un thriller que pasó sin penas ni glorias. Pero este film es su “One-hit wonder”, si se permite la afirmación metafóricamente musical.

Tomando en cuenta que Burke la filmó y estrenó en 1999, cuenta con un dato único que para los que tuvimos la suerte de verla ese año, es una delicia cinematográfica en cuanto a dato “nerd”: Jobs estaba vivito y coleando; y de hecho le hizo una invitación a Noah Wyle a uno de sus particulares eventos.

Aquel año, Steve Jobs presentaba la nueva computadora portátil de consumo de Apple, la iBook original, la colorida prima móvil de la iMac y antecesora de las MacBooks actuales, junto con la primera estación base wifi de Apple, AirPort. Y para el discurso de apertura comenzó nada más ni nada menos que con el actor Noah Wyle, quien interpreta a Jobs en Pirates of Silicon Valley.

¿Qué la hace tan especial?

Noah Wyle es “asquerosamente” parecido a Steve, no tanto fisonómicamente pero en sus modos es… él. Mostrando su lado más oscuro cuando pululaba por los pasillos de Apple en sus primeros años en los que la compañía no paraba de crecer. En ocasiones caminaba descalzo mientras disfrutaba de echar empleados desprevenidos.

Estas vivencias del CEO de Apple son tan ciertas que el mismo Steve al invitar al mencionado evento a Wyle, admite que todo lo que muestra la película es real y no hay nada ficcionado ni inexacto.

Piratas de Silicon Valley inicia durante los preparativos del comercial más famoso de la historia, ese que presenta la Macintosh sin mostrarla. Dirigido por Ridle Scott, con toda la estética y la referencia directa a la obra “1984” de George Orwell. Esto ya nos da una idea de lo que vendrá, de que Jobs tenía tan entrenado el ojo en lo que hace a la perspectiva de la publicidad tanto como su idea constante de innovar.

“Ladrón que le roba al ladrón”

Sus dramas con la madre de su hija atraviesan las aventuras de los dos hippies que crearon la primera computadora en el garaje de la casa de los padres de Steve. Pero sin dudas lo mejor es la aparición de su alter ego en modo villano de un Bill Gates formidablemente retratado por Anthony Michael Hall. Y aquí un detalle no menor, allí es cuando nos damos cuenta de que la película no trata solo de Steve Jobs, también es de Bill Gates por lo que caemos en cuenta de que el título es tan atinado.

Además de que contiene diálogos de un valor histórico sin desperdicios, cuando por ejemplo Steve confronta a Bill ante el flagrante robo de Windows a su sistema operativo del MAC. La respuesta de Gates es una síntesis extraordinaria de toda la historia: “Me acusas se robarte pero no olvides que tuvimos un vecino muy conveniente llamado Xerox”. Esto deja a Jobs muy mal parado y justifica de forma diametral toda esta anécdota de acusaciones cruzadas que incluso terminó en los tribunales.

Ni hablar del momento eureka en el que Gates y su socio Paul Allen le venden el DOS a la junta directiva de IBM, con una explicación que utiliza la “cuarta pared” y da cuenta de que ese es “EL momento más importante de la historia del Siglo XX” ¿exagerado? Tal vez, pero muy efectivo.

La película de Martyn Burke es una joya que contiene momentos brillantes y que en realidad retrata el increíble ascenso de dos nerds que se convirtieron en millonarios, visionarios y que ya están en los libros de historia. Son los dos protagonistas de una nueva revolución que abrió las puertas de todo un universo que comenzó en el lugar indicado y en el momento exacto: el Valle del Silicio.

Floja competencia

En cuanto a las otras producciones que se hicieron de la vida de Steve Jobs no califican ni por cerca para estar a la altura de la magnífica obra de Burke. Por un lado aparece la errática “Jobs” de 2013, dirigida por Joshua Michael Stern, donde pareciera que solo se justifica el extraordinario parecido fisonómico de Ashton Kutcher con Steve. Lo demás es una oda a la inexactitud desde todos los flancos.

El maltrato al primer empleado de Apple no parece ser cierto ni de cerca ya que la versión de Dan Kottke, amigo de Steve de sus años hippies lo muestran como el pobre diablo al que Jobs tiene en la compañía sin hacer nada durante 10 años. Esto no es así si se toma en cuenta una entrevista de 2005 donde se lo ve llegando a la casa de los Jobs y contando entusiasmado como lo emplearon por 3 dólares con 25 centavos la hora, como técnico ensamblador.

Para peor de males ese error se acrecienta si tenemos en cuenta que técnicamente el primer empleado de Apple es Bill Fernández, quien no recibió ningún crédito histórico. Pero Kottke en realidad es un ingeniero en computación graduado en la Universidad de Columbia en 1977. Un año después de que trabajara en ese garaje con los Steves.

Este y otros desaguisados ponen a la versión con Kutcher como una mediocre biopic aunque entretenida en comparación a la que presentó Danny Boyle, a partir de un evento de Next, la compañía que fundara después de su traumática salida de Apple. Con un Michael Fassbender que se parece más al “Christof” de Ed Harris de la cinta “Truman Show” que al verdadero Jobs.

En aquella producción de 2015, hasta le pusieron una “novia” interpretada por Kate Winslet, lo cual representa esas maniobras comerciales de personajes que rellenan las ternas de los Oscar y quieren hacer parecer más emotiva una historia que termina empalagando al espectador. Con frases armadas que alejan al personaje de la mística que tuvieron los verdaderos nerd del Valle del Silicio, con por ejemplo: “Pondré mil canciones en tu bolsillo”.

Aunque la de Boyle salva los trapos con un momento dignísimo muy bien logrado, cuando Steve Wozniak le pide que

Reconozca al equipo de la Apple 2 en su discurso, acusándolo de no contar con ninguna habilidad en el terreno informático; a lo que el Jobs de Fassbender le responde desde la fosa destinada a la orquesta: “Ustedes son los talentosos músicos y yo soy el maestro que los dirigió”.

Con todo esto sería magnífico que el nuevo público millennials y audiencia en general tengan la oportunidad de ver una versión como Dios manda de estos nerd que piratearon las ideas más asépticas de la informática y la convirtieron en las dos compañías más grandes de fines del siglo XX, las cuales son las bases del monstruoso avance de la digitalización en la que vivimos al día de hoy.