ASQUEROSAMENTE RICO

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La Cámara Alta aprobó el proyecto que presentó el senador por Salta, Juan Carlos Romero, para duplicar las dietas. Además, la iniciativa engancha las dietas de los senadores a la variación de los módulos. La suma supera los $7 millones en bruto y con descuentos, en mano se embolsan casi $5 millones. ¿No era que la casta pagaba el ajuste propuesto por Milei?

Juan Carlos Romero es el senador con mayor patrimonio de la Cámara alta. A fines de 2022, reportó bienes y posesiones por $444.076.234,13, ubicándose en el primer puesto. Refirió, además, tener un departamento de 596 metros cuadrados en CABA, una casa de 354 metros cuadrados en Salta y el 50% de una vivienda de 4417 metros cuadrados en Punta del Este, Uruguay valuada en $203.504.000.

En Salta se conoce su poder y riqueza pero en Buenos Aires no salen de su asombro. El periodista Jonatan Viale mostró en una vista panorámica una de sus suntuosas mansiones y lo cierto es que en medio de la peor crisis económica de la historia en la Argentina aparece este senador, que más parece pertenecer a un listado de la revista Forbes que un funcionario público.

Además de propiedades, Juan Carlos Romero es el único dueño del diario El Tribuno. Se supo que le compró las acciones a sus hermanos y el medio pasó a ser de su exclusiva propiedad,  aunque los cimbronazos puertas adentro de las oficinas en zona sur de la ciudad se sacudieron la semana pasada con el anuncio del despido de 30 trabajadores y el rumor de que el medio podría cerrar.

Senador activo y socios silenciosos

Lo cierto es que Juan Carlos Romero fue quien impulsó la polémica suba de sueldos la cual fue votada a mano alzada, pero nadie pidió la nominal para identificar a quiénes lo apoyaron. La votación del proyecto que habilita un aumento millonario en los sueldos de los senadores, que a partir de ahora pasará a ser de $ 7,2 millones duró sólo 6 segundos y se hizo a mano alzada sin posibilidad de identificar claramente a quiénes avalaron la propuesta con su voto.

El proyecto sumó rápidamente las firmas de otros senadores. José Mayans, como jefe del interbloque de Unión por la Patria, junto a Juliana Di Tullio, de Unidad Ciudadana, también rubricaron el aumento, que además volverá a ser una suerte de “ley enganche” porque se actualizará con cada mejora que los empleados legislativos dado que se rige por los módulos de esa escala salarial.

Según consigna Clarín, a ellos se sumaron los radicales Pablo Blanco (Tierra del Fuego) y Daniel Kroneberger (La Pampa) como también la neuquina Lucila Crexell, que tiene su bloque Comunidad Neuquén.

Además se agregaron el correntino Carlos “Camau” Espínola (Unidad Federal) y la misionera Sonia Rojas Decut (Frente de la Concordia). En un momento una versión del oficialismo también incluía a la tucumana Beatriz Avila, pero la senadora no participó en la iniciativa.

La sorpresa fue la firma de Bruno Olivera Lucero, el senador de La Libertad Avanza por San Juan, ya que después de la sesión el jefe del bloque oficialista, Ezequiel Atauche, se presentó en la sala de periodistas asegurando que su espacio rechazó el aumento.

La firma de Olivera Lucero deja abierta la sospecha de que el incremento estaba avalado por todos los bloques y, en cierta medida, todos los senadores venían reclamando un aumento por los pasillos.

Casta, mentiras y más humo

Al final el verso duró poco. Primero fueron los concejales capitalinos que por una resfriada de campeonato de la por entonces edil Emilia Orozco, se conoció que cobraban más de un millón de pesos, lo cual ha valores actuales ya se habrá duplicado.

Resulta tan antipático ver a estos millonarios que a esta altura la pregunta es siempre la misma: ¿La clase política siempre va a ser la más beneficiada en un país populista?

En ese contexto se puede ver como a esta altura y a solo meses de que Milei aterrizara con su discurso de la motosierra, que las cosas parecen haber ido para peor en la brecha entre ricos y pobres, en este caso la ecuación sería: “políticos y pobres”.

Por ahí apareció Juan Manuel Urtubey –otro abonado al poder local– y en su condición de ex mandatario señaló a su antiguo rival político. “Iniciativa de nuestro senador nacional por Salta demuestra que la cabeza del sistema político en  la Argentina tiene cero empatía”, declaró.

En este sentido, lamentó que la política no entiende que a los jubilados no les alcanza, las universidades no tienen recursos, faltan insumos en los hospitales y “se aumentan el doble o el triple”.

“La gente putea a la política con razón”, opinó. Y finalmente, sobre el senador Juan Carlos Romero, ironizó: “No le alcanzará la plata para vivir, es cosa de locos”, concluyó Juan Manuel Urtubey en Aries.

Lo más paradójico de todo esta crónica y en un país atravesado por el peronismo más populista, ese que aparece cada dos décadas a recordarnos como es vivir en el caos, es que por fin el presidente viene con otro símbolo político pero la brecha entre políticos ricos y clase trabajadora es más escandalosa que nunca.

Javier Milei llegó diciendo que la casta política pagaba el ajuste. Hasta ahora el ajuste lo está pagando el hambre del pueblo ya que un “delegado” de la casta y que es asquerosamente rico, apareció como su digno representante y les duplicó el sueldo. La última pregunta y no jodemos más: “¿Y a este quien lo votó?”