Lo dijo Marcelo Arancibia, uno de los defensores de Sergio Vargas, quien el 3 de mayo próximo tendrá la oportunidad de demostrar su inocencia ante el tribunal que lo juzgará junto al otro imputado en la causa, Nicolás Cajal, quien pasó de ser querellante a estar en el banquillo de los acusados. En tanto los fiscales Ramos Ossorio, Torres Rubelt y Salinas Odorisio representan al Ministerio Publico. Completan el equipo de defensa de Vargas, además del doctor Luciano Romano, el doctor Marcos Rubinovich y la doctora Laura Flores Mejía.
“Entiendo que van a traer un argumento que nosotros respetamos pero vamos a tratar de que jurídicamente se diluya por falta de motivación, de fundamentación y de sustento”, indicó el experimentado penalista Marcelo Arancibia, en las puertas de tribunales antes la prensa local.
Hace solo unos días Arancibia salía de tribunales, en sede de Ciudad Judicial, cuando fue consultado por un importante medio gráfico, un canal de televisión y MUY CRITICO. “En este caso se convoca a la sociedad por medio de ustedes –la Prensa– donde se va a ir manifestado y delineando las posiciones de lo que va a ocurrir durante el debate”.
Mientras tanto Sergio Vargas, el humilde trabajador ambulante que tuvo la desgracia de estar en el lugar equivocado y momento equivocado, fue acusado por la fiscalía en una absurda caratula que ni siquiera ellos mismos comprenden y que deberán demostrar cuando el debate arranque en los primeros días de mayo de 2021.
“Creo que la sociedad percibe que Sergio Vargas es una persona que no debió estar detenido. La sociedad también marca un rumbo en estas cuestiones. Ustedes lo han visto en casos sumamente difíciles que cubrieron, como el caso Leguina; también el caso de las turistas francesas, en el cual yo estuve tratando de colaborar con la Justicia porque si hay una absolución, lo absuelve la Justicia, no Marcelo Arancibia”.
Cabe recordar que el doctor Luciano Romano tomó la defensa de Vargas desde un primer momento junto a su socia, Laura Flores Mejía, absolutamente Pro bono, ya que el vendedor ambulante carece de los medios como para contratar los servicios de un defensor particular. Con posterioridad se sumó el estudio de Marcelo Arancibia, con la colaboración de Marcos Rubinovich.
Aparentemente y ante ese giro inesperado de los acontecimientos, el Ministerio Publico decidió sumar un fiscal más, el doctor Ramos Ossorio. Hecho que sin la intención de ser mal pensados haría suponer que desde la Procuración general se quiso equiparar al equipo acusatorio con respecto a la defensa del vendedor ambulante, ante la experiencia técnica de Marcelo Arancibia. Pero solo son especulaciones periodísticas a pocos días de iniciar el debate.
“Lo que buscamos nosotros es que la Justicia se la aplique como debe y como tiene que ser. Si así lo es, Vargas va a salir libre. No hay nada claro, hay un arrebato jurídico que muchos no lo han podido sustentar y menos lo van a poder sustentar en el debate”, enfatizó Arancibia.
La gran pregunta
Ante un caso de una complejidad enorme como lo es el femicidio de la señora Jimena Salas en el interior de su casa de Vaqueros, se abre un gran interrogante desde aquel fatídico medio día del 27 de enero de 2017: ¿Los asesinos entraron a robar y algo salió mal; o los autores ingresaron directamente a matar a Jimena Salas?
Tratándose de la primera hipótesis, es decir “el robo que salió mal”, fue la línea investigativa que se trazaron apenas ocurrido el sangriento hecho, los dos primeros fiscales: Miralpeix y Paz, bajo las órdenes del procurador por entonces, Lopez Viñals. La entrada no forzada, las fotos de los autores sosteniendo el perro como ardid para consumar el robo y el desorden adentro de la habitación, fueron los elementos que sumaron esos dos funcionarios de la fiscalía para llegar a aquella conclusión.
Intempestivamente y tras la llegada del doctor Abel Cornejo a la Procuración General se removió de la investigación sin más que más a Miralpeix y Paz; y se los reemplazó por Torres Rubelt y Salinas Odorisio, quienes acusaron Sergio Vargas como partícipe secundario y Nicolás Cajal Gauffin, por encubrimiento.
De esta nueva hipótesis se desprende la delirante acusación contra el vendedor ambulante en una ininteligible caratula, la cual lo ubica como “campana” del crimen, por cierto un absurdo diseñado entre gallos y medianoches, y que llevó a Vargas al penal de Villa las Rosas con escala en la superpoblada alcaldía.
La otra hipótesis se sustenta ante la ferocidad del ataque, ya que es difícil representarse un “robo” que acabe en semejante masacre; lo que llevaría a la mencionada segunda hipotesis, la cual delinearía a que efectivamente estos dos sujetos ingresaron con la intención de robar pero que sucedió algo allí dentro que derivó en la violencia perpetrada luego.
Todas estas especulaciones tienen un sustento que aparecen en el expediente, al que obviamente MUY CRITICO tuvo acceso y que tiene varias claves fundamentales para realizar estas afirmaciones y preguntarse ¿ingresaron a robar o a matar?
–Entrada no forzada
–El ataque inicia en la habitación y finaliza en el comedor
–Se utilizaron dos armas blancas de diferentes tamaños
–La victima tiene más de 40 heridas de apuñalamiento que manifiestan una ira inusitada
–Hay heridas en las manos, lo que denota acción defensiva
–Las armas homicidas no se encontraron
–La victima yace en el suelo boca abajo contra la pared cercana a la ventana, lo que se podría concluir como que no llegó a pedir ayuda pero trató de huir
–Existe una puñalada hecha sobre el colchón, esto significa que quizás el ataque inicia en el dormitorio, con la victima reducida en la cama, quien luego intenta huir.
–No falta nada de valor en la vivienda, lo que lleva a concluir que podrían haber entrado a la casa con un objetivo determinado
–El teléfono de la víctima fue destruido y luego descartado en la ruta; de ese teléfono se recuperaron las fotos de uno de los autores sosteniendo el perro
Todas estas especulaciones, preguntas y dudas se van a acabar el 3 de mayo, desde las 8 de la mañana en la Sala de Grandes juicios, cuando inicie el debate y las partes tengan la oportunidad de exponer sus argumentos ante el Tribunal de Juicio Sala VII, con jornadas que se extenderán hasta el 21 de mayo, día en que se leerá la sentencia.