Se trata de RoboCop, película dirigida magistralmente por Paul Verhoeven en 1987, con una secuela dignísima de su predecesora en 1990, del director Irvin Kershner. El episodio 3 de la cuarta temporada de CINEMATV se podrá ver el lunes 27 por twitch.tv/vorterix_salta y escucharse por el dial de Vorterix Salta, 102.9.
Uno de sus guionistas, Edward Neumeier la define como “una sátira social”. Un descarnado recorrido por la opulencia y el poderío económico que brinda el capitalismo a quienes saben hacer dinero solo con la venta millonaria de acciones. Esos son los yupis de la era Reagan y el poder corporativo, precisamente son quienes forman parte de la base argumental de esta obra maestra.
La película es una distopía de un futuro no revelado en un año en particular, lo que la convierte en un clásico que jamás pasa de moda. Más allá de algún año supuesto en un errático tráiler, Robocop no da a conocer ese dato en ningún momento del metraje.
En una ciudad de Detroit que está al borde del colapso social y financiero, abrumada por el crimen y la disminución de los recursos, la ciudad otorga a la corporación Omni Consumer Products (OCP) el control de la fuerza policial de Detroit.
El vicepresidente de la OCP, Dick Jones –Ronny Cox– es un poderosos y corrupto personaje quien cuenta con un delincuente y asesino de policías entre sus más fieles colaboradores. En ese punto el guion sorprende ya que muestra un fenómeno que en la Argentina conoceríamos durante los años 90: las privatizaciones. Uno de los ejes centrales es el poder de las corporaciones, de esa forma las que aparecen en la película son corruptas y codiciosas; tienen el objetivo de privatizar los servicios públicos y gentrificar la totalidad de Detroit.
Obviamente los guionistas Michael Miner y Edwar Neumeier, crecieron durante el escándalo de Watergate y la guerra de Vietnam. Creían que Detroit era una ciudad destruida por las mencionadas corporaciones estadounidenses, con lo cual se mostraron críticos con las políticas del presidente estadounidense Ronald Reagan. Cabe recordar que fue filmada en 1986, plena era “reaganeana”.
Metáfora de Jesús y un director neerlandés
Después de ser rechazado el guión por todos los directores americanos exitosos de la época, Orion Pictures puso el ojo en Paul Verhoeven, quien por razones ideológicas comenzaba a tener problemas en su país debido al contenido de sus films, por lo que aceptó leer el guion. Tras examinar lo que habían armado los escritores lo rechazó de plano. Le parecía estúpido y lo arrojó al suelo, pero fue su esposa quien lo recogió y al leerlo descubrió que tenía varias capas, lo que le alertó a Verhoeven. “No es Shakespeare pero tiene lo suyo”, le dijo su pareja.
Una vez que se interesó en el guion dotó a la película de una innovadora metáfora donde el héroe experimenta todos los estadios que le tocó vivir a Jesucristo. Muerte, resurrección y lucha. Además le sumó adherentes como la crucifixión y el dramático acompañamiento de una figura femenina como María Magdalena, en el caso de Murphy su compañera Anne Lewis –Nancy Allen–.
Una secuela como Dios manda
Tras el éxito de la primera que tuvo un presupuesto de solo 13 millones y se llevó una recaudación de 53,4 millones; vendría la esperada secuela pero ya sin Verhoeven en la dirección. Esta vez el encargado de reemplazarlo venía de un éxito enorme al filmar “Star Wars: Episode V – El imperio contrataca” en 1980.
Se trata de Irvin Kershner, quien se haría cargo de filmar una segunda parte más mordaz e irónica que la primera, explotando al extremo temas como la deshumanización y un capitalismo brutal, donde aparecen una serie de villanos detestables que amenazan con llevar a la sociedad de una golpeada Detroirt a la anarquía total.
Aunque el personaje más malvado y brillante del film es la doctora Juliette Faxx –Belinda Bauer– quien desde adentro de la corporación manipula a todos con tal de lograr sus perversos objetivos. Un auténtico símbolo de lo que vendría unos años después, donde escalar pisando cabezas aunque corra la sangre es el nuevo leitmotiv de las sociedades modernas.
Esa segunda parte tuvo un presupuesto de 35 millones, recaudando 45.681.173 millones, apenas diez más que la primera. Aun así se planteó hacer una franquicia que incluyó una serie de dibujos animados de doce episodios: “RoboCop: La Serie Animada”, lanzada por Marvel Productions en 1988. Luego vendría una tercera parte en 1994, la cual fue un fracaso total que recaudó en taquilla apenas 11 millones.
Ya en el nuevo milenio se filmó un remake con la dirección de José Padilha y un reparto de notables como Gary Oldman, Michael Keaton y Samuel L. Jackson. Y aunque recaudó 242.688.965 millones, se consideró que el éxito en taquilla fue moderado ya que se invirtió 100 millones para concebir aquel desabrido reboot, a pesar del esfuerzo de sus protagonistas por salvarla de la crítica.

Que veremos en el episodio 3 de CINEMATV
Lo que se analizará desde Vorterix serán solo las dos primeras películas, las cuales se consideran las mejores de toda la franquicia por lejos y a juicio de quien redacta la presente nota.
Con las acostumbradas secciones se abordará a partir del innovador guion, las penurias por las que tuvieron que padecer quienes participaron del hostil clima de Dallas en pleno verano, donde se filmó parte de la primera película.
Además de entrevistas a los guionistas, director y actores, CINEMATV invita a explorar un clásico esencial de la filmografía mundial, la cual tiene entre sus méritos haberse camuflado como una película de efectos especiales y termina adelantándose a su época y acertando en muchos de sus planteos.